martes, 21 de abril de 2015

Freud, Sigmund: EL DELIRIO Y LOS SUEÑOS EN GRAVIDA DE W. JENSEN | 8425308534 | Puertolibros.com

EL DELIRIO Y LOS SUEÑOS EN GRAVIDA DE W. JENSEN 
por Freud, Sigmund
Editorial: Editorial Grijalbo, Barcelona
Año de publicación: 1977
Encuadernación: Rústica - Soft Cover
Estado de conservación: Excelente
ISBN: 8425308534
N° Inventario: 11662
Precio:  US$ 30 |  AR$ 323 |  MX$ 458 |  27 €
Sobre el libro381pp. Con el texto del relato de Wilhelm Jensen. Editado y prologado por Bernd Urban y Johannes Cremerius. Título original: Der wahn und die traume in W. Jensens "Gravida". Traducido por León Mames. Hace justamente setenta años se realizó el primer encuentro, en forma de análisis independiente —antes de 1907, Freud ya había apoyado sus teorías en obras y personajes de ficción—, entre el pensamiento freudiano y la creación literaria: EL DELIRIO Y LOS SUEÑOS EN GRADIVA DE W. JENSEN. A lo largo de estos años, las relaciones entre psicoanálisis y literatura se han venido dando sin interrupción. Entre identificaciones cordiales y agrias diferencias, los descubrimientos freudianos han afectado en profundidad la literatura contemporánea, y ésta, a su vez, ha incidido en los métodos y en el aparato teórico psicoanalítico. Los responsables de la edición y del prólogo alemanes -que Ediciones Grijalbo presenta ahora en castellano, con el relato original de Jensen—, Bernd Urban (nacido en 1941, crítico literario, teólogo y filósofo) y Johannes Cremerius (nacido en 1918, psiquiatra de reconocido prestigio que, en 1968, obtuvo el premio de la Sociedad Suiza de Medicina Psicosomática), apuntan en su presentación: «Esta contribución de Freud no es sólo de extraordinaria importancia por constituir el inicio de una interpretación literaria de orientación analítica; al mismo tiempo ofrece el primer resumen de su teoría de los sueños, de la neurosis y de los efectos terapéuticos del psicoanálisis.» Quizás tenga razón el Dr. Max Schur (autor de una biografía de Freud de próxima aparición en Grijalho), al afirmar que en su análisis de Gradiva «Freud se permitió tratar el problema de la muerte y la inmortalidad de forma más poética que científica». De cualquier manera, EL DELIRIO Y LOS SUEÑOS EN GRADIVA DE W. JENSEN es un texto capital tanto para la poesía como para la ciencia psicoanalítica.


Freud, Sigmund: EL DELIRIO Y LOS SUEÑOS EN GRAVIDA DE W. JENSEN | 8425308534 | Puertolibros.com

Careless Whisper - Vintage 1930's Jazz Wham! Cover ft. Dave Koz



Me siento tan inseguro 
Mientras tomo tu mano y te llevo a la pista de baile 
Mientras la música perece… 
Algo en tus ojos 
Llama a la mente una pantalla plateada 
Y todo son tristes adiós 

Nunca voy a bailar nuevamente 
Los pies culpables no llevan el ritmo 
Aunque es fácil simular 
Se que no eres tonta 
Debería haberlo sabido mejor antes de engañar a un amigo 
Y desperdiciar una oportunidad que me había sido dada 
Pues yo nunca voy a volver a bailar 
De la manera que bailé contigo 

El tiempo nunca puede remediar 
El murmullo descuidado de un buen amigo 
Para el corazón y la mente 
Si tu respuesta es bondadosa 
No hay confort en la verdad 
Dolor es todo lo que encontrarás 

Nunca voy a bailar nuevamente 
Los pies culpables no llevan el ritmo 
Aunque es fácil simular 
Se que no eres tonta 
Debería haberlo sabido mejor antes de engañar a un amigo 
Y desperdiciar una oportunidad que me había sido dada 
Pues yo nunca voy a volver a bailar 
De la manera que bailé contigo 

¿Qué soy yo sin tu amor? 
Esta noche la música parece tan ruidosa 
Desearía que pudiéramos salir de este gentío 
Tal ves sea mejor esta manera 
Heriríamos a otros con las cosas que queremos decir 

Podríamos haber estado tan bien juntos 
Podríamos haber vivido este baile por siempre 
Pero ahora, ¿quién va a bailar conmigo? 
Por favor quédate 
(Y ahora nunca va a ser 
De esta manera) 

Nunca voy a bailar nuevamente 
Los pies culpables no llevan el ritmo 
Aunque es fácil simular 
Se que no eres tonta 
Debería haberlo sabido mejor antes de engañar a un amigo 
Y desperdiciar una oportunidad que me había sido dada 
Pues yo nunca voy a volver a bailar 
De la manera que bailé contigo 

Ahora que te has ido... 
Ahora que te has ido... 
Ahora que te has ido... 
¿Qué es lo que hice tan mal? 
¿Tan mal que tu has tendido que dejarme solo?

http://www.musica.com/letras.asp?letra=898145

Burn - Vintage '60s Girl Group Ellie Goulding Cover with Flame-O-Phone



Letra en español de la canción de Ellie Goulding, Burn (letra traducida)

Nosotros, nosotros no tenemos que preocuparnos por nada,
porque tenemos el fuego,
y estamos ardiendo, algo tremendo de un no sé qué (one hell).
Ellos, ellos van a vernos desde el espacio, el espacio,
enciéndelo, como si fuéramos estrellas de la raza humana,
raza humana.
Cuando la luz está apagada,
no saben lo que escuchan,
enciende la cerilla, tócalo bien alto,
dando amor al mundo,
estaremos levantando las manos,
brillando hacia el cielo,
porque tenemos el fuego, fuego, fuego,
sí, tenemos el fuego, fuego, fuego.
Y vamos a dejar que arda, que arda, que arda,
vamos a dejar que arda, que arda, que arda,
vamos a dejar que arda, que arda, que arda,
vamos a dejar que arda, que arda, que arda.
No queremos marcharnos, no,
ahora mismo solo queremos estar,
y lo que vemos, es a todo el mundo en el suelo,
comportándose alocadamente, 
volviéndose acechadores por el apagón (lurker).
La música está encendida, yo me estoy despertando,
paramos el ambiente y lo incrementamos (vibe),
y ahora se ha terminado, tenemos el amor,
ahora no hay secreto, ahora no hay secreto.
Cuando la luz está apagada,
no saben lo que escuchan,
enciende la cerilla, tócalo bien alto,
dando amor al mundo,
estaremos levantando las manos,
brillando hacia el cielo,
porque tenemos el fuego, fuego, fuego,
sí, tenemos el fuego, fuego, fuego.
Y vamos a dejar que arda, que arda, que arda,
vamos a dejar que arda, que arda, que arda,
vamos a dejar que arda, que arda, que arda,
vamos a dejar que arda, que arda, que arda.
Cuando la luz está apagada,
no saben lo que escuchan,
enciende la cerilla, tócalo bien alto,
dando amor al mundo.
Vamos a dejar que arda, que arda, que arda,
que arda, que arda, que arda.
Podemos iluminarlo, iluminarlo, iluminarlo,
para que así ellos no puedan apagarlo, apagarlo, apagarlo.
Podemos iluminarlo, iluminarlo, iluminarlo,
para que así ellos no puedan apagarlo, apagarlo, apagarlo.
Podemos iluminarlo, iluminarlo, iluminarlo,
para que así ellos no puedan apagarlo, apagarlo, apagarlo.
Podemos iluminarlo, iluminarlo, iluminarlo,
para que así ellos no puedan apagarlo, apagarlo, apagarlo.
Cuando la luz está apagada,
no saben lo que escuchan,
enciende la cerilla, tócalo bien alto,
dando amor al mundo,
estaremos levantando las manos,
brillando hacia el cielo,
porque tenemos el fuego, fuego, fuego,
sí, tenemos el fuego, fuego, fuego.
Y vamos a dejar que arda, que arda, que arda,
vamos a dejar que arda, que arda, que arda,
vamos a dejar que arda, que arda, que arda,
vamos a dejar que arda, que arda, que arda.
Cuando la luz está apagada,
no saben lo que escuchan,
enciende la cerilla, tócalo bien alto,
dando amor al mundo,
estaremos levantando las manos,
brillando hacia el cielo,
porque tenemos el fuego, fuego, fuego,
sí, tenemos el fuego, fuego, fuego.
Y vamos a dejar que arda. 
Ellie Goulding - Burn - Arder

Life Vest Under your seat. Storyboard 2011



Aquí una muestra del año pasado. Del Storyboard para el estupendo Cortometraje 'Life Vest Under your seat'(Volamos a Miami) de María Giraldez y Miguel Provencio, que ya ha ganado algunos premios en su temprano recorrido. Si tenéis la oportunidad de verlo, no os lo perdáis.
 Podéis ver el trailer en el enlace adjunto.


Cuento de horror - Textos de Marco Denevi en Escribirte.com.ar

Cuento de horror

Marco Denevi

La señora Smithson, de Londres (estas historias siempre ocurren entre ingleses) resolvió matar a su marido, no por nada sino porque estaba harta de él después de cincuenta años de matrimonio. Se lo dijo: 

- Thaddeus, voy a matarte. 

- Bromeas, Euphemia -se rió el infeliz. 

- ¿Cuándo he bromeado yo? 

- Nunca, es verdad. 

- ¿Por qué habría de bromear ahora y justamente en un asunto tan serio? 

- ¿Y cómo me matarás? - siguió riendo Thaddeus Smithson. 

-Todavía no lo sé. Quizá poniéndote todos los días una pequeña dosis de arsénico en la comida. Quizás aflojando una pieza en el motor del automóvil. O te haré rodar por la escalera, aprovecharé cuando estés dormido para aplastarte el cráneo con un candelabro de plata, conectaré a la bañera un cable de electricidad. Ya veremos. 

El señor Smithson comprendió que su mujer no bromeaba. Perdió el sueño y el apetito. Enfermó del corazón, del sisema nervioso y de la cabeza. Seis meses después falleció. Euphemia Smithson, que era una mujer piadosa, le agradeció a Dios haberla librado de ser una asesina. 




Cuento de horror - Textos de Marco Denevi en Escribirte.com.ar

"Life vest under your seat" de Luis García Montero



Señores pasajeros buenas tardes
y Nueva York al fondo todavía,
delicadas las torres de Manhattan
con la luz sumergida en una muchacha triste,
buenas tardes señores pasajeros,
mantendremos en vuelo doce mil pies de altura,
altos como su cuerpo en el pasillo
de la Universidad, una pregunta,
podría repetirme el título del libro,
cumpliendo normas internacionales,
las cuatro ventanillas de emergencia,
pero habrá que cenar, tal vez alguna copa,
casi vivir sin vínculo y sin límites,
modos de ver la noche y estar en los cristales
del alba, regresando,
y muchas otras noches regresando
bajo edificios de temblor acuático,
a una velocidad de novecientos
kilómetros, te dije
que nunca resistí las despedidas,
al aeropuerto no,
prefiero tu recuerdo por mi casa,
apoyado en el piano del Bar Andalucía,
bajo el cielo violeta
de los amaneceres de Manhattan,
igual que dos desnudes en penumbra
con Nueva Cork al fondo, todavía
al aeropuerto no,
rogamos hagan uso
del cinturón, no fumen
hasta que despeguemos,
cuiden que estén derechos los respaldos,
me tienes que llamar, de sus asientos.


Selección: Luis María Anson



Life vest under your seat - Luis García Montero

PEDRO GUERRA - Life vest under your seat

The Animals - The House of the Rising Sun (Excellent video and audio qua...

Girls Just Wanna Have Fun - Vintage 1912 Bioshock Infinite - Style Waltz...

Pompeii - 1969 / Mad Men -Style Bastille Cover ft. Tony DeSare

"Primavera negra" de Henry Miller


25 MARZO 2015
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Uno pasa imperceptiblemente de una escena, una edad, una vida a otra. De repente, al caminar por una calle, bien sea real o soñada, uno se da cuenta por primera vez de que los años han volado, de que todo esto ha pasado ya para siempre y que sólo permanecerá en el recuerdo; y entonces el recuerdo se mete más adentro con una extrañeza y absorta brillantez, y uno repasa esas escenas y esos acontecimientos perpetuamente, en sueños y meditaciones, mientras camina por una calle, mientras se acuesta con una mujer, mientras lee un libro, mientras habla con un desconocido… de repente, pero siempre con una extraordinaria insistencia y siempre con una extraordinaria exactitud, estos recuerdos se entremeten, surgen como fantasmas y penetran en cada fibra del propio ser. En lo sucesivo, todo se mueve en niveles cambiantes: nuestros pensamientos, nuestros sueños, nuestras acciones, nuestra vida entera. Un paralelogramo en el que caemos desde una a otra plataforma de nuestro escenario. De aquí en adelante caminamos divididos en millares de fragmentos, como un insecto con cien pies, un ciempiés con movimientos suaves y ondulantes que se embebe en la atmósfera; caminamos con filamentos sensibles que se embeben ávidamente del pasado y el futuro, y todo se derrite en músicas y penas; caminamos contra un mundo unido, afirmando nuestro desacuerdo. Cuando caminamos, todas las cosas se rompen con nosotros en millares de fragmentos iridiscentes. La fragmentación de la madurez. El gran cambio. En la juventud, éramos íntegros y el terror y el dolor del mundo nos penetraron por completo. No había una clara separación entre la alegría y el pesar: se fundían en una sola cosa, al igual que nuestras horas de lucidez se funden con el sueño y el dormir. Nos levantamos por la mañana siendo unos seres, y por la noche, completamente ahogados, bajamos a un mar empuñando las estrellas y la fiebre del día.
(Primavera negra) 1936
Henry Miller