Douris Eos sostiene el cuerpo de su hijo Memnon (490-480 a.C.) Cerámica ática de figuras rojas Museo del Louvre. París. |
En la actualidad, no disponemos de muchas cerámicas áticas firmadas, pero esta que hoy comentamos es una excepción. La realizó un tal Douris en el s. V a.C. Representa un episodio de la guerra de Troya, que estaba glosado en un poema perdido, continuación de la Ilíada, llamado Aethiopis. En interior del recipiente cerámico podemos ver a la diosa alada Eos, sosteniendo a su hijo Memnon, rey de los etíopes, que ha sido abatido en el campo de batalla por Aquiles. La representación del cadáver de Memnon es notable, con los brazos caídos y la cabeza girada, totalmente inerme, en brazos de su solícita y apenada madre. Una notable pieza cerámica, que es conocida con el sobrenombre de "Piedad de Memnón", que inspiró las posteriores imágenes de la "Piedad" cristiana.
Eos, en la mitología griega, era la diosa titánica del amanecer (en griego, ἡ Ἠώς -Ēṓs-, gen. Ἠοῦς ‘aurora'). Era hermana de Helios (el sol) y Selene (la luna). Su equivalente en la mitología latina era la diosa Aurora, que tenía un templo en el Foro Boario de Roma.
Según la el mito, Eos salía cada día de su morada, en medio del océano que rodeaba al mundo, para anunciar la aparición de su hermano Helios, el Sol. Su misión era abrir las puertas del cielo para permitir que Helios saliera conduciendo su carro solar para recorrer el firmamento, durante el día.
En la Odisea se alude a ella como rhododáctila (ῥοδοδάκτυλος) "la de los dedos rosados", en referencia a las digitaciones rosadas que a veces pueden verse surcando el cielo al alba, antes de la salida del sol, y que sugerían la apertura de la puerta celestial por la mano de Eos.
Eos representada en un cuadro titulado La Aurora (1881), del pintor francés William-Adolphe Bouguereau. |
Según la el mito, Eos salía cada día de su morada, en medio del océano que rodeaba al mundo, para anunciar la aparición de su hermano Helios, el Sol. Su misión era abrir las puertas del cielo para permitir que Helios saliera conduciendo su carro solar para recorrer el firmamento, durante el día.
En la Odisea se alude a ella como rhododáctila (ῥοδοδάκτυλος) "la de los dedos rosados", en referencia a las digitaciones rosadas que a veces pueden verse surcando el cielo al alba, antes de la salida del sol, y que sugerían la apertura de la puerta celestial por la mano de Eos.
Eos en su carro volando sobre el mar, crátera de figuras rojas. Procede del sur de Italia, 430–420 a. C. |