domingo, 16 de enero de 2011

Louise Erdrich nos sorprende con 'El juego de la sombra'


SARAH MANZANO
16 DE ENERO DE 2011



El libro que os traigo hoy viene condicionado por su propia autora Louise Erdrich. Me han recomendado muchísimo su anterior libro, Plaga de palomas, por lo que en cuanto he visto que tenía nueva novela a la venta he corrido a darle un vistazo. Sí, lo sé, llego un poco tarde, porque El juego de la sombra salió a finales del pasado Noviembre, pero ha sido justo ahora cuando he podido pararme para contároslo detenidamente. Lo edita Siruela y el precio de venta al público es 18,95 euros.

Irene América está casada con Gil, un pintor amerindio de cierto éxito, y es madre de tres hijos. Irene, además, escribe no uno, sino dos diarios, desde que descubrió que su marido leía lo que no debía. De modo que ahora tiene dos cuadernos, uno azul, donde escribe toda la verdad sobre su vida y su matrimonio fracasado; y uno rojo, al alcance de su marido, donde irá hilando una sutil y engañosa manipulación. No me digáis que a priori no suena interesante…

Louise Erdrich nació en Minnesota en 1954. Descendiente de la tribu india Ojibwe, continúa siendo un miembro activo de la comunidad india. Su anterior novela, ‘Plaga de palomas’, se ganó a la crítica y a los lectores, y ahora vuelve con ‘El juego de la sombra’, de la que la editorial nos deja disponible las primeras páginas para que vayamos a la librería ya convencidos. Además, Louise tiene una librería independiente en Minneapolis, donde vive, por lo que si vais por allí no dejéis de hacerle una visita a Birchbark Books.

Como os decía, ‘Plaga de palomas’ me lo han recomendado bastante, y he empezado a leer las primeras páginas de este libro y lo cierto es que promete bastante. Me ha encantado el juego de llevar un doble diario, como si de una doble vida se tratara. Lo cierto es que yo nunca he escrito un diario, si exceptuamos un par de intentos cuando tenía unos diez años, que quedaron abandonados ante la pasmosa realidad de que mi vida era demasiado aburrida en aquella época como para llevar un inventario pormenorizado. Y vosotros ¿soléis escribir diarios?