domingo, 11 de marzo de 2018

Audrey Munson: la trágica historia de la Diosa de Manhattan


La Diosa olvidada de Manhattan

Hay elementos que se encuentran en las ciudades del mundo para adórnalas y darles un aire de sofisticación, desde flora que cumple la función de dar color hasta bellas estatuas. Nueva York, capital del mundo, es un gran ejemplo de una ciudad embellecida, ya que posee figuras que no solo narran los gustos de la gente que fundó esa gran metrópoli, sino que esconden historias conmovedoras, como la de Audrey Munson, la chica que expuso su cara y cuerpo para adornar la Gran Manzana.
Fue descubierta por el fotógrafo Ralp Draper, a la edad de 15 años mientras caminaba con su madre por plena avenida de la ciudad. A partir de la sesión fotográfica que realizó con Draper, le empezaron a llover contratos a la adolescente, quien consiguió trabajó con distintos escultores y pintores. Varias de sus figuras adornan las mansiones de John D. Rockefeller y George Vanderbilt, el yate de J. P. Morgan y las monedas de diez y cincuenta centavos.
También incursionó en el cine con películas como: Purity (1916), Girl O’Dreams (1917), Heedless Moths (1921), Inspiration (1915), esta última película fue la primera no pornográfica en la que apareció una mujer desnuda. Entre otras labores también se desempeñó como escritora para el The New York American, donde trató el tema sobre el trabajo del modelaje y lo consignó con la siguiente frase: “Me pregunto si alguno de mis lectores se ha quedado alguna vez contemplando una obra maestra, ya sea una escultura o pintura protagonizada por una joven despojada de sus vestiduras, y se ha preguntado dónde está ahora esa modelo tan bella.”

Un asesinato, acoso y una huída

A sus 30 años la “la diosa de Manhatan” como era conocida, gozaba de gran popularidad y fuentes de trabajo. Su belleza clásica, que hacía recordar las antiguas estatuas grecorromanas le valieron la atención de muchos admiradores. Entre esos admiradores se encontraba Edward Franklin Albee II, un millonario apodado como “el pulpo”, quien le dio la oportunidad a Audrey de trabajar en el teatro… como se vería, con segundas intenciones. 
Un día Albee se aprovechó de su posición como jefe e intentó tomar ventaja de la modelo, quien se rehusó a su trato y lo rechazó. Después de lo sucedido, Munson perdió su papel principal en la obra que estaba dramatizando y las puertas se comenzaron a cerrar una a una. A eso hay que sumarle, que el casero de la actriz, un doctor llamado Walter Keene Wilkins, quien se obsesionó con ella y quería iniciar una relación,  ideó un plan macabro y decidió asesinar a su esposa. Por fortuna Audrey y su madre se habían ido de viaje a Toronto durante el momento del suceso, y eventualmente fueron descartadas como sospechosas.
Aun así, la prensa no perdió tiempo e hizo añicos lo que quedaba de la reputación de Munson, destruyendo por el camino la poca estabilidad económica y mental que le quedaba. Y poco a poco comenzaron a ser olvidados el rostro y figura que alguna vez fuesen admirados.

Un final nada glamoroso

Tras la persecución mediática que vivió, los rumores, la escasez de trabajo y sobretodo la falta de apoyo de sus seres más cercanos como su madre, el 27 de mayo de 1922 intentó suicidarse. Munson fue diagnosticada con paranoia y a causa de eso  su madre consiguió su custodia legal y por medio de la orden de un juez, fue internada en un psiquiátrico a la edad de 39 años. Despojada de sus posesiones y de lo quedaba de su vida Audrey pasó el resto de su vida encerrada hasta la edad de 104 años, lo que nos deja suponer que tal vez allá encerrada en cuatro paredes descansó de las maquinaciones de quienes la utilizaron.

Bibliografía:


  1. https://www.trendencias.com/celebrities-2/audrey-munson-la-venus-americana-que-llego-a-ser-miss-manhattan
  2. http://vo-ve.com/nota/14742/Actualidad/La-triste-historia-de-la-primer-supermodelo

Kairós, la diosa de la oportunidad


Píndaro (518-438 a.C.), eminente poeta lírico de la antigua Grecia, escribió que “la oportunidad, que tiene consejos para todos los asuntos, proporciona fuerza, mucha fuerza, contra todo impedimento”.

 Luis Sánchez Sancho 30/09/2011
Píndaro (518-438 a.C.), eminente poeta lírico de la antigua Grecia, escribió que “la oportunidad, que tiene consejos para todos los asuntos, proporciona fuerza, mucha fuerza, contra todo impedimento”. Y otro gran griego de la antigüedad, el genial trágico Sófocles (496-406 A.C), advirtió que “no hay mejor mérito que saber aprovechar todas las oportunidades”.

Aquellos griegos eran amos de la sabiduría humana. Para ellos era de máxima importancia aprovechar las oportunidades. Consideraban que la oportunidad se presenta a cada persona por lo menos alguna vez y que no aprovecharla es una inexcusable falta de inteligencia y sentido de responsabilidad.

Tan importante era para los griegos aprovechar la oportunidad, que la divinizaron y la representaron con una diosa llamada Kairós, que significa precisamente “el momento justo” y la cual no se debe confundir con la palabra árabe Al Qahira (El Cairo), como se llama la capital de Egipto y significa “la fuerte” o “la victoriosa”.

Kairós era hija de Cronos, el despiadado dios del tiempo que devoraba a sus hijos para que al crecer no le quitaran el poder, y su madre era Tiké, la diosa de la fortuna.

En realidad, eran dos los dioses del tiempo que tenían los griegos: Cronos, dios del tiempo que transcurre inexorablemente y es una de las condiciones de existencia del mundo, el cual se mide por épocas, períodos y lapsos como son los siglos, los meses, los días y las horas; y Kairós, el tiempo como momento justo, como ocasión u oportunidad. De manera que Cronos era el tiempo cuantitativo, que se mide y se cuenta, y Kairós el tiempo cualitativo que se aprovecha o se desperdicia.

Juan Humbert, eminente mitólogo francés, escribió sobre Kairós, a la que llama Fortuna según la nomenclatura romana, que “era la diosa de la oportunidad, la que disponía el momento más favorable para obtener éxito en todas las empresas”.

Informa Humbert que los griegos representaban a la diosa de la oportunidad en “la figura de una doncella y con un solo mechón de pelo en la parte trasera de la cabeza. Uno de sus pies descansa sobre una rueda que gira rápidamente y el otro queda en el aire; en su mano derecha lleva una navaja, como indicando con ello que siendo la ocasión fugitiva es necesario apresarla en el momento en que se nos ofrece, y cortar todos los obstáculos. (Pues), cuando haya pasado, vanos serán los esfuerzos para alcanzarla”.

Los romanos imaginaban a la diosa Fortuna (la misma Kairós de los griegos) como una hermosa doncella con los pies alados que tenías en las manos el cuerno de la abundancia, simbolizando de esa manera que la fortuna llega y se marcha volando.

Pedro Calderón de la Barca (1600-1681), el gran poeta y dramaturgo del Siglo de Oro español, autor de la celebrada obra teatral La vida es sueño , advirtió con una hermosa frase poética cuán grave es para una persona, desperdiciar o no saber aprovechar la oportunidad: “Dichas que se pierden son desdichas más grandes”.

Y los romanos que también eran muy sabios y valoraban la importancia de aprovechar la oportunidad, acuñaron por medio de Horacio, el gran poeta latino, la frase Carpe diem, que literalmente significa “aprovecha el día” y extensivamente se entiende como, “aprovecha el momento, no lo malgastes”.

Ver en la versión impresa las páginas: 8 A

https://www.laprensa.com.ni/2011/09/30/opinion/75225-kairos-la-diosa-de-la-oportunidad

Qué es La ocasión la pintan calva

La ocasión la pintan calva es un refrán que manifiesta que las oportunidades se deben de aprovechar cuando se presenta. El refrán en estudio, está estrictamente relacionado con la oportunidad y propone al individuo diligencia para aprovechar y disfrutar de las buenas coyunturas.   
En relación a su origen, el refrán proviene de la representación de la Diosa de la Ocasión, conocida como Diosa de la Oportunidad. Para los romanos, es una mujer de hermosa cabellera larga, que le cubre el rostro y es calva por detrás, por lo general, posee alas en los talones y espalda, sostiene un cuchillo en su mano derecha, y se encuentra parada sobre una rueda en movimiento.
La oportunidad, tal como la Diosa, cuando pasa por enfrente se debe de coger por la cabellera, ya que cuando termine de pasar no habrá por donde sujetarla, y generalmente las buenas ocasiones solo pasan una vez, no existe otra totalmente igual. Como es el caso, del individuo que no toma un trabajo que ofrezcan buen sueldo y beneficio por pensar en la posibilidad de encontrar otro mejor, dejando pasar la oportunidad de tener un trabajo con condiciones favorables y convenientes para el propio.
En relación al propio refrán, existe diferentes variantes del mismo, como: “a la ocasión la pintan calva” o “la oportunidad es calva en la nuca”, “asir la ocasión por el copete”, entre otras.