miércoles, 21 de diciembre de 2016
Viaje a Italia (Michael Winterbottom)
The Trip fue originalmente una miniserie de 6 episodios emitida por la BBC en 2010. Ese mismo año se estrenó una adaptación cinematográfica que cortaba ostensiblemente su duración (de casi tres horas se pasó a unos 107 minutos) y que fue la que se popularizó fuera del Reino Unido. Esta cinta situaba al actor Steve Coogan y al humorista Rob Brydon dispuestos a emprender una ruta gastronómica por el norte de Inglaterra con la misión de escribir un artículo para The Observer. Interpretándose a sí mismos, Coogan y Brydon protagonizaban un divertido film repleto de gags e imitaciones pero que también tenía su parte dramática: el cineasta Michael Winterbottom parecía establecer una comparativa entre Coogan, cuyos nexos emotivos y familiares no paraban de cercenarse y Brydon, de carácter más humilde tanto en espíritu como en estilo de vida.
Varios años después, los dos protagonistas de aquella cinta se reúnen de nuevo con el mismo propósito pero esta vez con diferente destino. En Viaje a Italia, también concebida inicialmente como una miniserie, la curiosa pareja recorre de norte a sur el país transalpino para degustar un plato tras otro. Pero, como las primeras escenas muestran, esta vez las personalidades parecen cambiadas. Coogan ha vuelto a unir lazos con su hijo, amén de encontrar una necesaria estabilidad laboral. Por el contrario, a Brydon parecen no irle demasiado bien las cosas por casa, toda vez que las conversaciones telefónicas con su mujer (tan graciosas en la primera entrega) suponen un dolor de muelas para ambos cónyuges.
Aunque los protagonistas hayan dado un giro de 180 grados a sus respectivas vidas, la base de la película permanece siendo exactamente la misma. Viaje a Italia se compone de secuencias en restaurantes donde los protagonistas mantienen pequeños debates que acaban desembocando en un torrente de imitaciones que, alternadas con planos de la preparación y servicio de los platos, suponen la esencia del film. Pero también se mantienen las conversaciones telefónicas, las secuencias en la cama antes de apagar la luz, las reflexiones en torno a un poeta (en esta ocasión, Lord Byron), la aparición de los mismos personajes secundarios… Incluso las tomas de los protagonistas llegando al restaurante son similares a las de The Trip.
Todo este calco técnico y visual no sería un problema si el fondo de la película estuviese plenamente renovado. Por desgracia, Viaje a Italia tampoco aporta suficientes novedades en el guión como para alejarse del fantasma continuista. Más allá del mencionado intercambio de personalidades entre Coogan y Brydon, que peca de cierta simpleza, muchas de las gracias realizadas por este último están rescatadas de su antecesora hasta que sea imposible escapar a la sensación de que estamos ante un déjà vu constante. Es posible que una de las causas de este bajón de calidad venga dado por el hecho de que esta vez el montaje para cines parece no haberse realizado con tanta gracilidad como en su antecesora. Que en el segundo minuto de película los protagonistas ya estén en territorio italiano es un primer signo de que el ritmo no está todo lo ajustado que debería, combinando alguna secuencia demasiado atropellada con otras de carácter algo lento.
Viaje a Italia sigue siendo una película simpática y divertida de ver, pero ya no posee el gancho que sí tuvo la primera parte. Winterbottom ha eliminado las virtudes de su antecesora al mismo tiempo que recicla sus errores (resulta muy pesada tanta insistencia con Lord Byron, como sucedía con Wordsworth en The Trip), otorgando un producto final digno pero mejorable y bastante lejos de las expectativas que podían existir con el cambio de localización y el hecho de que el paso del tiempo afectara a los protagonistas. Por cierto, ya está totalmente confirmado que va a haber una tercera serie (suponemos que también tendrá su adaptación al cine) ambientada nada menos que en España, con un rodaje que comenzó el pasado mes de septiembre. Veremos si Winterbottom es capaz de cambiar de nuevo el signo de la saga.
Escrito por Álvaro Casanova
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