miércoles, 29 de abril de 2009

Batracomiomaquia

Batracomiomaquia
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La Batracomiomaquia (del griego antiguo βάτραχος, ‘rana’, μῦς, ‘ratón’, y μάχη, ‘batalla’) o la Batalla de las ranas y ratones es una épica cómica o parodia sobre La Ilíada, atribuida definitivamente a Homero por los romanos, pero obra, según Plutarco,[1] de Pigres de Halicarnaso, el hermano (o hijo) de Artemisia, reina de Caria y aliada de Jerjes. Sin embargo, algunos autores modernos la atribuyen a un poeta anónimo de la época de Alejandro Magno.[2]

La palabra «batracomiomaquia» ha llegado a significar ‘disputa estúpida’. La traducción alemana, froschmäusekrieg, ha sido usada para describir disputas tales como la surgida entre la Escuela de Matemáticas y la de Sociología del Instituto de Estudios Avanzados de Princeton.

Trama

Un ratón que bebía agua de un lago se encontró con el Rey Rana, quien le invitó a su casa. Mientras el Rey Rana cruzaba nadando en lago, con el ratón sentado en su espalda, se enfrentaron a una espantosa serpiente acuática. La rana se sumergió, olvidándose del ratón, y éste se ahogó. Otro ratón fue testigo de lo ocurrido desde una orilla del lago, y corrió a contar a todos lo que había visto. Los ratones se prepararon para la batalla como venganza por la traición del Rey Rana y enviaron un heraldo para proponer a los dioses que eligiesen bando, y específicamente a Atenea para que les ayudase. Atenea rehusó, diciendo que los ratones le habían hecho muchas travesuras. Finalmente los dioses decidieron permanecer como espectadores en lugar de involucrarse. Se libró la batalla y los ratones fueron más fuertes. Zeus invocó a un ejército de cangrejos para evitar la completa destrucción de las ranas. Impotentes ante sus pinzas acorazadas, los ratones se retiraron, finalizando al ocaso la guerra de un solo día.

Contenido

El poema se compone de aproximadamente 300 hexámetros; el número varía variando dependiendo de los versos que interpolen los estudiosos de la métrica. El proemio del drama (versos 1–8) anuncia una guerra inmensa narrada en un lenguaje épico que contrasta con la insignificancia de los animales que lo protagonizan, lo que proporciona un toque cómico. Posee influencias de la fábula esópica de «la rana y el ratón» (n.º 302, casa de la rata), que narra cómo una vez el príncipe de los ratones Robamigas (en griego Psicharpax: todos los nombres son figurados) sació su sed en un estanque, y entonces el rey de las ranas Hinchamejillas (Physignathos) aparece en escena preguntándole por su origen y sexo (13–23). Existe una similitud entre estas ranas y las criaturas que habitualmente pone en escena Homero (24–55).

En respuesta Hinchamejillas invita a Robamigas a visitar su reino, pero sin embargo él quiere abandonar el estanque (56–81). De repente aparece una serpiente de agua, lo que asusta a Hinchamejillas, que se sumerge en el agua y que deja abandonado a Robamigas, quien hace votos de venganza (82–99). La escena es contemplada por un ratón rico denominado Ricamesa (Leichopinax), que posteriormente lo narra a la comunidad ratuna, lo que enfada al padre de Robamigas, el rey de los roedores, Roepán (Troxartes; 100–107).

En una asamblea general los ratones deciden vengarse de las ranas con una campaña militar bajo el mando de Roepán, equipándose para tal fin (108–131). En un concilio, el rey de las ranas, Hinchamejillas, decide poner a las ranas en armas (132–167). Desde este instante se puede observar un paralelismo entre los requerimientos a los dioses, ya que los ratones envían a Zeus un heraldo para que se ponga de su parte e invocan a Atenea para que les proteja. Zeus invoca a todos los dioses: entre todos se pretende que la guerra tenga final neutral (168–201). Así, Zeus abre el campo de batalla.

La descripción posterior es de los detalles de la batalla (202–259): Homero enfrenta en la lucha a los dos héroes individuales. La descripción final de la lucha es confusa debido al cruce de muchos textos traducidos e insertados en las traducciones antiguas.

Tras muchos esfuerzos diversos durante la batalla, parece estar inclinada al éxito de los ratones gracias al «gran rendimiento» (Aristie) del ratón Robamendrugo (Meridarpax), lo que forzó a huir a las ranas (260–269). Zeus ve en este momento la destrucción de las ranas y pide a los dioses que intervengan. Así lo hacen bajo el consejo del dios Ares, a pesar de los cual su fuerza no es suficiente para poner fin a la batalla (270–284). Ares propone a Zeus el lanzamiento de su terrible trueno, pero a pesar de la «inmensa sacudida sobre el Olimpo», no se puede detener a los ratones (285–292). Finalmente Zeus envía un ejército de cangrejos y camarones) y parece que la ayuda tiene éxito, huyendo los ratones despavoridos (293–303). «Tan pronto se ocultó el sol, la magia de la guerra y del día se habían esfumado.»

Fuente:http://es.wikipedia.org/wiki/Batracomiomaquia




LA GUERRA DE LAS RANAS Y LOS RATONES


El presente documento llamado Codex Huicalcensis fue adquirido en subasta de las Galerias Goldies de Londres, en 1984. Su dueño anterior fue Edward of Mills, cuyo ancestro adquirió el documento en un monasterio de Capadocia después de la Primera Cruzada, en 1095. Se piensa que es copia de más o menos el Siglo IV aC de un ejemplar ya inexistente.




Al comenzar esta primera página, ruego al coro del Helicón que venga a mi alma para entonar el canto que recientemente consigné en las tablas, sobre mis rodillas —una lucha inmensa, obra marcial llena de bélico tumulto— deseando que llegue a oídos de todos los mortales cómo se distinguieron los ratones al atacar a las ranas, imitando las proezas de los gigantes, hijos de la tierra. Tal como entre los hombres se cuenta, su principio fue del siguiente modo:


Un ratón sediento, que se había librado del peligro de una comadreja, sumergía su ávida barba cerca de allí, en un lago, y se refocilaba con el agua dulce como la miel cuando le vio una vocinglera rana, que en el lago tenía sus delicias y le habló de esta suerte:



—Forastero, ¿quién eres? ¿De dónde viniste a estas riberas? ¿Quién te engendró? Dímelo todo sinceramente: no sea que yo advierta que mientes. Si te considerare digno de ser mi amigo, te llevaré a mi casa y te haré muchos y buenos presentes de hospitalidad. Yo soy Hinchacarrillos y en el lago me honran como perpetuo caudillo de las ranas: crióme mi padre Lodoso y me dio a luz Reinadelasaguas, que se había juntado amorosamente con él a orillas del Erídano. Pero noto que también eres hermoso y fuerte, más aún que los otros; y debes de ser rey portador de cetro y valeroso combatiente en las batallas. Mas ea, declárame pronto tu linaje.



—¿Por qué me preguntas por mi linaje? Conocido es de todos los hombres y dioses y hasta de las aves que vuelan por el cielo. Yo me llamo Hurtamigas, soy hijo del magnánimo Roepán y tengo por madre a Lamemuelas, hija del rey Roejamones. Pero, ¿cómo podrás conseguir que sea tu amigo, si mi naturaleza es completamente distinta de la tuya? Para ti la vida está en el agua, mas yo acostumbro roer cuanto poseen los hombres: no se me oculta el pan floreado que se guarda en el redondo cesto; ni la gran torta rociada de sésamo; ni la tajada de jamón; ni el hígado, dentro de su blanca túnica; ni el queso fresco, de dulce leche fabricado; ni los ricos melindres, que hasta los inmortales apetecen; ni cosa alguna de las que preparan los cocineros para los festines de los mortales, echando a las ollas condimentos de toda especie.




Continúa en :
Fuente: http://www.homero.com.mx/Obras_Menores/Batracomiomaquia/06.html

All the Invisible Children




All the Invisible Children [clausura] / All the Invisible Children [closing film]
Varios directores

116 minutos / 35 mm. / Francia, Italia / 2005

V.O. Mandarín, inglés, italiano, po / Subt. Español


Sinopsis
Tanza, un joven de sólo doce años, lucha por la libertad. Uroš está a punto de salir de un reformatorio juvenil. Blanca, una adolescente de Brooklin cuyos padres son drogadictos acaba descubriendo que es seropositivo. Bilu y João sobreviven como 'niños de la calle' de São Paulo. Jonathan, un fotógrafo de prensa desilusionado, redescubre la esencia de la vida a través de la infancia. Ciro y su amigo Bertucciello asaltan a un motorista para robarle su rolex y emprenden una huida hacia una infancia verdadera. Song Song y Little Cat viven dos vidas paralelas en circunstancias opuestas.
Varios directores

Varios directores
Mehdi Charef, Emir Kusturica, Spike Lee, Katia Lund, Jordan Scott & Ridley Scott, Stefano Veneruso, John Woo.

Mehdi Charef
Orán (1952). Director, escritor. Filmografía selec.: “La Fille de Keltoum” (2002), “Té en el harem de Arquímedes” (1985).

Emir Kusturica
Sarajevo (1954). Director, productor. Filmografía selec.: “La vida es un milagro” (2004), “Gato negro, gato blanco” (1998).

Spike Lee
Atlanta (1957). Director, productor. Filmografía selec.: “Hora 25”(2002), “El verano de Sam” (1999), “Malcolm X” (1992).

Katia Lund
São Paulo (1966). Directora, guionista. Filmografía selec.: “Ciudad de Dios” (2002), "Cidade dos Homens" (2002).

Jordan Scott & Ridley Scott
Se trata de la primera vez que el director y productor Sir Ridley Scott (South Shields, GB, 1937) y su hija Jordan, directora conocida por sus videoclips musicales, dirigen juntos.

Stefano Veneruso
Italia (1968). Director y productor. Filmografía: “I'm Sophie and You?” (1998), “Effetto Lunare” (1998) y “Strani Accordi” (2001).

John Woo
China (1946). Filmografía selec.: “Paycheck” (2003), “Misión Imposible” (2000), “Blanco humano” (1993).


Créditos
Dirección: Varios directores
Guión: Mehdi Charef, Stribor Kusturica, Cinque Lee y Joie Lee, Katia Lund y Eduardo Tripa, Jordan Scott...
Producción: MK Film Productions and RAI Cinema
Productor: Bruno Hodebert, Emir Kusturica, Spike Lee y Mike Ellis, Caio Gullane, Sookie Foster y Frances McGive
Montaje: Yannick Kergoat, Svetouk Miça Zajc, Barry Alexander Brown, Stevan Santos, Dyan Williams, Ugo de Ross
Fotografía: Phillipe Brelot, Milorad Glušica, Cliff Charles, Toca Seabra, James Whitaker, Vittorio Storaro, Zeng
Música: Rokia Traore’; Stribor Kusturica, Zoran Marijanoviç, Dejan Sparavalo y Nenad Jankovic; Terence Blanc
Intérpretes: Adama Bila, Uroš Milovanovic, Hannan Hodson, Vera Fernandes, Francisco Anawake de Freitas, David Thewlis, Daniele Vicorito, Zhao Zicun, Qi Ruyi
Contacto: Adriana Chiesa Enterprises
Via Barnaba Oriani, 24
00197 Roma - Italia
Tlf: (+39) 068086052
info@adrianachiesaenterprises.com
www.adrianachiesaenterprises.com


Fuente:http://geometrus.com/blog/index.php?blogid=1&archive=2006-11

martes, 28 de abril de 2009

HUELLAS DE DERRIDA ENSAYOS PEDAGOGICOS NO SOLICITADOS

HUELLAS DE DERRIDA ENSAYOS PEDAGOGICOS NO SOLICIT
Autor: SKLIAR, CARLOS - FRIGERIO, GRACIELA
Editorial: Del estante
Año de edición: 2005
Isbn: 987-21954-2-0
Precio:
Argentina: $30.00
Exterior: US$8.24
convertir
Tema: PEDAGOGIA - PEDAGOGIA - FILOSOFIA

El lector para quien la educación se presenta como un territorio en el que se juegan identidades singulares y futuros sociales encontrará en este libro un recorrido por las huellas de un pensamiento filosófico que en tanto tal constituye un corpus pedagógico.



Un conjunto de autores de distintos territorios geográficos (Argentina, Brasil, España y Francia), pensando desde diferentes lenguas, exploran con una mirada pedagógica las nociones que ofreció un maestro en oportunidades y textos diversos: el otro, la hospitalidad, lo familiar, y lo extranjero, identidades y escrituras, relación educativa, instituciones, tiempo, don, lo enseñable de lo inenseñable constituyen las huellas de Derrida en las que los autores se aventuran y desde las que nos invitan a pensar lo educativo.



Estos ensayos no solicitados por el maestro pueden entenderse como un efecto de transmisión. Efecto que consiste en que otros se animen a recorrer huellas y esbozar escrituras nuevas.



El libro dedicado a la educación resulta, sin proponérselo, un modo de brindar un homenaje a un maestro singular (Jacques Derrida), pero también a todo maestro . Homenaje que se expresa como el acto de reconocer una impronta sin quedar preso en ella.

Fuente: http://www.libreriapaidos.com/libros/0/987219542.asp

"La escuela y la vida" , escrito por Carlos Skliar


Doctor en Fonología, investigador independiente del CONICET y Coordinador del Área de Educación de FLACSO, Carlos Skliar ha podido proyectar hacia el mundo un pensamiento original, que excede los marcos de su especialidad y aborda los fenómenos de la educación y el aprendizaje en un contexto político y social. La breve reflexión que transcribimos señala una grave disfunción política y cultural: el hecho de que la vida corre por caminos cada vez más distintos y lejanos a los de la escuela.


La futilidad de la explicación, la lección del poeta y los laberintos de una pedagogía pesimista

Hubo un momento, imposible de descifrar en el enmarañado del tiempo escolarizado, en el que la vida -nuestra vida, la vida de ellos y de ellas, la vida de los otros- escapó en sigilo de la escuela. Ignorada, traicionada y transformada en simulacro, la vida salió de la escuela. Nadie lo percibió. Y nadie parece haber reclamado absolutamente nada.

Es obvio que también sería posible afirmar que la escuela huyó de la vida, pero ese es otro asunto, para mí mucho menos interesante.

Y cuando la vida huyó de la escuela, ya nunca más las cosas volvieron a ser como el ficticio consenso pedagógico pretendía que fuera. El maestro explicador ocultó su vida detrás de su explicación. Dejó de vivir para sólo explicar la erosionada superficie de otras vidas. El alumno aprisionado por la explicación de otras vidas, ocultó su propia vida detrás de su aparente y efímera comprensión.

La vida, nuestra vida, la vida de los otros, terminó por estar en otra parte, en otro lugar, lejos de la escuela.

Fue y es así, que los libros que nosotros leemos, que ellos/ellas y que los otros leen en su vida, ya no son los libros que leemos en la escuela.

Fue y es así, que la música que nosotros oímos, que ellos/ellas y que los otros oyen en su vida, ya no es la música que oímos en la escuela.

Fue y es así, también, que la ropa que nosotros vestimos, que ellos/ellas y que los otros visten en su vida, ya no es la ropa que vestimos en la escuela.

Dejamos de conmovernos en la escuela.

Hablamos de identidad en la escuela. Pero nuestra intimidad está en otro lado, en otras palabras, en otros libros, en otra música, en otras ropas.

La vida se fue de la escuela y la única solución que encontramos para hacerla regresar es la de retratarla en un currículum. Hicimos grados, series, ciclos con la vida. Pero no vivimos la vida en la escuela. No vivimos nuestra vida, la vida de ellos/ellas, la vida de los otros.

No vivimos en la escuela.

Reformamos la vida, pero no vivimos la vida en la escuela.

Explicamos la vida, pero no vivimos la vida en la escuela.

Hicimos el simulacro de comprender la vida en la escuela, pero no la celebramos.

Quién sabe si El maestro ignorante podrá ser una forma de hacer que la vida vuelva a la escuela. O que se escape de ella definitivamente.

Yo, honestamente, todavía no lo sé.


Publicado en Cuaderno de Pedagogía/Rosario Nº 11,
Noviembre 2003. Centro de Estudios en Pedagogía Crítica.


Fuente: www.pelotadetrapo.org.ar

Educ.ar -Ejercicio de reescritura-

Educ.ar

Cuento : “El jardín encantado” Italo Calvino

Ejercicio de Reescritura, cambio de punto de vista:


Estaba sentado disfrutando de las últimas páginas de “Pablo y Virginia”, cuando escuchó voces apagadas y pasos en la grava.

Observó a dos niños, una niña y un niño que se acercaban mirando con expectación los alrededores de la casa.

Les simpatizó enseguida su apariencia entre risueña y asustada y llamó a los mayordomos, envió servir la mesa para esos dos niños, no molestarlos y marcharse.

Los observó jugando con la carretilla, jugando al ping pong. Cómo le hubiese gustado poder jugar con ellos!, pero su incapacidad motriz se lo impedía. Había sufrido un accidente hacía años y le costaba muchísimo moverse y poder caminar.

Los vio comer felices y después sintió sus miradas sobre él. Sintió miedo. Era el miedo de que un sortilegio pesara sobre la casa y el jardín, sobre todas las cosas bellas y cómodas, como una antigua injusticia y de que aquellos niños se fueran y no volvieran.

Se quedó pensando, ellos ya se perdían de vista , los veía a lo lejos a orillas del mar y los veía como puntitos pequeños jugando con las algas.

Suspiró y cerró la ventana. Se quedó observando las mariposas enmarcadas”.

El jardín encantado
[Cuento. Texto completo]

Italo Calvino

Giovannino y Serenella caminaban por las vías del tren. Abajo había un mar todo escamas azul oscuro azul claro; arriba un cielo apenas estriado de nubes blancas. Los rieles eran relucientes y quemaban. Por las vías se caminaba bien y se podía jugar de muchas maneras: mantener el equilibrio, él sobre un riel y ella sobre el otro, y avanzar tomados de la mano. 0 bien saltar de un durmiente a otro sin apoyar nunca el pie en las piedras. Giovannino y Serenella habían estado cazando cangrejos y ahora habían decidido explorar las vías, incluso dentro del túnel. Jugar con Serenella daba gusto porque no era como las otras niñas, que siempre tienen miedo y se echan a llorar por cualquier cosa. Cuando Giovannino decía: “Vamos allá”, Serenella lo seguía siempre sin discutir.

¡Deng! Sobresaltados miraron hacia arriba. Era el disco de un poste de señales que se había movido. Parecía una cigüeña de hierro que hubiera cerrado bruscamente el pico. Se quedaron un momento con la nariz levantada; ¡qué lástima no haberlo visto! No volvería a repetirse.

-Está a punto de llegar un tren -dijo Giovannino.

Serenella no se movió de la vía.

-¿Por dónde? -preguntó.

Giovannino miró a su alrededor, con aire de saber. Señaló el agujero negro del túnel que se veía ya límpido, ya desenfocado, a través del vapor invisible que temblaba sobre las piedras del camino.

-Por allí -dijo. Parecía oír ya el oscuro resoplido que venía del túnel y vérselo venir encima, escupiendo humo y fuego, las ruedas tragándose los rieles implacablemente.

-¿Dónde vamos, Giovannino?

Había, del lado del mar, grandes pitas grises, erizadas de púas impenetrables. Del lado de la colina corría un seto de ipomeas cargadas de hojas y sin flores. El tren aún no se oía: tal vez corría con la locomotora apagada, sin ruido, y saltaría de pronto sobre ellos. Pero Giovannino había encontrado ya un hueco en el seto.

-Por ahí.

Debajo de las trepadoras había una vieja alambrada en ruinas. En cierto lugar se enroscaba como el ángulo de una hoja de papel. Giovannino había desaparecido casi y se escabullía por el seto.

-¡Dame la mano, Giovannino!

Se hallaron en el rincón de un jardín, los dos a cuatro patas en un arriate, el pelo lleno de hojas secas y de tierra. Alrededor todo callaba, no se movía una hoja. “Vamos” dijo Giovannino y Serenella dijo: “Sí”.

Había grandes y antiguos eucaliptos de color carne y senderos de pedregullo. Giovannino y Serenella iban de puntillas, atentos al crujido de los guijarros bajo sus pasos. ¿Y si en ese momento llegaran los dueños?

Todo era tan hermoso: bóvedas estrechas y altísimas de curvas hojas de eucaliptos y retazos de cielo, sólo que sentían dentro esa ansiedad porque el jardín no era de ellos y porque tal vez fueran expulsados en un instante. Pero no se oía ruido alguno. De un arbusto de madroño, en un recodo, unos gorriones alzaron el vuelo rumorosos. Después volvió el silencio. ¿Sería un jardín abandonado?

Pero en cierto lugar la sombra de los árboles terminaba y se encontraron a cielo abierto, delante de unos bancales de petunias y volúbilis bien cuidados, y senderos y balaustradas y espalderas de boj. Y en lo alto del jardín, una gran casa de cristales relucientes y cortinas amarillo y naranja.

Y todo estaba desierto. Los dos niños subían cautelosos por la grava: tal vez se abrirían las ventanas de par en par y severísimos señores y señoras aparecerían en las terrazas y soltarían grandes perros por las alamedas. Cerca de una cuneta encontraron una carretilla. Giovannino la cogió por las varas y la empujó: chirriaba a cada vuelta de las ruedas con una especie de silbido. Serenella se subió y avanzaron callados, Giovannino empujando la carretilla y ella encima, a lo largo de los arriates y surtidores.

-Esa -decía de vez en cuando Serenella en voz baja, señalando una flor.

Giovannino se detenía, la cortaba y se la daba. Formaban ya un buen ramo. Pero al saltar el seto para escapar, tal vez tendría que tirarlas.

Llegaron así a una explanada y la grava terminaba y el pavimento era de cemento y baldosas. Y en medio de la explanada se abría un gran rectángulo vacío: una piscina. Se acercaron: era de mosaicos azules, llena hasta el borde de agua clara.

-¿Nos zambullimos? -preguntó Giovannino a Serenella.

Debía de ser bastante peligroso si se lo preguntaba y no se limitaba a decir: “¡Al agua!”. Pero el agua era tan límpida y azul y Serenella nunca tenía miedo. Bajó de la carretilla donde dejó el ramo. Llevaban el bañador puesto: antes habían estado cazando cangrejos. Giovannino se arrojó, no desde el trampolín porque la zambullida hubiera sido demasiado ruidosa, sino desde el borde. Llegó al fondo con los ojos abiertos y no veía más que azul, y las manos como peces rosados, no como debajo del agua del mar, llena de informes sombras verdinegras. Una sombra rosada encima: ¡Serenella! Se tomaron de la mano y emergieron en la otra punta, con cierta aprensión. No había absolutamente nadie que los viera. No era la maravilla que imaginaban: quedaba siempre ese fondo de amargura y de ansiedad, nada de todo aquello les pertenecía y de un momento a otro ¡fuera!, podían ser expulsados.

Salieron del agua y justo allí cerca de la piscina encontraron una mesa de ping-pong. Inmediatamente Giovannino golpeó la pelota con la paleta: Serenella, rápida, se la devolvió desde la otra punta. Jugaban así, con golpes ligeros para que no los oyeran desde el interior de la casa. De pronto la pelota dio un gran rebote y para detenerla Giovannino la desvió y la pelota golpeó en un gong colgado entre los pilares de una pérgola, produciendo un sonido sordo y prolongado. Los dos niños se agacharon en un arriate de ranúnculos. En seguida llegaron dos criados de chaqueta blanca con grandes bandejas, las apoyaron en una mesa redonda debajo de un parasol de rayas amarillas y anaranjadas y se marcharon.

Giovannino y Serenella se acercaron a la mesa. Había té, leche y bizcocho. No había más que sentarse y servirse. Llenaron dos tazas y cortaron dos rebanadas. Pero estaban mal sentados, en el borde de la silla, movían las rodillas. Y no lograban saborear los pasteles y el té con leche. En aquel jardín todo era así: bonito e imposible de disfrutar, con esa incomodidad dentro y ese miedo de que fuera sólo una distracción del destino y de que no tardarían en pedirles cuentas.

Se acercaron a la casa de puntillas. Mirando entre las tablillas de una persiana vieron, dentro, una hermosa habitación en penumbra, con colecciones de mariposas en las paredes. Y en la habitación había un chico pálido. Debía de ser el dueño de la casa y del jardín, agraciado de él. Estaba tendido en una mecedora y hojeaba un grueso libro ilustrado. Tenía las manos finas y blancas y un pijama cerrado hasta el cuello, a pesar de que era verano.

A los dos niños que lo espiaban por entre las tablillas de la persiana se les calmaron poco a poco los latidos del corazón. El chico rico parecía pasar las páginas y mirar a su alrededor con más ansiedad e incomodidad que ellos. Y era como si anduviese de puntillas, como temiendo que alguien pudiera venir en cualquier momento a expulsarlo, como si sintiera que el libro, la mecedora, las mariposas enmarcadas y el jardín con juegos y la merienda y la piscina y las alamedas le fueran concedidos por un enorme error y él no pudiera gozarlos y sólo experimentase la amargura de aquel error como una culpa.

El chico pálido daba vueltas por su habitación en penumbra con paso furtivo, acariciaba con sus blancos dedos los bordes de las cajas de vidrio consteladas de mariposas y se detenía a escuchar. A Giovannino y Serenella el corazón les latió aún con más fuerza. Era el miedo de que un sortilegio pesara sobre la casa y el jardín, sobre todas las cosas bellas y cómodas, como una antigua injusticia.

El sol se oscureció de nubes. Muy calladitos, Giovannino y Serenella se marcharon. Recorrieron de vuelta los senderos, con paso rápido pero sin correr. Y atravesaron gateando el seto. Entre las pitas encontraron un sendero que llevaba a la playa pequeña y pedregosa, con montones de algas que dibujaban la orilla del mar. Entonces inventaron un juego espléndido: la batalla de algas. Estuvieron arrojándoselas a la cara a puñados, hasta caer la noche. Lo bueno era que Serenella nunca lloraba.

Pablo y Virginia - Bernardin Saint-Pierre

LIBRO DE 1902, PABLO Y VIRGINIA  DE BERNARDINO DE SAINT PIERRE CON GRABADOS ANTIGÜEDAD - Colecciones - Antigüedades

Pablo y Virginia no es sólo la historia de un par de jóvenes, sino una reivindicación de la naturaleza como protagonista principal en la vida humana y dueña de su azar. Como explica el autor, esta novela, «completaba y exponía» los Études y responde a un mismo proyecto literario y científico y refleja el cambio de una concepción mecanicista a otra organicista de la naturaleza.

El narrador encuentra en una pradera protegida de la Isla de Francia (La isla Saint Maurice), un hombre ya mayor que le cuenta la historia de Paul y Virginia, los hijos de dos damas que han huido del deshonor en una colonia. Virginia es reclamda por un rico pariente en Europa que le promete riqueza y consideración.
Bajo la presión del Gobierno y de un cura, responde a esta invitación, pero no puede adaptarse a la vida europea. En el camino de vuelta, el barco sufre las consecuencias de la tempestad.
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lunes, 27 de abril de 2009

"Hablando del asunto" de Julian Barnes



Stuart y Gillian se conocen en una reunión organizada en un hotel por una agencia matrimonial que organiza cócteles para solteros de buena posición que, por diversas circunstancias, tienen una escasa vida social. Stuart es un cuadro medio de un banco, un buen chico, sensible aunque algo soso, y Gillian una restauradora de cuadros encantadora. Se casarán, pero entra en escena Oliver, el mejor amigo de Stuart, bohemio y presunto dandy, que se las da de conocer mundo aunque no ha pasado de Marbella, quien se enamora perdidamente de Gillian. Y Barnes obsequia a los lectores con su moderna versión del triángulo eterno. Pero, claro está, todas las historias son antiguas y del genio de un escritor depende la novedad de la versión. Y Julian Barnes, con su fascinante versatilidad, nos ofrece en los monólogos de los tres vértices del triángulo y de algunos actores secundarios, pero no menores, una versión irónica, despiadada y compasiva a un tiempo, resplandeciente y con tantas facetas como un diamante, de los usos y costumbres sociales, sexuales, verbales y amorosos de nuestros contemporáneos.

Greenpeace en Dársena Norte



Estuvimos en Buenos Aires y fuimos hasta Dársena Norte, vimos al Artic Sunrise anclado.

Gramática de la Fantasía: un clásico para la producción literaria

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Gianni Rodari dio a conocer en 1973 su Gramática de la Fantasía con un objetivo muy particular: no representa ni la tentativa de fundar una “Fantástica” en toda regla, lista para ser enseñada y estudiada en las escuelas como la geometría, ni tampoco una teoría completa de la imaginación y de la invención. No es tampoco un “ensayo”. No sé exactamente qué es. Se habla aquí de algunas formas de inventar historias para niños y de cómo ayudarles a inventarlas ellos solos. Tal es la descripción que él mismo hace de su texto. Y tiene razón. Se trata de “formas de inventar historias”, es decir que, proveyendo una gramática de la fantasía, podemos lograr una síntesis entre la estructura de nuestro lenguaje y la imaginación de los chicos. Por esta razón, el trabajo de Gianni está dirigido a quien cree en la necesidad de que la imaginación ocupe un lugar en la educación; a quien tiene confianza en la creatividad infantil; a quien conoce el valor de liberación que puede tener la palabra.

El binomio fantástico

Para elaborar esta introducción al arte de inventar historias, Gianni Rodari se basa en una operación lingüística que denomina el binomio fantástico. Se trata de dos palabras puestas en relación, ya que una palabra actúa únicamente cuando se encuentra con otra que la provoca, que la obliga a salir de su camino habitual y a descubrir la capacidad de crear nuevos significados. La conexión entre estos dos términos debe realizarse de una manera en particular. No es lo mismo utilizar cualquier palabra. Es necesario que haya una cierta distancia entre ambas, que una sea lo suficientemente diferente de la otra, y que su aproximación resulte prudentemente insólita. Tomemos como ejemplo las palabras “perro” y “semáforo”. ¿Cómo podemos encontrar una relación entre ellas? Semáforo de perro, perro con semáforo, perro tras semáforo, perro en semáforo, semáforo anti-perro, y las posibilidades se siguen multiplicando. De esta manera, la imaginación se ve obligada a ponerse en marcha y a establecer un parentesco. Se construye así un conjunto “fantástico” en el que pueden convivir los dos elementos extraños. La creación de este vínculo implica una operación de “extrañamiento” en el sentido utilizado por Víctor Shklovsky, ya que las palabras no se toman en su significado cotidiano, sino que se las libera de las cadenas verbales de las que normalmente forman parte.
Una manera de extremar la función del binomio consiste en crear una hipótesis fantástica y llevarla hasta sus consecuencias más trágicas. Lo que cambia con respecto al binomio es el componente: en lugar de partir de dos nombres, establecemos una relación entre un nombre y un verbo, un sujeto y un predicado, o un sujeto y un atributo. Por ejemplo: ¿qué pasaría si el perro se despierta un día con tres luces en la cabeza, una roja, una amarilla y una verde? Este tipo de planteo resulta muy productivo para crear historias y podemos encontrar muchos ejemplos de esta construcción en la historia de la literatura. Así, La metamorfosis de Franz Kafka descansa en la hipótesis “¿qué pasaría si un hombre de despierta convertido en insecto?”, y El vizconde demediado de Ítalo Calvino se desarrolla respondiendo a la pregunta “¿qué pasaría si un hombre es partido a la mitad?”.
Otro ejercicio propuesto por Gianni Rodari es obtener nuevas palabras agregándoles un prefijo arbitrario. Se trata, nuevamente, de un caso especial de binomio fantástico. La consigna consiste en escribir una lista de prefijos y una lista de palabras, y luego realizar uniones al azar. No todas las combinaciones son productivas para crear historias, pero sí para poner la atención sobre el lenguaje. Utilizando los prefijos para “deformar” las palabras, estamos reflexionando sobre su significado, su uso y sus posibilidades de combinación con las palabras. ¿Quién hubiera dicho que con un prefijo como “des”, insignificantes tres letras, se pueden crear imágenes como un “desperchero” o una “destijera”?
Todas estas variantes del binomio fantástico aportan un valioso material para inventar historias, muy fructífero a la hora de trabajar con las producciones literarias de los chicos, ya que posibilita la transformación de su realidad cotidiana en un nuevo mundo tan extraño como posible. Pero, al mismo tiempo, permiten una reflexión sobre el lenguaje, operando sobre el significado de las palabras (la semántica), y sus posibilidades de formación (morfología) y de combinación (sintaxis). El extrañamiento aplicado en el nivel de la lengua nos lleva a construir efectivamente una gramática “rara”, unas reglas para inventar un lenguaje nuevo que juega y llama constantemente a la gramática del español.

Polinomio fantástico

Gianni Rodari propone dos ejercicios para crear historias que resultan más elaborados en cuanto al argumento. Uno consiste en recortar titulares de los diarios y combinarlos obteniendo noticias fantásticas y extravagantes para poder luego imaginar una explicación o desarrollo del tema. El otro es un juego de preguntas y respuestas, en el cual cada chico responde una de ellas sin leer el resto. Las preguntas son: ¿Quién era? ¿Dónde estaba? ¿Qué hacía? ¿Qué dijo? ¿Qué contestó la gente? ¿Cómo terminó todo? Hay, entonces, una progresión que forma la trama para una historia. El resultado es siempre incoherente, pero cohesivo. Frente al producto del ejercicio, podemos reírnos y nada más, o bien analizar la situación obtenida para sacar de ella una historia, o una reflexión sobre la gramática textual. La base de este ejercicio sigue siendo la misma que la del binomio fantástico, con la diferencia de que en lugar de relacionar palabras al azar, la operación radica en elegir una sintaxis al azar para crear una historia.
A partir del binomio y sus distintas variantes, podemos experimentar tanto formas de inventar historias como maneras de crear nuevos lenguajes, disparatados, fantásticos, divertidos, pero siempre muy concientes de su carácter lingüístico. Estos ejercicios permiten una reflexión, un uso y apropiación de la gramática, convirtiéndola en una herramienta útil no sólo para crear historias, sino también para que los chicos sean usuarios efectivos de la lengua.


Más información sobre Gianni Rodari:

Imaginaria número 125

Gianni Rodari

jueves, 23 de abril de 2009

Curso de Educ.ar "

Consigna final: leer y reescribir
Publicado por Santantonio, Giulia el 14/04/2009

La actividad obligatoria del módulo uno implica leer y escribir. En este espacio, cada uno podrá publicar su relato, iniciado a partir de la lectura de "La sentencia", el minicuento de Wu Ch'eng-en: "Al despertarse, el emperador preguntó por Wei Cheng. Le dijeron que no estaba en el palacio; el emperador lo mandó buscar...".
¡Nos leemos!


RE:Consigna final: leer y reescribir
Intervenido por Dusset, Mónica Viviana el 17/04/2009

Me hizo acordar al mini cuento: "Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí" de Monterroso.
Bueno, a ver qué sale, déjenme pensar.




RE:Consigna final: leer y reescribir
Intervenido por Dusset, Mónica Viviana el 17/04/2009

Ahí va:
"La sentencia", el minicuento de Wu Ch'eng-en: "Al despertarse, el emperador preguntó por Wei Cheng. Le dijeron que no estaba en el palacio; el emperador lo mandó buscar...".

"¿Quién puede cambiar el inexorable final de un dragón sentenciado en el mundo de los sueños?, se preguntó el emperador.
En el transcurso del día pensó en mil maneras de salvarlo. Llamó a sus magistrados y consejeros y les comentó el caso. Ellos propusieron encerrar a Wu Ch`eng-en en la más tenebrosa masmorra, o trasladarlo al confín de la China o dejarlo en un desierto, todo podía hacerse.
El emperador pidió ayuda a los astros, a los dioses, a las fuerzas de la naturaleza. Y todos los cataclismos vinieron en su ayuda.
Pero mientras tanto, Ch`eng-en seguía allí. No sabía que determinación tomar. El territorio de los sueños que se entrelaza con el de todos los días era casi palpable.
Sabía que si uno de los dos se dormía ocurriría el triste final del dragón, por eso hizo prender lámparas, dio órdenes de que estuvieran encendidas día y noche, y organizó una gran fiesta donde nadie debía dormirse hasta el otro día, bien entrada la mañana.
Y así fue, nadie durmió hasta el otro día a la mañana, cuando las doradas alas de la aurora y del dragón sobrevolaban el palacio imperial .
El dragón daba las gracias a esos tan excelentes seres de la tierra."

"Las tribulaciones de un chino en China" de Julio Verne


Sinopsis del libro:


Kin-Fo vive en Shanghai y es acusado por su buen amigo Wang de no haber tenido disgustos en su vida, como para llegar a apreciar lo que es la verdadera felicidad. Cuando Kin-Fo recibe la noticia de que su fortuna está perdida, dispone la apertura de una póliza para asegurar su vida, la cual sería cobrada si él muriera, aún en caso de suicidio. Kin-Fo planea su propia muerte, que no puede llevar a feliz término, por tanto contrata a su amigo Wang para hacerlo. El amigo desaparece y Kin-Fo comienza a sentirse más disgustado, sobre todo cuando le informan que su fortuna puede ser salvada. Entonces comienza a viajar por toda China, esperando evitar ser asesinado antes de que el contrato expire.

Fuente: http://literatura.itematika.com/libro/314/las-tribulaciones-de-un-chino-en-china.html

lunes, 20 de abril de 2009

Recordamos al querido profesor Gregorio Klimovsky

klimovsky.jpg Gregorio Klimovsky es considerado uno de los mayores especialistas en epistemología de Latinoamérica. Estudió matemática en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, donde llegó a Decano. Fue profesor emérito de dicha universidad y director del Departamento de Humanidades de la Universidad Favaloro. Su labor desbordó ampliamente el campo de la matemática cuando comenzó a abarcar disciplinas como la ética y la metodología de la investigación científica. Es entonces cuando se lo comienza a considerar -a partir de su labor en el Colegio Libre de Estudios Superiores- como uno de los iniciadores de la lógica y la filosofía de la ciencia en Argentina.

“Los pobres necios que se negaron a mirar por el telescopio de Galileo sabían lo que traían entre manos; si veían las lunas de Júpiter, se verían obligados a creer lo que no deseaban creer; por lo tanto, resultaba más sabio no mirar”.

Nada mejor que esta cita de John M. Ziman (El conocimiento público) para despedir a uno de los pensadores más brillantes que tuvo la Argentina.

El 19 de abril de 2009 dejamos de tener a Klimovsky físicamente pero su legado nos permitirá seguir manteniendo interminables conversaciones acerca de los grandes temas humanos. Temas que exploró con una profundidad y sensibilidad inusitadas, abriendo y multiplicando caminos realmente maravillosos.

Gregorio Klimovsky es considerado uno de los mayores especialistas en epistemología de Latinoamérica de la actualidad. Estudió matemática en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, donde llegó a Decano. Fue profesor emérito de dicha universidad y director del Departamento de Humanidades de la Universidad Favaloro.

Su labor desbordó ampliamente el campo de la matemática cuando comenzó a abarcar disciplinas como la ética y la metodología de la investigación científica. Es entonces cuando se lo comienza a considerar -a partir de su labor en el Colegio Libre de Estudios Superiores- como uno de los iniciadores de la lógica y la filosofía de la ciencia en Argentina.

Los números en la vida de un grande

Como buen matemático su historia de vida académica y personal la asocia con los números –dice Diana Cazaux, periodista científica quien conversó con él largamente- 9 veces son las que lo echaron de universidades, 7 son sus pasiones intelectuales, 3 son los Premios Konex (uno de Brillante y dos de Platino) que coronaron su actividad, 8 son los Doctores Honoris Causa que ha recibido, 8.000 son los libros que acuña en sus bibliotecas, 50 son sus años de casado y 33 son las piedras que colecciona en una canastita que está sobre su escritorio. Cientos son las horas que ha dictado clase y miles quienes han sido sus alumnos.

Ver la entrevista a Klimovsky por Diana Cazaux para Universia

Cazaux no fue la única privilegiada en compartir charlas con el científico y filósofo argentino. Cuando trabajaba junto al Dr. René Favaloro –otro gran humanista que nos dejó un extraordinario legado a los argentinos- tuve el honor de conversar largamente con Klimovsky para preparar un libro sobre ética.

Recordar algunos de su pensamientos y reflexiones es una hermosa manera de rendirle homenaje a este lúcido y generoso hombre que seguirá iluminando nuestras indagaciones en todos los campos del saber.

Extractos de la entrevista Las elecciones responsables frente a las supersticiones académicas -publicada en el libro “Conversaciones sobre ética y salud” (Centro Editor de la Fundación Favaloro / Torres Agüero Editor, 1997)-.

En aquella oportunidad, le pregunté a Klimovsky:

-Cuando hablamos de ética solemos recurrir a los planteos de la tragedia griega. MacIntyre opina que la tarea moral del protagonista trágico puede llevarse a cabo mejor o peor -con independencia de la elección realizada entre las alternativas rivales- pues de antemano no hay elección correcta que pueda hacer. El protagonista trágico puede comportarse heroicamente o no, generosamente o no, con elegancia o sin ella, prudente o imprudentemente. Llevar a cabo esa tarea mejor más bien que peor será hacer lo que es mejor para él o ella como individuo, como padre o hijo, como ciudadano o miembro de una profesión. ¿Podríamos vernos a cada uno de nosotros como personajes trágicos cotidianos, tan sólo por el hecho de que a cada momento estamos tomando decisiones?

Dr. Gregorio Klimovsky: Ordinariamente los problemas de ética se ligan a indecisiones que se presentan cuando en una situación hay dos o más vías posibles entre las que se puede elegir. La cuestión ética radica en cuál de esas elecciones posibles favorece más al género humano o en el caso particular a los directamente involucrados. En el sentido negativo sería cuál de ellas perjudica más o contraviene principios éticos.

Sin embargo, hay una relación más complicada que conecta el tema ético con el tema del conocimiento. Pero, por lo general, en los tratados de ética médica y de biomedicina dicha relación queda relegada al olvido. Por ello, es conveniente plantear qué elementos quedan involucrados cuando se tiene que tomar una decisión.

Notemos que este es, por ejemplo, el problema de la medicina: ante un síntoma, un síndrome o una enfermedad, el médico tiene que elegir un curso de acción y según cómo lo haga dicha elección tendrá efectos positivos o negativos. De hecho, entonces, la responsabilidad del médico es muy grande desde el punto de vista ético pues estamos hablando de una elección que a veces involucra sufrimiento, alivio del sufrimiento, prolongación de la vida o recuperación de un estado de bienestar. Una elección efectuada de manera defectuosa sería para la justicia algo así como un delito culposo, aunque no implique mala intención.

-¿Qué es lo que tiene que tener en cuenta una persona que tiene que tomar una decisión, ya sea política, individual o frente a un proyecto?

Dr. Gregorio Klimovsky: La idea es que existen tres grandes factores de conocimiento y filosóficos que intervienen a la hora de tomar una decisión. En primer lugar, uno se propone un objetivo frente a una decisión. La decisión no es algo arbitrario sino que implica actuar de manera tal que, por ejemplo, un síntoma desaparezca o bien se trata de elegir entre varios proyectos alguno que revista interés nacional o bien se toma una decisión de carácter político-económico para asegurar el valor de una moneda o la conveniencia o no de aceptar un préstamo.

Cuando pretendemos alcanzar un objetivo, el paso inicial consiste en preguntarnos si desde el punto de vista lógico -debido a la estructura de los conceptos involucrados para pensar el proyecto o por las deducciones y creencias que de alguna manera están involucradas en el planteo del objetivo- hay o no contradicciones. Si las hubiere, el proyecto sería directamente inaplicable y el objetivo no se podría lograr. Así lo señala el principio lógico de no contradicción: una situación no puede ser y no ser simultáneamente.

Por consiguiente, lo primero que tenemos que hacer frente a un proyecto, ante un objetivo o una toma de decisión es interrogarnos acerca de la estructura lógica del proyecto o de la elección y esto implica pensarlo correctamente desde el punto de vista lógico.
Luego debemos analizar si las afirmaciones o composiciones que efectuamos al pensar la elección se contradicen.

La contradicción puede surgir no sólo de una oposición directa entre una tesis A y no A sino también de cuestiones deductivas. A veces el objetivo o la elección son complejos y se expresan en muchas frases. Éstas y las deducciones que se pueden realizar a partir de ellas son las que en ocasiones generan contradicción. Un conjunto de decisiones que lleva a contradicción es él mismo contradictorio y en consecuencia impracticable. Por ello, insistimos en el aspecto lógico, en la práctica del hábito de análisis lógico del conocimiento que como acabamos de ver implica varias incógnitas y problemáticas simultáneas. Esto es algo que quien tiene la responsabilidad de tomar decisiones debe aprender a dominar.

Pero el asunto no concluye aquí. Dentro de las posibles elecciones no contradictorias que quedan -una vez que se eliminan las que la lógica rechaza- todavía existe todo un espectro de posibilidades del que hay que escoger. Es cuando entra en escena un segundo factor o dimensión: el conocimiento.

El conocimiento cimentado según las leyes y teorías científicas nos indica lo que es fácticamente posible llevar a cabo. Una elección puede parecer lógica, no ser contradictoria y, sin embargo, imposible de realizar -ya sea por la falta de una técnica específica disponible o simplemente porque no hay forma de violentar las leyes naturales para lograrlo-. Este es un punto muy importante; si no hay información científica adecuada no puede haber una nítida discriminación entre proyecto razonable desde el punto de vista científico y proyecto absurdo de acuerdo con nuestros conocimientos de las propiedades de la realidad.

El conocimiento es la segunda dimensión implícita -aparte de la lógica- que interviene en la toma de decisiones. Si no hay un marco de conocimiento científico adecuado la decisión parece ser algo hecho casi al “boleo”, una especie de apuesta un tanto azarosa que termina muy mal.

klimo.bmp

-Si partimos de la hipótesis de que ninguna persona vive realmente la vida que pretende sino la que resulta de su interacción con los demás, de su relación con otras personas, el relato de la vida de cualquiera es parte de un conjunto de relatos interconectados. Si somos “co-autores” de nuestra vida ¿cómo podemos compatibilizar nuestras propias necesidades con las de los que nos rodean sin alejarnos de nuestras intenciones, realizando elecciones auténticas?

Dr. Gregorio Klimovsky: Justamente para compatibilizar entra en juego el tercer factor al que aludimos. Aún eliminadas las elecciones, proyectos u objetivos que la lógica y el conocimiento científico consideran inadmisibles restan -probablemente- varias posibilidades más y aquí es donde aparece la dimensión ética de las decisiones.

El factor ético nos permite valorar y justipreciar la importancia o la conveniencia de las elecciones restantes. La reflexión ética nos ayuda a discernir cuál de las elecciones beneficia verdaderamente a la humanidad, a la nación o al enfermo.

Este es un problema de valores y tocaría el tema de la axiología, esa “parte” de la filosofía que se ocupa de cuál es la naturaleza de los valores y cómo de alguna manera tenemos una responsabilidad hacia ellos.

Hay elecciones lógicas, no contradictorias y fácticamente posibles pero condenables desde el punto de vista ético. Uno puede imaginar un médico que entre los cursos de acción que lógica y científicamente son factibles para tratar de suprimir un síntoma o una enfermedad elija el que le reporta honorarios más altos. La elección se basa, sin duda, en un criterio puramente económico. El valor que respalda la toma de esta decisión no es un valor ético por lo que la elección resulta defectuosa.

La reflexión ética -en cierto modo- nos compromete, por ejemplo, a un médico a favorecer al paciente y no exigir de él más de lo necesario para conseguir un resultado positivo.

La ética es también una combinación de conocimiento científico con problemas filosóficos. Es en parte científica porque no se pueden imponer principios éticos para cuya consecución haya que violentar leyes naturales o posibilidades tecnológicas. Este es el defecto que muchas veces tienen ciertas ideologías que son éticamente muy defendibles pero que en determinadas situaciones no se pueden aplicar porque contradicen leyes.

En el caso de la medicina, por ejemplo, no cabe duda que aquellas cosas que son éticamente elegibles para actuar sobre el enfermo tienen que considerar en su “peso valorativo” el conocimiento de las leyes (y teorías científicas) para saber si lo que se está eligiendo es posible de realizar.

La esencia de la ética es la problemática filosófica que indaga en qué consiste lo bueno y lo malo éticamente, qué es obligatorio, qué está permitido y qué está prohibido y, en general, todo aquello relacionado con el compromiso y el deber. Si nuestro discurso fuera el de la ciencia jurídica, tendríamos un problema más que es el de la responsabilidad, la culpa y el castigo.

Finalmente el profesor Klimovsky se refería a las variables que entraban en juego en el trabajo de investigación.

Dr. Gregorio Klimovsky: Los experimentos que realiza un investigador pueden ser brillantes y extremadamente convincentes para él pero deben probar su validez ante otros antes de resultar aceptables. Un solo observador, por honrado que sea -si suponemos que lo es-, puede engañarse pero para precisión científica resulta esencial que otros también lo vean.

El método científico es el instrumento adecuado para validar o no las observaciones. Sus normas intrínsecas permiten investigar sin perder de vista tanto los potenciales alcances como las verdaderas limitaciones. Es cierto que se necesita más valor para rechazar un resultado experimental que para aceptarlo incondicionalmente pero éste, y no otro, es el camino a seguir.

Las suposiciones enquistadas, las subjetividades, las creencias personales, la adhesión incondicional a teorías aún no probadas, el seguir una “moda científica” por una inclinación que podríamos denominar estética, el apego narcisista a las propias convicciones no fundamentadas contribuyen a la gestación de una especie de “superstición académica” que hay que desterrar.

La experimentación es el puente entre lo empírico y lo teórico. La sustancia básica de la teoría es la lógica y junto al razonamiento lógico aceptamos a la matemática, el cálculo y toda clase de pensamiento formal. Nadie duda hoy de que la mayor parte de la matemática es absolutamente correcta, en el sentido de que sus teoremas se derivan con rigor de sus acciones. También esto constituye conocimiento científico y como ya señalamos las tres dimensiones del problema a la hora de tomar una decisión son: la lógica, el conocimiento y la ética.

Por ejemplo, si un médico no está al tanto de las nuevas teorías, no tiene los conocimientos necesarios sobre biofísica y química biológica, no comprende la compleja interrelación de los procesos del organismo, su delicada homeostasis e incluso su cibernética, si no tiene ni idea de cómo puede influir un fármaco o una droga nueva en el mecanismo celular peca por ignorante y esta ignorancia lo conduce al error sistemático.

Esto me recuerda un episodio sucedido en la Universidad de La Plata, en una de las épocas funestas que le tocó vivir a nuestro país, cuando -una vez más- el nivel de formación de profesionales dejaba mucho que desear. Reunidos en el patio de la Facultad de Medicina, profesores y estudiantes debatían la situación educativa, los contenidos de los programas de estudio, la calidad de los docentes y las posibles medidas a tomar, cuando un hombre se levantó y dijo: “Sólo me resta hacer una invocación para que las cosas mejoren de alguna forma y no haya médicos brutos como yo que atiendan a la gente el día de mañana”.

Prof. Dr. Gregorio Klimovsky (Buenos Aires, 18 de noviembre de 1922 - 19 de abril de 2009).

Ver a Klimovsky en canal Encuentro


domingo, 19 de abril de 2009

"Outro lugar" Milton Nascimento

"Amor eu gosto tanto, eu amo, amo tanto o seu olhar
Andei por esse mundo louco, doido, solto com sede de amar
Igual a um beija-flor, que beija-flor,
De flor em flor eu quis beijar..."

"No tan alto" Pablo Neruda

De cuando en cuando y a lo lejos
hay que darse un baño de tumba.

Sin duda todo está muy bien
y todo está muy mal, sin duda.

Van y vienen los pasajeros,
crecen los niños y las calles,
por fin compramos la guitarra
que lloraba sola en la tienda.

Todo está bien, todo está mal.

Las copas se llenan y vuelven
naturalmente a estar vacías
y a veces en la madrugada,
se mueren misteriosamente.

Las copas y los que bebieron.

Hemos crecido tanto que ahora
no saludamos al vecino
y tantas mujeres nos aman
que no sabemos cómo hacerlo.

Qué ropas hermosas llevamos!
Y qué importantes opiniones!

Conocí a un hombre amarillo
que se creía anaranjado
y a un negro vestido de rubio.

Se ven y se ven tantas cosas.

Vi festejados los ladrones
por caballeros impecables
y esto se pasaba en inglés.
Y vi a los honrados, hambrientos,
buscando pan en la basura.
Yo sé que no me cree nadie.
Pero lo he visto con mis ojos.

Hay que darse un baño de tumba
y desde la tierra cerrada
mirar hacia arriba el orgullo.

Entonces se aprende a medir.
Se aprende a hablar, se aprende a ser.
Tal vez no seremos tan locos,
tal vez no seremos tan cuerdos.
Aprenderemos a morir.
A ser barro, a no tener ojos.
A ser apellido olvidado.

Hay unos poetas tan grandes
que no caben en una puerta
y unos negociantes veloces
que no recuerdan la pobreza.
Hay mujeres que no entrarán
por el ojo de una cebolla
y hay tantas cosas, tantas cosas,
y así son, y así no serán.

Si quieren no me crean nada.

Sólo quise enseñarles algo.

Yo soy profesor de la vida,
vago estudiante de la muerte
y si lo que sé no les sirve
no he dicho nada, sino todo.


Pablo Neruda

viernes, 17 de abril de 2009


Tras la tumba de Marco Antonio y Cleopatra

Arqueólogos en Egipto comenzarán a excavar sitios donde se cree están las tumbas de los antiguos amantes.

Arqueólogos en Egipto comenzarán a excavar tres sitios donde se cree están las tumbas de Cleopatra y Marco Antonio.

Las excavaciones, cerca de un templo al occidente de la ciudad de Alejandría, comenzarán la próxima semana.

La historia de la reina egipcia y su amante romano ha cautivado a generaciones durante más de 20.000 años.

Ambos tenían grandes ambiciones para la formación de un imperio egipcio, pero tras ser derrotados por un ejército romano se suicidaron en el año 30 AC.

Ahora los científicos dicen que tienen evidencia de que la famosa reina y su general fueron enterrados juntos en un sistema de túneles debajo del templo de Taposiris Magna.

El equipo de arqueólogos egipcios y dominicanos que han estado trabajando en la zona en los últimos tres años, afirma que llegaron a esa conclusión tras el reciente hallazgo de tumbas que contenían unas 10 momias, un busto de Cleopatra, monedas con su imagen y una máscara que se cree perteneció a Marco Antonio.

Tal como dijo a la BBC el doctor Zahi Hawass, director del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto, estos hallazgos demuestran que la ubicación es un sitio muy importante.

"El descubrimiento de este tipo de objetos demuestra que la gente que fue enterrada aquí fueron personajes importantes", afirma el arqueólogo.

"Por eso en semanas recientes alquilamos un equipo de escaneo por radar para analizar el suelo a unos 30 metros bajo la superficie y el radar mostró tres sitios donde podrían estar los restos y si tenemos suerte quizás encontraremos las tumbas de Cleopatra y Marco Antonio.

"Y si es así, podría ser el hallazgo arqueológico más importante del siglo XXI", afirma el científico.

Amantes fracasados

Los hallazgos recientes fueron hechos en una serie de pozos profundos bajo el templo construido durante el reinado de Ptolomeo II (282 a 246 AC).

Marco Antonio se suicidó en agosto del año 30 AC después de perder la batalla de Actium y pocos días después Cleopatra decidió también acabar con su vida. Sus tumbas fueron escondidas y hasta ahora no habían podido localizarse.

"Murieron en un período de guerras y la gente de Roma no los quería, así que creemos que Cleopatra ordenó esconder ambas tumbas y éste parece ser el lugar perfecto".

Según Zahi Hawass, si realmente logran ubicar las tumbas y éstas están intactas podrían contener artefactos preciosos y muy valiosos.

"Cleopatra fue una de las mujeres más poderosas de su época -expresa el doctor Hawass- y con sus encantos atrapó los corazones de dos de los hombres más poderosos de aquel tiempo: Julio César y Marco Antonio, así que es probable que haya objetos importantes".

Muerte misteriosa

Las leyendas cuentan que Cleopatra se suicidó con la mordedura de una víbora venenosa, pero tal como afirma el experto egipcio, nadie sabe con certeza cómo murió la faraona.

"Creemos que la idea de la víbora es algo romántica y le ha dado mucho misterio a su muerte, pero no estamos seguros de que realmente haya muerto así, como lo vemos en las películas.

"Lo cierto es que sí se suicidó, y la historia cuenta que cuando Octavio derrotó a Marco Antonio en Alejandría éste se suicidió. Cleopatra después trató de ganar el corazón de Octavio, pero cuando vio que no había esperanzas decidió también morir.

"Era una mujer sumamente ambiciosa y quería reinar el mundo desde Egipto".

Y a pesar de lo que dijo un equipo de expertos británicos hace dos años, que Cleopatra no era tan hermosa como se pensaba sino más bien era algo fea, el profesor Hawass afirma que el hallazgo reciente revela lo contrario.

"El busto que encontramos en Taposiris demuestra sus encantos, e indica que Cleopatra no era poco atractiva. Y creo que una mujer que logró atrapar los corazones de Julio César y Marco Antonio no pudo de ninguna forma ser una mujer fea", expresa el arqueólogo.

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martes, 14 de abril de 2009

Gabriel García Márquez

Tzvetan Todorov y Los géneros del discurso

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Mar de libros viejos *


“Un campo de estudios coherente, en la actualidad cruelmente fragmentado entre semánticos y literatos, socio y etno-lingüístas, filósofos del lenguaje y psicólogos, requiere entonces de manera imperiosa un reconocimiento en el cual la poética cedería su lugar a una teoría del discurso y al análisis de los géneros.”

Zvetan Todorov en Los géneros del discurso

Comentaremos a continuación el apartado La noción de Literatura, perteneciente al libro Los géneros del discurso de Tzevan Todorov.
Tras preguntarse qué es la literatura, este autor afirma en forma crítica que:
“Hay que comenzar a poner en duda la noción misma de literatura, no porque exista la palabra o porque se encuentre en las bases de toda la institución universitaria esta noción es obvia.”[1]
Puesto que hay razones tanto empíricas como teóricas para plantear esta duda. En cuanto a las razones empíricas podemos decir que existen sociedades sin literatura pero con prácticas literarias. Respecto a las razones teóricas se observa que puesto que hablar de literatura implica hablar de productos capaces de ejercer determinada función o de poseer una naturaleza común que podríamos definir como literaria, literatura sería aquello que tiene función literaria (definición funcional) o condición literaria (definición estructural). No obstante, Todorov plantea que no necesariamente esto debe ser así ya que hay textos que desempeñan una función literaria sin ser literatura e, inversamente, hay textos que se los considera literatura sin que participen de la condición de ser literarios.
Jakobson definió la función poética del lenguaje y agregó que esta función no es exclusiva de la literatura. De modo que Todorov abandona la definición en términos de función y elige la vía de definir a la literatura en términos de estructura.
Si bien la palabra literatura es un concepto europeo del siglo XVIII que remite al significante letra imprenta (libro, objeto característico de la cultura europea moderna). Todorov comienza remitiéndonos a la primera definición de literatura que se puede encontrar en nuestra tradición: la que nos brinda Aristóteles. Según esta posición, la poesía es una de las artes miméticas (arte que se caracteriza por su capacidad de imitar). De modo que la primera definición estructural nos permitiría entender que la literatura es ficción. No obstante, esta definición no es útil para comprender, por ejemplo, a la poesía, género que con frecuencia no representa otra cosa exterior a ella misma. Dice Todorov:
“Si bien todo lo que ha sido considerado como literatura no es obligatoriamente ficticio, inversamente, toda ficción no es forzosamente literatura.”[2]
El intento hacer esta definición un poco más conveniente derivó en una segunda definición estructural acuñada en la modernidad, más precisamente en el siglo XVIII. En este momento, autores como Kant afirmaban que la literatura pertenece al orden de lo bello. De este tipo de afirmaciones deduce Todorov que la literatura pertenece al orden de lo intransitivo y no instrumental. Es decir, la literatura no persigue ningún fin práctico (según Kant, es autotélica) y no se apoya en otros entes ya que es intransitiva. Ideas estas muy presentes en la teoría del arte por el arte. Esta idea de la literatura intransitiva, no instrumental, se proyecta en el siglo XX en las definiciones de los formalistas rusos en las que el signo poético en lugar de orientarse hacia su referente se orienta hacia sí mismo.No obstante, Todorov deja en claro que:
“Tal definición no merece ser calificada de estructural; en ella se nos dice lo que la literatura debe hacer, pero de ninguna manera cómo llega a hacerlo.”[3]
Además, está bien claro que este punto de vista que erige a la literatura como una entidad autotélica es dudosamente aplicable al caso de la novela.
Finalmente, Todorov arriba a la conclusión de que ni la definición funcional, sea lo que ésta sea. Ni la definición estructural alcanzan a dar cuenta de la noción de literatura. El autor denuncia una imposibilidad de dar cuenta de lo que es el universo literario. Eso que llamamos literatura se nos presenta, entonces, como un espacio con límites imprecisos que no es posible aprehender desde ninguna de las dos definiciones.
Sucede que estas definiciones no son útiles para dar cuenta de la totalidad de la literatura pero sí para explicar determinados géneros literarios: la primera definición serviría para dar cuenta de la prosa y la segunda definición nos sería útil para entender al género de la poesía.
“De este modo se han caracterizado dos grandes géneros literarios, creyendo cada vez que se estaba caracterizando a toda la literatura. (...) De manera semejante, pueden identificarse las reglas de los discursos juzgados habitualmente como «no literarios». Propondré entonces la siguiente hipótesis: si uno opta por un punto de vista estructural, cada tipo de discurso frecuentemente considerado literario tiene parientes no literarios cuya cercanía le será más próxima que la de cualquier otro tipo de discurso literario. (...) Así, la oposición entre literatura y no literatura cede su lugar a una tipología de los discursos.”[4]
La propuesta / salida que plantea Todorov implica un cambio de paradigmas. El plantea que en lugar adoptar el punto de vista de la poética como disciplina que dice cuáles son los géneros y qué es la literatura, sería conveniente pensar todos los hechos literarios desde una teoría de los discursos. Esta teoría articularía en el análisis lo literario y lo no literario dando cuenta de sus especificidades y de sus modos. Este nuevo enfoque implicaría observar y analizar a la literatura (y a la no-literatura) dentro de la perspectiva de una teoría de los discursos.
De modo que la pregunta ontológica por la literatura despliega ahora un sentido metodológico. Todorov de esta manera no nos da una respuesta pero dispara dardos específicos que pueden sernos muy útiles a la hora de enfrentarnos al análisis de la obra literaria.

Marcos Carlos Carbajo


sábado, 11 de abril de 2009

MANUEL MAGALLANES MOURE "Ella dice, El dice"

Ella dice :

Sus ojos suplicantes me pidieron
una tierna mirada, y por piedad
mis ojos se posaron en los suyos...
Pero él me dijo : ¡más!

Sus ojos suplicantes me pidieron
una dulce sonrisa, y por piedad
mis labios sonrieron a sus ojos...
Pero él me dijo : ¡más!

Sus manos suplicantes me pidieron
que les diera las mías, y en mi afán
de contentarlo, le entregué mis manos...
Pero él me dijo : ¡más!

Sus labios suplicantes me pidieron
que les diera mi boca, y por gustar
sus besos, le entregué mi boca trémula...
Pero él me dijo : ¡más!

Su ser, en una súplica suprema,
me pidió toda, ¡toda!, y por saciar
mi devorante sed fui toda suya
Pero él me dijo : ¡más!


Dice el :

Le pedí una mirada, y al mirarme
brillaba en sus pupilas la piedad,
y sus ojos parece que decían:
¡no puedo darte más!

Le pedí una sonrisa. Al sonreírme
sonreía en sus labios la piedad,
y sus ojos parece que decían :
¡no puedo darte más!

Le pedí un beso, ¡un beso!, y al dejarme
sobre sus labios el amor gustar,
me decía su boca toda trémula :
¡no puedo darte más!
Le pedí en una súplica suprema,
que me diera su ser..., y al estrechar
su cuerpo contra el mío, me decía :
¡no puedo darte más!

viernes, 10 de abril de 2009

Letra de Brothers in arms

Estas montañas cubiertas de neblina,
son ahora un hogar para mí,
pero mi hogar es las tierras bajas
y siempre lo será.

Algún día regresaras
a tus valles y granjas,
ya no te quemaras más
para ser hermanos en brazos.

Al través de estos campos de destrucción,
y bautismos de fuego,
yo he atestiguado vuestro sufrimiento
y el como la batalla fue más cruenta.

Y aunque me lastimaron tanto
en el miedo y la alarma,
ustedes no me abandonaron
mis hermanos en brazos.

Hay tantos mundos y tan diversos,
muchos soles todos diferentes,
y tan solo tenemos un mundo,
pero cada uno vivimos en uno diferente.

Ahora el sol se ha ido al infierno,
y la luna viaja ya demasiado alto,
déjenme despedirme;
cada hombre tiene que morir
porque así esta escrito en la luz de las estrellas
y en cada linea de vuestra palma.
Somos unos tontos por hacer la guerra
                                                        sobre nuestros hermanos en brazos.

Brothers in arms

Este tema está citado en "Los ojos del perro siberiano" de Santa Ana.

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