jueves, 10 de octubre de 2013
La Mujer Cocodrilo
La luna de Plato ya no lo cobija. Los mangles dejaron de figurar como camuflaje. El río se llevó la leyenda con su caudal. Entre los matorrales, ya no se asoma el Hombre apellidado Caimán y sus pasos se esfumaron como el mito que hizo grande al Magdalena. Las mujeres ahora se bañan sin temor a las orillas del arroyo y exponen sus cuerpos desnudos al sol con el orgullo de su color costeño. Ahora son los chiquillos arrechos los que espían a las comadres emulando el legado del legendario voyerista. Y soy yo quien los espanta con este cuerpo deforme, aguardando paciente el regreso del hombre que me convirtió en animal.
viernes, 7 de septiembre de 2012
Mujeres III
A Lilian,
la bella de sangre contraria
¿Por qué insisten los hombres en condenarme como gemela del pecado? No contentos con crear la historia, me señalan como falsa, curiosa y desatadora de todos los males que pesan sobre la humanidad. ¿Dónde dejan entonces su consabida capacidad de elección, su superioridad manifiesta sobre la mujer, su terquedad frente a las claras advertencias de los que consideran divinos? No olviden que yo, la Pandora inquieta, soy fruto de la venganza de un dios frente a la acción de un mortal. Sea como sea, ambos exponentes de su género. ¡Hombres sin ley! A buena hora decidí cerrar la caja. No merecen esperanzas.
lunes, 9 de julio de 2012
lunes, 28 de mayo de 2012
Subrayé las palabras adecuadas
Una mañana el niño que estaba prófugo sintió las primeras detonaciones extinguidoras de la helada. Barnizó la mirilla y con ella bautizó el banco para después con el dedo fecundarlo en el coral, y así se volvió a la tierra.
Este microrrelato nace del ejercicio propuesto por Luis Britto García en su texto “Subraye las palabras adecuadas”.
Este microrrelato nace del ejercicio propuesto por Luis Britto García en su texto “Subraye las palabras adecuadas”.
lunes, 21 de mayo de 2012
Horrores de Iwasaki
Debajo de mi cama, tiemblan unos bebés. Huyen de mi abuela, de sus mordiscos, quizá.
viernes, 17 de febrero de 2012
Del amor y sus desviaciones III
Después de vivir felices para siempre, el príncipe azul se dedicó a la haraganería. En medio de la cama real, espera sus cinco banquetes al día. Todos, manjares dignos de su trono, acompañados de finos licores, traídos de lejanos confines. La doncella, por su parte, se ha empeñado en dedicar su día entero a la crianza de sus hijos, nueve insoportables herederos al trono que la tienen al borde del colapso. Él, obeso y despreocupado. Ella, desesperada y aburrida. Ambos, condenados a la lástima eterna por la apresurada declaración de un narrador de cuentos de hadas.
lunes, 30 de enero de 2012
viernes, 16 de septiembre de 2011
Imaginante
Anoche soñé que José Gordon narraba mi historia. “Imaginantes”, susurraba un coro femenino para introducir el capítulo.
“¿Cómo el dolor de una temprana pérdida puede contribuir a la literatura? El escritor uruguayo Juan Península es apenas un niño que se sumerge a diario en la pequeña biblioteca de su pueblo a devorar los libros que encuentra en las secciones de literatura universal. Su madre, una humilde confeccionista, vive preocupada por él. Considera que es un chiquillo distraído y duda que pueda progresar a causa de su indisciplina. Juan, sin embargo, aprende más de las ficciones de Borges y en los diálogos de Hemingway que de las clases que imparten en la escuela de su barrio. Una noche de abril, la tragedia los visita. Mientras lee una novela a la luz de una vela, Juan se queda dormido. La vela cae y cuece su casa en llamas. El niño se salva. La madre no. En medio del drama y la soledad, Juan busca refugio en la escritura. Dolido, se da a la tarea de componer cuentos que honren la memoria de su madre. Con el tiempo, los textos de Juan son encontrados casualmente por un editor y rápidamentese convierten en un éxito. Cientos de generaciones alrededor del mundo encuentran en la literatura de Juan un motivo para darle valor a la familia, tal como lo expresa el prologuista de su libro Baladas para mamá. En retrospectiva, esta historia nos demuestra que el sufrimiento también nos da una pausa para la imaginación”.
Desperté sonriendo. Al fin pude recordar uno de mis sueños. Y con este me basta.
(Imaginantes es una serie producida por Televisa México, un trabajo audiovisual al cual le profeso devoción. Dejo el enlace para que vean la serie completa).
“¿Cómo el dolor de una temprana pérdida puede contribuir a la literatura? El escritor uruguayo Juan Península es apenas un niño que se sumerge a diario en la pequeña biblioteca de su pueblo a devorar los libros que encuentra en las secciones de literatura universal. Su madre, una humilde confeccionista, vive preocupada por él. Considera que es un chiquillo distraído y duda que pueda progresar a causa de su indisciplina. Juan, sin embargo, aprende más de las ficciones de Borges y en los diálogos de Hemingway que de las clases que imparten en la escuela de su barrio. Una noche de abril, la tragedia los visita. Mientras lee una novela a la luz de una vela, Juan se queda dormido. La vela cae y cuece su casa en llamas. El niño se salva. La madre no. En medio del drama y la soledad, Juan busca refugio en la escritura. Dolido, se da a la tarea de componer cuentos que honren la memoria de su madre. Con el tiempo, los textos de Juan son encontrados casualmente por un editor y rápidamentese convierten en un éxito. Cientos de generaciones alrededor del mundo encuentran en la literatura de Juan un motivo para darle valor a la familia, tal como lo expresa el prologuista de su libro Baladas para mamá. En retrospectiva, esta historia nos demuestra que el sufrimiento también nos da una pausa para la imaginación”.
Desperté sonriendo. Al fin pude recordar uno de mis sueños. Y con este me basta.
(Imaginantes es una serie producida por Televisa México, un trabajo audiovisual al cual le profeso devoción. Dejo el enlace para que vean la serie completa).
miércoles, 10 de agosto de 2011
Cinematográfica
Cuando Amanda despertó, se encontraba en medio de una película de Hitchcock. La misma locación, la misma ambientación y hasta el mismo encuadre. Su vestuario replicaba de manera exacta el vestuario de Janet Leigh en ese clásico del cine y el color correspondía al mismo empleado por el director en el filme. Cansada, se dirigió al baño y prendió la ducha. Estaba claro que jamás había visto la famosísima cinta.
viernes, 15 de julio de 2011
René Valcárcel
En este oficio de escritor, me es imposible dejar de pensar que otros autores vencieron las peripecias del tiempo y viajaron al futuro para extraerme las ideas que me harían un exitoso cuentista. Lo digo porque desde que leí el relato de F. Scott Fitzgerald, he encontrado similitudes increíbles entre la vida de su protagonista y las anécdotas del mío. Nacer viejo y juvenecer a medida que pasaba el tiempo era una historia que yo estaba a punto de escribir. No puedo asegurar que me haya plagiado la idea, pero mi teoría toma fuerza cuando observo en detalle el vastísimo territorio de coincidencias entre los dos personajes. Aun así, a sabiendas de que me tildarán de embustero, tengo una prueba irrefutable de mi hipótesis: esa que él escribió es mi propia historia, la misma que yo haría mi biografía. Exactamente la misma, aunque no me llame Benjamin ni me apellide Button.
lunes, 20 de junio de 2011
lunes, 13 de junio de 2011
Previas del diluvio II
—Si te te he dado hijos, que te han dado nietos, que te han dado bisnietos —le dijo implacable su esposa a Noé—, no entiendo a estas alturas de dónde te salió esa idea de conservar la especie.
lunes, 6 de junio de 2011
Previas del diluvio
—No me harás entrar a esa arca —dijo la anciana esposa de Noé—. No me engañas con ese truco de conservar la especie.
lunes, 18 de octubre de 2010
Pócima
—¿Qué tal la sopa, hermanita?
—Deliciosa… ¿Qué le pusiste…?
—Bruja, Gretel. ¿Qué más podría ser…?
—Deliciosa… ¿Qué le pusiste…?
—Bruja, Gretel. ¿Qué más podría ser…?
lunes, 13 de septiembre de 2010
lunes, 28 de junio de 2010
Pacto
Óscar Wilde miró su retrato y brincó, preso del miedo. En el lienzo no estaba él: era Dorian Grey.
lunes, 14 de junio de 2010
lunes, 26 de abril de 2010
lunes, 19 de abril de 2010
viernes, 16 de abril de 2010
Nunca Jamás
El anciano se levantó a tientas de su cama, arrastró los pies por el suelo y, a pesar del hedor que expelía, se dirigió lentamente hacia el baño. Puso sus manos sobre el lavabo y se miró al espejo. Luego de observar las hebras blancas que adornaban su calva y sus arrugas de acordeón pintándole la piel, se tomó la cabeza. “Carajo, Wendy”, sollozó. “¡Cómo he crecido!”.