domingo, 20 de mayo de 2018

Irse por los cerros de Úbeda: significados


Irse por los cerros de Úbeda es una frase española que equivale a otras expresiones coloquiales como irse por las ramas o irse por la tangente. Todas ellas significan: divagar, alejarse del tema central de la conversación, disgregar el discurso con argumentos innecesarios o que no guardan relación.
Esta locución se suele utilizar en sentido imperativo no te vayas por los cerros de Úbeda cuando hay una marcada intención del interlocutor de evadir una respuesta.
Úbeda es una ciudad española de la provincia de Jaén (Andalucía) y el origen de este proverbio toponímico irse por los cerros de Úbeda, según el Diccionario de dichos y frases hechas, de Alberto Buitrago, se remonta a 1234, cuando la reconquista a los almohades de esta ciudad. Según cuentan, un importante capitán (el conocido Álvar Fáñez) del rey Fernando III, El Santo, desapareció poco antes de comenzar el combate y se presentó en la ciudad una vez que había sido reconquistada. Al preguntarle el rey dónde había estado, el interpelado respondió que se había perdido por los cerros de Úbeda. Desde entonces, la frase permaneció entre soldados y cortesanos como sinónimo de cobardía, aunque con el paso del tiempo esa acepción se ha disipado y ahora irse por los cerros de Úbeda significa más evasión y dispersión.
Otros significados de este proverbio también se han perdido durante los siglos de evolución de esta locución. En Don Quijote de la Mancha, en el capítulo XXXIII, Sancho Panza dice a Dulcinea: “(…) conviene saber: lo del encanto de mi señora doña Dulcinea, que le he dado a entender que está encantada, no siendo más verdad que por los cerros de Úbeda.” Y aquí la mención a estos cerros quiere decir, según la RAE: estando muy lejos de la verdad. En otro de los capítulos de la gran obra de Cervantes, el LVII, vuelve Sancho, respondiendo a una pregunta de Don Quijote, a echar mano del mismo refrán: “Los tres tocadores sí llevo, pero las ligas, como por los cerros de Úbeda, para referirse a: en modo alguno, como si las ligas se hubieran ido por caminos inexistentes.
Con esa misma idea de lugar remoto, Antonio Machado, quien vivió cerca de Úbeda, escribe en uno de sus poemas:                                                                                                      Cerca de Úbeda la grande,
cuyos cerros nadie verá,
me iba siguiendo la luna
sobre el olivar.
Andarse por los cerros de Úbedaecharse por los cerros de Úbedatirar por los cerros de Úbeda e irse por los cerros son las variantes lexicales de esta expresión que en Argentina adquiere su peculiaridad: irse por las nubes de Úbeda.