viernes, 23 de enero de 2015

'Una cama sumamente extraña y otros relatos', de Wilkie Collins

Confieso que el libro de hoy tampoco estaba incluido en mi lista oficial… Es que no tengo remedio, pero tan sólo quedaba un ejemplar de Una cama sumamente extraña y otros relatos de Wilkie Collins y hubiera sido terrible dejarlo allí... Esa misma noche, después de cenar, mientras descansaba un rato en el sofá comenzó a hacerme ojitos y… bueno, el resto es historia. No lo leí de un tirón porque estaba cansada, pero al día siguiente por la mañana ya me lo terminé, y es que me resulta imposible resistirme a los encantos de Wilkie Collins.
‘Una cama sumamente extraña y otros relatos’ reúne en total cinco historias cortas que harán las delicias de cualquier seguidor del autor y que, a su vez, constituyen una buena oportunidad para acercarse a su literatura, si es que aún no lo has hecho. En estas cinco historias nos encontramos algo de los mejores temas de Collins:truhanes, asesinatos, aventuras, amor… La genial pluma del autor británico consigue trasladarte de los tugurios de parisinos a Tolouse, pasando por el Caribe, y lo que es mejor aún, que sigas apasionadamente las aventuras de sus protagonistas.
El relato que da el título al libro, Una cama sumamente extraña, nos lleva hasta los bajos fondos parisinos, donde un estudiante británico será sonreído por la diosa fortuna mientras juega a las cartas, pero le hará poner su vida en peligro de una manera inesperada. En El caldero de aceite, la acción se traslada a Tolouse, donde tres hermanos se dejarán llevar por la brutalidad que se esconde tras la vida cotidiana sin pensar en las fatales consecuencias.
La cuna fatídica está escrito en clave humorística y recrea para nosotros un cuadro de costumbres en alta mar bajo la historia clásica del intercambio de bebés al nacer, mientras no podemos dejar de reír. En El capitán y la ninfa navegamos hacia el Pacífico, y llegamos a una isla desconocida, donde descubriremos la razón por la que un joven capitán no soporta ver el mar ni tiene intención de casarse. Por último, llegamos a ¡Vuela con el bergantín!, un relato de aventuras pura y dura, en el que la tensión se va acrecentando hasta dejarnos sin respiración.
Ya sabéis que me encanta este autor, por lo que he disfrutado muchísimo de este libro. Su estilo es dinámico y preciso, encadenando sucesos y aventuras para que nos sea imposible dejar de leer. ‘¡Vuela con el bergantín!’, el relato que cierra esta selección, ya lo había leído, y aún así, a pesar de saber lo que va a ocurrir, esperas con impaciencia el desenlace, que sigue sorprendiéndote. Un maestro de la ficción, de las historias que te atrapan, de las aventuras extravagantes y de personajes heroicos. Una no puede dejar de preguntarse el placer inconmesurable que debieron sentir sus contemporáneos al verse trasladados mágicamente a través de la lectura a sitios que nunca llegarían a conocer, tan sólo a través de la pericia literaria de autores como Wilkie Collins.
Os he hablado varias veces de este autor, pero no puedo sino recordaros que nació en Londres en 1824. Hijo de un reputado pintor paisajista, pronto conoció la fortuna como autor de novelas, cuentos y piezas teatrales. Charles Dickens sería su cuñado y junto a él escribió y publicó infinidad de obras como En mares helados Una casa en alquiler. Considerado como uno de los precursores de la novela policiaca, sus novelas más conocidas serán La piedra lunar y La dama de blanco, pero a mí me gustan todas… Moriría en Londres en 1889, y dejaba un ingente legado literario.
Creo que he agotado el cupo de alabanzas, pero es que realmente lo paso bien leyendo a Wilkie Collins. Si he tenido un día un poco raro o estoy de bajón por cualquier motivo, siempre consigue sacarme una sonrisa y enfrascarme de tal manera en sus historias que se me olvida todo lo demás. Como os decía, si no habéis leído nada de él, este libro es una magnífica oportunidad para adentrarte en su mundo. Ya verás como no te arrepientes.
Yo seguía apostando más y más fuerte a cada mano y aún así seguía ganando. El nerviosismo en la sala alcanzó cotas febriles. Un coro de blasfemias y exclamaciones masculladas en los más diversos idiomas interrumpía el silencio cada vez que el oro se deslizaba hacia mi lado de la mesa; incluso el imperturbable crupier tiró al suelo su rastrillo en un arranque (muy francés) de furia y estupefacción ante mi éxito. Pero uno de los hombres allí presentes sí supo mantener la calma, y ese hombre era mi amigo. Se acercó a mi lado, y susurrando en inglés, me rogó que nos marcháramos de aquel sitio y que me diera por satisfecho con lo que ya había ganado. Para hacerle justicia, debo señalar que repitió sus súplicas y advertencias en numerosas ocasiones, y tan sólo se fue una vez hube rechazado sus consejos (estaba, en todos los sentidos, embriagado por el juego) en unos términos que excluían cualquier posibilidad de que volviera a dirigirme la palabra aquella noche.
Extracto de ‘Una cama sumamente extraña’
Navona Editorial
160 páginas
ISBN 978-84-92840-26-7
Traducción: José Luis Piquero
13,50 euros