miércoles, 8 de octubre de 2008

Marguerite Duras y el amante chino



Eternas amantes...


Amor inmortal


Una francesa de 15 años viaja en un transbordador y no tarda en notar que un hombre de negocios chino, de 26, la mira. Él, loco con la belleza de la niña, se presenta. Ella acepta su invitación de llevarla en limusina al internado. Desde entonces, sabe que tiene a ese hombre en sus manos.

Marguerite Duras cuenta el transcurso de la relación en la novela autobiográfica El amante, una historia que la escritora plasmó con 70 años y con la que alcanzó tal fama que la convirtió en la amante del chino.

La relación en la película de Jean Jacques Annaud es más bella que en la realidad. La familia Duras vivía casi en la miseria y el sexo con el aristócrata era una mezcla de curiosidad y transacción comercial con la que la madre estaba de acuerdo. Él, ciego de pasión, no entiende cómo la niña no se entrega como antes, lo que le vuelve violento.

La aventura dura un año, Marguerite se va a París y no se vuelven a ver. Años después, la escritora recibe una llamada, nadie contesta. Es el amante y ella, que lo sabe, también calla.

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