lunes, 25 de mayo de 2009

Los pájaros no cantan a las tres de la mañana


Es la tercera vez que me levanto esta noche de la cama.
Me asomo a la ventana.
Nada.
Son las tres de la mañana.
joder.
Ahí fuera no hay más que,
bolsas de plástico dando vueltas y vueltas y más vueltas,
la luz de las farolas,
y,
el silencio.

Sin embargo escucho pájaros.
Otra vez.
No quiero despertar a Helena.
¿Qué iba a decirle?
“Creo que hay cientos de pájaros debajo de la cama cariño”
No tiene tanta paciencia.
Me mandará a la mierda, automáticamente.
Si fuera para decirle que la quiero,
estoy seguro,
de que me abrazaría.
Y después me haría el amor.
Todas las veces que le debo.
Desde el jueves.
Más o menos.
Aunque ella dirá que estamos enfadados desde el martes.

Mierda de tabaco...

Tal vez no debí mutar en jilipollas.
Callarme, no se...total...
Claro que ella me llamó jidke.
A saber lo que es eso.
No soporto que me llame cosas que no existen.
Uno no puede defenderse casi.

Debajo de la cama no hay nada.
El suelo.
A lo mejor son pájaros invisibles.
O fantasmas de pájaros.
Aunque ahora no se oyen.
En realidad sólo cantan cuando cierro los ojos.
Es como si estuvieran dentro colchón, o entre las sabanas...
Al carajo.
No puedo volverme loco todavía,
aún tengo muchas cosas que decir.
Necesito la credibilidad que me otorga la cordura.
“Los pájaros no cantan a las tres de la mañana”
No estoy mejor.
Para nada.
-Helena...
¿Mmmmmmmmm...?
-Tengo algo que decirte...es...importante.
-¿Cómo de importante? Son las tres de la mañana.
-Veras...
-Vale...Te perdono.
Helena lo apunta todo con rotulador,
en un calendario con la foto de Urano.
Dentro de un circulito,
los días que he sido bueno.
Y los que he sido un jidke,
dentro de un cuadrado.
Le debo el lunes de hace cuatro meses,
el viernes que llovió tanto,
la mañana del sábado pasado...
Hay un montón de cuadrados.
No debí despertarla.
Me mira.
Me está mirando.
Si le digo ahora lo de los pájaros...
Está tan cerca que siento su piel más que la mía.
Mierda,
me tiene.
Todas las veces que le apetezca.
A la tercera vez que le apetece,
le digo “Helena...”,
y ella me contesta que me calle,
que los pájaros se irán de la almohada,
por la mañana.




Billy MacGregor

Poeta activo


Fuente: Blog: http:www.mundopoesía.com/foros/