Hemos tenido el placer de ver una gran versión del clásico de Henrik Ibsen en el Teatre Lliure de Monjuïc, “L’ànec salvatge” (“Vildanden“), dirigida por Julio Manrique y adaptada por Marc Artigau, Cristina Genebat y el propio Julio Manrique.
Ibsen, uno de los dramurgos más relevantes de la historia, fue un gran crítico de la cerrada sociedad noruega de finales del siglo XIX. “Vildanden” [L’ànec salvatge] se publicó el 1884, tras el gran revuelo que había causado “El enemigo del pueblo”, y se estrenó el 9 de enero en Den Nationale Scene de Bergen (Noruega). Luego viajó a Berlín (1888), Londres (1894)… A España llegó en 1982, con adaptación de Antonio Buero Vallejo, dirigida por José Luis Alonso. Existen diversas adaptaciones al cine. Destacamos la versión inglesa de Henri Sagran protagonizada por Jeremy Irons y Liv Ullmann.
La puesta en escena de la actual versión en el Teatre Lliure es impecable (gran trabajo de escenografía de Lluc Castells asistido por Mercè Lucchetti y de Marc Artigau como ayudante de dirección). El pianista Carles Pedragosa nos deleita con su música, pues en esta obra le tenemos actuando en directo (composición y arreglos del mismo Pedragosa), como también le pudimos disfrutar hace pocos días viendo “Jane Eyre: una autobiografía” en el Lliure de Gràcia.
Hialmar (impresionante Ivan Benet), es un joven fotógrafo padre de familia, casado con Gina (gran Laura Conejero, idónea para el papel) y con una encantadora y frágil hija Hedvige (sorprendente Elena Tarrats). Forman la familia Ekdal junto el abuelo, padre de Hialmar. Un día, Hialmar es invitado a la boda del poderoso Sr. Werle (grande, cómo no, Andreu Benito) con la joven y encantadora Soerby (talentosa Miranda Gas), y se encuentra con Gregor, hijo de Werle (Pablo Derqui, como pez en el agua en este personaje lleno de matices).
La revelación de un secreto de su padre despierta en Gregor, que no se siente feliz y cuya relación con su progenitor y amo de la empresa donde trabaja no es nada buena, una ansia de búsqueda de la verdad, pero no tiene en cuenta que Hialmar y Hedvige, las personas más afectadas, al ser tan sensibles, pueden reaccionar de la forma más inesperada. Y mientras, en el sotano de la familia Ekdal hay un pato salvaje encerrado junto a otros animales, apartado del bosque, su habitat natural.
Algunos de los grandes temas de Ibsen figuran en la obra: la apariencia respetable de la burguesía que esconde sus miserias, la corrupción, el poder del dinero, la decrepitud, los secretos de familia, la fragilidad de los niños en el mundo de los adultos, todo ello conforma una obra coral donde los actores y actrices encajan como en un puzzle y nos conducen hasta el gélido desenlace final. La figura del doctor Relling (gran Jordi Bosch), el amigo de familia que pone un punto de cordura en la caótica familia (genial actuación de Lluís Marco como el viejo Ekdal, el ex socio de Werle arruinado por él y desterrado a sus devaneos de antiguo cazador).
Impecable trabajo de Julio Manrique en la dirección. El resultado es una obra inmensa que ha dado mucho de que hablar, una de las perlas de esta temporada teatral catalana que está siendo de muy alta calidad.
“L’ànec salvatge” estará en el Teatre Lliure hasta el domingo 9 de abril y esperamos que regrese pronto a la cartelera barcelonesa.
Ignasi y Laura.
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