viernes, 29 de marzo de 2013

La biblioteca de Alejandría (3)

La biblioteca de Alejandría (2)

La biblioteca de Alejandría (1)

Carl Sagan La pesadilla de Hypatia

Ágora - Parte 1/9 Película completa en español latino





Agora

Agora (2009) Poster

Agora (2009)

Certificate: 13  -  Adventure | Drama | History  - 4 November 2010 (Argentina)
7,1
Your rating: 
  -/10 
Ratings: 7,1/10 from 31.916 users   Metascore: 55/100 
Reviews: 151 user | 161 critic | 21 from Metacritic.com
A historical drama set in Roman Egypt, concerning a slave who turns to the rising tide of Christianity in the hopes of pursuing freedom while also falling in love with his master, the famous female philosophy and mathematics professor Hypatia of Alexandria.

Director:

 

Odas Irene Papas

Escuchar álbum Irene Papas - Odas







Santorini - Vangelis - Irene Papas "Menousis"

Enigma - aD MCMXC (Full Album) 1990

The Verve - Bitter Sweet Symphony (subtitulada)

martes, 19 de marzo de 2013

El miedo a los bárbaros. Más allá del choque de civilizaciones de Tzvetan Todorov


martes, 07 de abril de 2009
Miedo a los bárbaros, de Tzvetan Todorov
Autor: Juan Antonio González Fuentes - Lecturas[2928] Comentarios[0]
El miedo a los bárbaros es lo que amenaza con convertirnos en bárbaros. El miedo se convierte en peligro para quienes lo sienten, y por ello no hay que permitir que desempeñe el papel de pasión dominante. Todavía estamos a tiempo de cambiar la orientación”. El miedo nos hace bárbaros, nos convierte en bárbaros. Desechemos el miedo a vivir, el miedo a los otros, a los demás, esa es al esencia, también, de nuestra civilización. Seamos, pues, civilizados
Juan Antonio González Fuentes 
Juan Antonio González Fuentes

El búlgaro Tzvetan Todorov (1939) es un intelectual de esos que se denominan “de las dos Europas”, pues nacido y educado en la comunista Europa del Este, vive desde el año 1963 en una de las principales capitales de la Europa Occidental, París. Todorov se autodefine como un “desplazado”, un desplazado, añado yo, multidisciplinar (filósofo, historiador, crítico, teórico literario…) al que su “condición” le proporciona una perspectiva, una visión única y enriquecedora sobre todos y cada uno de los asuntos que trata: el encuentro entre culturas, la memoria personal y colectiva, el desarraigo, la justicia y su ausencia, los problemas crecientes en las democracias occidentales contemporáneas…

Todorov también conoce bien la sociedad norteamericana, no en vano ha sido profesor en varias de sus mejores universidades (Yale, Harvard, Columbia, Nueva York, California), y desde 1987 dirige unos centros de conocimiento e investigación arraigados en la tradición francesa que tantos buenos resultados le han dado a la cultura gala: el Centro de Investigaciones sobre las Artes y el Lenguaje del Centre Nacional de la Recherche Scientifique (CNRS). 

Fuente: Ojos de papel

"Kali decapitada", Marguerite Yourcenar


Fuente: Margen de Lectura 
Yourcenar, Marguerite, “Kali decapitada”, Cuentos orientales (1938), Buenos Aires, Punto de lectura, 2008. Traducción de Emma Calatayud.

  Kali, la terrible diosa, merodea por las llanuras de la India.
 Puede vérsela simultáneamente en el Norte y en el Sur, y al mismo tiempo en los lugares santos y en los mercados. Las mujeres se estremecen al verla pasar, los hombres jóvenes, dilatando las ventanas de la nariz, salen a la puerta para verla, y los niños recién nacidos ya saben su nombre. Kali, la negra, es horrible y bella. Tan delgada en su cintura que los poetas que la cantan la comparan con una palmera. Tiene los hombros redondos como el salir de la luna de otoño; unos senos turgentes como capullos a punto de abrirse; sus muslos ondean como la trompa del elefante recién nacido, y sus pies danzarines son como tiernos brotes. Su boca es cálida, pronto se mira en el bronce de la noche como en la plata de la aurora o el cobre del crepúsculo, y se contempla en el oro del mediodía. Pero sus labios no han sonreído jamás; un collar de huesecillos rodea su alto cuellos y en sus rostros, más claro que el resto del cuerpo, sus grandes ojos son puros y tristes. El rostro de Kali, eternamente mojado por las lágrimas , está pálido y cubierto de rocío como la faz inquieta de la mañana.
  Kali es abyecta. Ha perdido su casta divina a fuerza de entregarse a los parias y a los condenados, y su rostro, al que besan los leprosos, se halla cubierto de una costra de astros. Se aprieta contra el pecho sarnoso de los camelleros procedentes del Norte, que nunca se lavan a causa de los grandes fríos; se acuesta en los lechos infectados de piojos con los mendigos ciegos; pasa de los brazos de los Brhamanes al abrazo de los miserables- raza fétida, deshonra de la luz- encargados de bañar los cadáveres; y Kali, tendida en la sombra piramidal de las hogueras, se abandona sobre las tibias cenizas. Ama así mismo a los barqueros, que son fuetes y ásperos; acepta hasta a los negros que sirven en los bazares, a quienes se azota más que a las bestias de carga; frota su cabeza contra sus hombros, cuajados de rozaduras por el ir y venir de los fardos. Triste como una enferma con fiebre que no consistiera encontrar agua fresca, va de pueblo en pueblo, de encrucijada en encrucijada, a la busca de los mismos monótonos deleites.
  Sus piececitos bailan frenéticamente, moviendo las ajorcas, que tintinean, pero sus ojos no cesan de llorar, su boca amarga nunca besa, sus pestañas no acarician las mejillas de los que la abrazan, y su rostro permanece eternamente pálido como una luna inmaculada.
Hace mucho tiempo, Kali, nenúfar de perfección, se sentaba en el trono de Indra como en el interior de un zafiro: los diamantes de la mañana brillaban en su mirada y el universo se contraía o se dilataba según los latidos de sus corazón.
  Pero Kali, perfecta como una flor, ignoraba su perfección y, pura como el día, no conocía su pureza.
  Los dioses acecharon a Kali una noche de eclipse, en un cono de sombra, en el rincón de un planeta cómplice. Fue decapitada por el rayo. En vez de sangre, brotó un chorro de sangre su nuca cortada. Su cadáver, dividido en dos trozos y arrojado al Abismo por los Genios, rodó hasta llegar al fondo de los Infiernos por donde se arrastran y sollozan aquellos que no han visto o han rechazado la luz divina. Sopló un viento frío, condensó la claridad que se puso a caer del cielo; una capa blanca se acumuló en la cumbre de las montañas, bajo unos espacios estrellados donde empezaba a hacerse de noche. Los dioses de múltiples brazos y múltiples piernas, semejantes a una ruedas que dan vueltas, huían a través de las tinieblas, cegados por sus aureolas, y los Inmortales, despavoridos, se arrepintieron de su crimen.
   Los dioses contritos bajaron del Techo del Mundo hasta el abismo llenos de humo por donde se arrastran los que existieron. Franquearon los nueve purgatorios; pasaron por delante de los calabozos de barro y de hielo en donde los fantasmas, roídos por el remordimiento, se arrepienten de las faltas que cometieron, y por delante de las prisiones en llamas donde otros muertos, atormentados por una codicia vana, lloran las faltas que no cometieron. Los dioses se sorprendían al hallar en los hombres aquella imaginación infinita del Mal, aquellos recursos y aquellas innumerables angustias del placer y del pecado. Al fondo del osario, en un pantano, la cabeza de Kali sobrenadaba como un loto, y sus largos y negros cabellos se extendían alrededor como raíces flotantes.
  Recogieron piadosamente aquella cabeza exangüe y se pusieron a buscar el cuerpo que la había llevado. Un cadáver decapitado yacía en la orilla. Lo cogieron, colocaren la cabeza de Kali encima de aquellos hombros y reanimaron a la diosa.
  Aquel cuerpo pertenecía a una prostituta, ajusticiada por haber intentado entorpecer las meditaciones de un joven Brahman. Sin sangre aquel cadáver parecía puro. La diosa y la cortesana tenían ambas, en el muslo izquierdo, el mismo lunar.
   Kali no volvió, nenúfar de perfección, a sentarse en el trono del cielo de Indra. El cuerpo, al que le había unido la cabeza divina, sentía nostalgia de los barrios de mala fama, de las caricias prohibidas, de los cuartos en donde las prostitutas meditan secretas orgías, acechan la llegada de los clientes a través de las persianas verdes. Se convirtió en seductora de niños, incitadora de ancianos, amante despótica de jóvenes, y las mujeres de la ciudad, abandonadas por sus esposos y considerándose ya viudas, comparaban el cuerpo de Kali con las llamas de la hoguera. Fue inmunda como una rata de alcantarillas y odiada como las comadrejas de los campos. Robó los corazones como si fueran un pedazo de entraña expuesto en los escaparates de los casqueros. Las fortunas licuadas se pegaban sus manos como panales de miel. Sin descanso, de Benarés, a Kapilavistu, de Bangalor a Srinagar, el cuerpo de Kali arrastraba consigo la cabeza deshonrada de la diosa, y sus ojos límpidos continuaban llorando.
  Una mañana, en Benarés, Kali, borracha, haciendo muecas de cansancio, salió de la sala de las cortesanas. En el campo, un idiota que babeaba tranquilamente sentado en un montón de de estiércol se levantó al verla pasar y se echó a correr tras ella. Ya sólo le separaba de la diosa la longitud de su sombra. Kali aminoró el paso y dejó que el hombre se acercara.
Cuando él la dejo, emprendió de nuevo el camino hacia una ciudad desconocida. Un niño le pidió limosna; ella no le aviso que una serpiente dispuesta a morder entre dos piedras entre dos piedras. Sentía un gran furor contra todo ser viviente y al mismo tiempo un deseo atroz de aumentar con ello su sustancia, de aniquilar a las criaturas saciándose con ellas. Se la pudo ver en cuclillas junto a los cementerios; su boca masticaba los huesos como los dientes de las leonas. Mató como el insecto hembra que devora a sus machos; aplastó a los hijos que paría como una cerda que se revuelve contra su camada. Y a los que exterminaba, los remataba después bailando encima de ellos. Sus labios, maculados de sangre, exhalaban el mismo olor insípido de las carnicerías, pero sus abrazos consolaban sus víctimas y el calor de su pecho hacía olvidar todos sus males.
  En la linde del bosque, Kali tropezó con el Sabio.
  Se hallaba sentado, con las piernas cruzadas, con las palmas unidas, y su cuerpo descarnado estaba tan seco como la leña preparada para encender la hoguera: Nadie hubiera podido adivinar si era muy joven o muy viejo, sus ojos que todo lo percibían, apenas eran visibles por debajo de sus parpados medio cerrados. La luz se disponía en torno a él en forma de aureola, y Kali sintió subir de las profundidades de sí misma el presentimiento del gran descanso definitivo, parada de los mundos, liberación de los seres, día de bienaventuranza en que la vida y la muerte serían igualmente inútiles, edad en que todo se resorbe en Nada. Como si esa pura nada que acababa de concebir se estremeciera en ella a la manera de un futuro hijo.
   El Maestro de la gran compasión levantó la mano para bendecir a la que pasaba.
  -Mi cabeza fue soldada a la infamia- dijo ella-. Quiero y no quiero; sufro, y, no obstante, gozo; me da horror vivir y miedo morir. 
 -Todos estamos incompletos- dijo el Sabio-. Todos nos hallamos divididos y somos fragmentos, sombras, fantasmas sin consistencia. Todos creemos llorar y gozar desde hace siglos.
  -Yo fui Diosa en el cielo de Indra- dijo la cortesana.
 -Y tampoco estabas libre del encadenamiento de las cosas, y tu cuerpo de diamante no estaba mas resguardado de la desgracia que tu cuerpo de barro y carne. Tal vez, mujer sin ventura, al errar deshonrada por los caminos te hallás mas cerca de accede a lo que no tiene forma.
  -Estoy cansada- gimió la diosa.
  Entonces tocando las trenzas negras y manchadas de ceniza con las puntas de los dedos, dijo el Sabio:
 -El deseo te enseñó la inanidad del deseo; el arrepentimiento te enseño la inutilidad de arrepentirte. Ten paciencia, ¡Oh, Error!, del que todos formamos parte… ¡Oh imperfecta!, en quien la perfección toma conciencia de sí misma, ¡Oh, Furor!, que no eres necesariamente inmortal.

http://margendelectura.blogspot.com.ar/2009/09/kali-decapitada-marguerite-yourcenar.html

Conferencia de Todorov en Buenos Aires


Todorov en Buenos Aires

Tzvetan Todorov dictó una conferencia en el auditorio de la Fundación OSDE.
Por Matías Fernández.

               Espacio de cultura en primera persona.

Ayer estuve en la primera de dos conferencias que va a dar el lingüista y filósofo Tzvetan Todorov en Buenos Aires. El lugar elegido fue el auditorio OSDE, un lugar excelente, de gran capacidad y comodidad.
Antes algunas palabras para la organización. La cita era para las seis de la tarde, salí de mi trabajo y llegué pocos minutos después. Había una fila larga que ocupaba todas las escaleras hasta el segundo subsuelo, donde está el auditorio. La entrada fue relativamente rápida, toda la demora se producía porque a la entrada del auditorio era necesario dar nombre y apellido; la asistencia era con registro previo. Aquí aparece lo negativo. A pesar de estar registrado desde el día 24 de septiembre, no aparecía en la base de datos. Eso significó en un primer momento que no podría entrar, así de simple, gracias a un error ajeno. Por suerte no era el único y un grupete de señoras hicieron fuerza suficiente como para que nos dejaran pasar. Superado el mal trago.
El locutor Ricardo “Tero” Martínez Puente fue el encargado de presentar el encuentro. Después el sociólogo Luis Alberto Quevedo hizo un resumido repaso por la carrera del invitado antes de darle la palabra. Una vez que Todorov empezó a hablar, ya no paró durante casi dos horas. Se explayó sobre las ideas de civilización, barbarie y culturas. Dejo claro que “civilización” lo usaba como término opuesto a barbarie y culturas para referirse a los diferentes pueblos y no confundirse con “civilizaciones”. El recorrido fue extenso, empezó con los bárbaros y la vulgata sobre qué eran los bárbaros y llegó hasta Mao.
Cuando vienen intelectuales de semejante porte, pasa algo raro. Todos asistimos como encandilados, a ese hombre lo leímos decenas de veces e impregnó todo nuestro saber desde antes de que naciéramos, en mi caso. Pero cuando lo escuchamos, no recibimos nada nuevo, parece todo un gran refrito. Es lo mismo que pasa cuando vemos los sketches de los Hermanos Marx, todo parece conocido y aburrido, precisamente porque ellos inventaron cada uno de los chistes que vimos desde aquel entonces. Algo similar pasó con Todorov. Lo leímos tanto que ya no siquiera tenemos un conocimiento consciente y detallado de sus tesis, pareciera que lo que dice es “natural”, sabido, corriente. Evidentemente no es así.
Había en el auditorio mucha gente que tengo vista de la Universidad, seguro asistieron con el mismo espíritu que yo. Cuando Todorov terminó con su exposición (que pudimos escuchar los que no hablamos francés gracias a una buena traducción simultánea con auriculares provistos por la organización) se hizo lugar a preguntas que el público debía entregar en papelitos para que Quevedo seleccione. Se le preguntó por el tema de Merkel (Canciller alemana) y su postulado multiculturalismo, por la política exterior de Estados Unidos, por el conflicto con las ropas que pueden o no llevar las mujeres musulmanas en Francia y por la bajada de su libro que menciona al choque de culturas, título de un libro de Samuel
Huntington. Sin embargo la pregunta que hizo reir a muchos fue si había leído el Facundo. No fue un acto de vanidad por parte del público, como podría pensarse en un primer momento, el título de la conferencia era “Civilización, barbarie y culturas”. Bien podría tratarse de una cita a Sarmiento en ocasión de la primera visita de Todorov a nuestro país. Bueno, no, no fue así. Quevedo comentó que durante un café que habían tomado esa misma tarde, le preguntó si había leído el libro y Todorov le confesó que no. Esto no significa nada, ni bueno ni malo. Quizás solo una pista de que uno de los pilares fundamentales de nuestra literatura no sea tan fundamental en los países centrales, como alguna vez nos animamos a imaginar.

sábado, 16 de marzo de 2013

Todorov afirma que el respeto a los extranjeros determina el grado de civilización de una sociedad


PDFImprimirE-Mail
El Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales ha lamentado en su intervención que se siga tratando a las personas inmigrantes con menos afecto y que no tengan los mismos derechos que los habitantes del país en el que residen.

INTERVENCIÓN DEL SR. TZVETAN TODOROV:

Antes de la época contemporánea, el mundo jamás había sido escenario de una circulación tan
intensa de los pueblos que lo habitan, ni de tantos encuentros entre ciudadanos de países
diferentes.
Las razones de tales movimientos de pueblos e individuos son múltiples. La
celeridad de las comunicaciones incrementa el prestigio de los artistas y de los sabios, de los
deportistas y de los militantes por la paz y la justicia, poniéndolos al alcance de los hombres
de todos los continentes.
La actual rapidez y facilidad de los viajes invita hoy a los habitantes
de los países ricos a practicar un turismo de masas. La globalización de la economía, por su
parte, obliga a sus elites a estar presentes en todos los rincones del planeta y a los obreros a
desplazarse allá donde puedan encontrar trabajo.
La población de los países pobres intenta por todos los medios acceder a lo que considera
el paraíso de los países industrializados, en busca de unas condiciones de vida dignas.
Otros huyen de la violencia que asola sus países: guerras,
dictaduras, persecuciones, actos terroristas.
A todas esas razones que motivan los desplazamientos de las poblaciones se han sumado,
desde hace algunos años, los efectos del calentamiento climático, de las sequías
y de los ciclones que este conlleva.
Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados, por cada centímetro de elevación
del nivel de los océanos, habrá un millón de desplazados en el mundo. El siglo XXI se
presenta como aquel en el que numerosos hombres y mujeres deberán abandonar su país de
origen y adoptar, provisional o permanentemente, el estatus de extranjero.
Todos los países establecen diferencias entre sus ciudadanos y aquellos que no lo son, es
decir, justamente, los extranjeros. No gozan de los mismos derechos, ni tienen los mismos
deberes. Los extranjeros tienen el deber de someterse a las leyes del país en el que viven,
aunque no participen en la gestión del mismo.
Las leyes, por otra parte, no lo dicen todo: en el marco que definen, caben los miles de actos
y gestos cotidianos que determinan el sabor que va a tener la existencia.
Los habitantes de un país siempre tratarán a sus allegados con más
atención y amor que a los desconocidos. Sin embargo, estos no dejan de ser hombres y
mujeres como los demás. Les alientan las mismas ambiciones y padecen las mismas
carencias; sólo que, en mayor medida que los primeros, son presa del desamparo y nos lanzan
llamadas de auxilio.
Esto nos atañe a todos, porque el extranjero no sólo es el otro, nosotros
mismos lo fuimos o lo seremos, ayer o mañana, al albur de un destino incierto: cada uno de
nosotros es un extranjero en potencia.
Por cómo percibimos y acogemos a los otros, a los diferentes, se puede medir nuestro grado
de barbarie o de civilización. Los bárbaros son los que consideran que los otros, porque no se
parecen a ellos, pertenecen a una humanidad inferior y merecen ser tratados con desprecio o
condescendencia.
Ser civilizado no significa haber cursado estudios superiores o haber leído
muchos libros, o poseer una gran sabiduría: todos sabemos que ciertos individuos de esas
características fueron capaces de cometer actos de absoluta perfecta barbarie.
Ser civilizado significa ser capaz de reconocer plenamente la humanidad de los otros,
aunque tengan rostros y hábitos distintos a los nuestros; saber ponerse en su lugar y mirarnos
a nosotros mismos como desde fuera.
Nadie es definitivamente bárbaro o civilizado y cada cual es responsable de
sus actos. Pero nosotros, que hoy recibimos este gran honor, tenemos la responsabilidad de
dar un paso hacia un poco más de civilización.


martes, 12 de marzo de 2013

'Aventuras y desventuras del príncipe Otto', vuelve Robert Louis Stevenson


No sé si lo sabéis, pero me encanta Robert Louis Stevenson. Me gustan sus novelas de aventuras, sus personajes estrambóticos y sus finales no siempre felices. En esta ocasión, os traigo Aventuras y desventuras del príncipe Otto, un clásico poco conocido en nuestro país y que vuelve de la mano de la editorial Backlist. Salió a la venta el pasado día ocho de enero, por lo que ya lo tenéis disponible en vuestra librería favorita.
Como bien indica su nombre, ‘Aventuras y desventuras del príncipe Otto’ nos cuenta la historia del indolente príncipe de un pequeño y remoto estado que sufrirá las intrigas de sus contrincantes para hacerse con el poder del reino. Por supuesto, hay muchas aventuras, romances, e incluso una personal travesía por el desierto. Suena bien, ¿eh?
Aunque Robert Louis Stevenson (1850-1894) tuvo que sufrir desde muy joven los ataques de la tuberculosis, esto no le impidió ser un escritor pródigo. Sin embargo, no ha sido hasta hace relativamente poco cuando ha conseguido superar una especie de maldición que lo condenaba como escritor menor de literatura juvenil. Es ahora cuando se le reconoce como el gran escritor que es, con un importante peso en la literatura inglesa.
La editorial Backlist se caracteriza por la recuperación de libros caídos en el olvido o descatalogados por otras editoriales. No os voy a repetir cuánto me gustan a mí estas cositas… Eso sí, le pongo un ‘pero’ (por ponerle algo) y es que la página web no está actualizada, por lo que no se pueden ver los detalles de los últimos libros publicados, entre ellos este del que estoy hablando.
Como ya os he dicho, me encanta Stevenson. No he leído nada de él que no me guste, pero si tuviera que quedarme con algo suyo elegiría sin duda las aventuras de David Balfour, en los libros SecuestradoCatriona. No dudéis que ‘Las aventuras y desventuras del príncipe Otto’ vendrá a engrosar mi ya de por sí bien nutrida biblioteca. Qué se le va a hacer, una es así...
En Papel en Blanco | Tras las huellas de Robert Louis Stevenson

Cosas que probablemente no sabías de Sherlock Holmes: nunca dijo “elemental, querido Watson”


  • La repetida frase “elemental, querido Watson” (Elementary, my dear Watson), jamás aparece en ninguna de las obras de Arthur Conan Doyle, el creador de Sherlock Holmes. Lo más próximo que encontramos a esta construcción popular es la que figura en El sabueso de los Baskerville: “Interesante aunque elemental”. O “Me temo, querido Watson, que la mayoría de sus conclusiones son erróneas”.
  • Las cascada donde murió Sherlock Holmes, se pueden visitar en Suiza, e incluso encontraréis allí una pequeña plaquita que conmemora la lucha final entre Moriarty y Holmes. El problema final es el cuento corto de 1893 en el que Arthur Conan Doyle narra la muerte de Holmes. Allí se explicita que Holmes viaja a las montañas suizas para entablar la discusión final con su Némesis, una de las mentes criminales más brillantes de Europa, el profesor Moriarty. Ambos forcejean a la vera de la cascada de Reichenbach, y Holmes se precipita al vacío, perdiendo la vida.
Al final, sin embargo, Holmes fue revivido no tanto por la presión de los lectores como de su madre.
Y es que los lectores de las aventuras de Sherlock Holmes sufrieron tal decepción con aquel desenlace que escribieron cientos de cartas al autor reclamando que Holmes resucitara. La presión de los editores también fue considerable, dado que las aventuras de Sherlock Holmes les proporcionaban pingues beneficios. Pero sólo una persona acabó por convencer a Conan Doyle: su madre. Su madre no le perdonó que acabara con la vida del detective de aquella forma tan triste.
Así que Conan Doyle escribió otro cuento, La aventura de la casa deshabitada, donde el doctor Watson relata cómo se le aparece Holmes disfrazado de viejo y deforme bibliófilo, contándole que, en realidad, el único que se había precipitado en aquella cascada fue Moriarty. Y asunto arreglado, todos contentos.
  • Stanfords es una de las mejores librerías de viajes del mundo. La librería fue fundada por Edward de Stanford en 1853, en Charing Cross, Londres. Las estanterías de Stanfords fueron recorridas por personajs como: Ernest Shackleton, Amy Johnson, Florence Nightingale, Cecil Rhodes, Sir Wilfred Thesiger. Incluso el personaje de ficción Sherlock Holmes compró un mapa de Stanfords en El sabueso de los Baskerville.
  • Conan Doyle describió al perspicaz Sherlock Holmes de la siguiente manera: cuerpo enjuto, nariz aguileña, labios finos… muy diferente a la imagen icónica que todos conservamos de Sherlock Holmes: el sombrero de cazador de gamos, un sombrero que nunca se menciona en la obra de Conan Doyle: es un añadido del ilustrador de The Strand Magazine Sidney Paget (que usó a su hermano como modelo para plasmar el aspecto final de Holmes). La pipa tan característica tampoco figura en las novelas: no apareció hasta que fue usada en una dramatización de teatro de uno de los relatos en la década de 1920.
  • La primera película sobre Holmes es una película muda que dura 30 segundos y se titula Sherlock Holmes Baffled.
  • El personaje del doctor Gregory House (Interpretado por Hugh Laurie en la serie de televisión House) está inspirado en la personalidad y capacidad analítica de Sherlock Holmes, por eso sus apellidos se asemejan, así mismo, el mejor amigo de House se llama James Wilson, que se asemeja al de John Watson, compañero de Holmes. En el capítulo 7 de la 2ª temporada, titulado “Cacería”, descubrimos que House vive en el 221B. El primer paciente de House en la serie se apellidaba Adler (Irene Adler fue la mujer que más influyó en Sherlock Holmes).
http://www.papelenblanco.com/metacritica/cosas-que-probablemente-no-sabias-de-sherlock-holmes-nunca-dijo-elemental-querido-watson#comments

I Wish You Were Here

Por lo tanto,
Así que crees que puedes distinguir
El cielo del infierno,
Cielos azules del dolor
¿Puedes distinguir un campo verde
Desde un frío riel de acero?
Una sonrisa de un velo?
¿Crees que puedes distinguir?
¿Consiguieron hacerte cambiar
Sus héroes por fantasmas?
Cenizas calientes por árboles?
Aire caliente por una brisa fresca?
Consuelo de tontos para el cambio?
¿Y cambiaste
Una caminata en parte en la guerra
Por un papel principal en una jaula?
Como deseo, como desearía que estuvieras aquí¡Como me gustaria, Como me gustaria Que estuvieras here
Sólo somos dos almas perdidas
Nadando en una pecera,Nadando en Una pecera,
Año tras año,Año Tras Año,
Corriendo sobre el mismo viejo suelo.
¿Qué hemos encontrado?¿QUE HEMOS encontrado?
Los mismos viejos temoresLos miedos de siempre
Wish you were herehttp://letras.com/alpha-blondy/1603927/traduccion.html

Le Feu - Alpha Blondy

Vous jouez avec le feu
Vous jouez avec le feu
Vous jouez avec le feu
Vous jouez avec le feu
Finkélé nébé dounougnan konnon
Até hinnin, até siran, até fa
A togo léyé tassouman
Walaye n’man ko soro
Aya kélé daboh touman nan
Walayé ayé n’togo bo aya kélé ni nan dé
N’ko walayé, n’man ko soro
Alé kélé dabo, touman nan
Walai ayé n’togo boh aya kélé ni nan dé
Badi…
Vous jouez avec le feu
Vous jouez avec le feu
Vous jouez avec le feu
Vous jouez avec le feu
Vos querelles sempiternelles
Font la louange de la géhenne
Avec vos querelles personnelles
Vous nous éclaboussez de votre haine
Vaut mieux une fin effroyable qu’un effroi sans fin
Vous vous trompez de guerre
Parce que vous vous trompez d’adversaire
Et vous jouez avec le feu
Vous jouez avec le feu
Vous jouez avec le feu
Vous jouez avec le feu
Finkélé nébé dounougnan konnon
Até siran, até fa, até hinnin,
A togo léyé tassouman

Alpha Blondy (Le Feu)

Alpha Blondy - Sweet Fanta Diallo

sábado, 9 de marzo de 2013

Damiselas en apuros

ver pelicula Damiselas en apurosTitulo original: Damsels in Distress 
Género: Drama 
Año: 2011 
Duración: 99 min 
Sinopsis: Un grupo de universitarias obsesionadas con la moda se hacen amigas de una chica a la que enseñan su equivocada forma de ayudar a la gente. Cuando a la muchacha le sale un pretendiente, el grupo desconfía de sus intenciones.