miércoles, 31 de agosto de 2016

The Hidden Library Of Alexandria - Ancient Mystery Documentaries

Fascinante: vídeo em 3D convida-nos a passear pela antiga cidade de Alexandria!


Por: Renato Drummond Tapioca Neto
Erigida em 331 a.C. por ordem de Alexandre o Grande, Alexandria, cidade portuária que leva o nome do seu fundador, é uma das construções mais conhecidas da Idade Antiga. Famosa pela sua grande biblioteca (que não tem relação com a atual) e pelo farol, tido como uma das 7 maravilhas do mundo, por anos ela foi o centro do poder no Egito sob o reinado dos Ptolomeus, última dinastia de faraós, cujo governante mais famoso foi nenhum outro senão Cleópatra VII. Ao longo dos séculos, a cidade sobreviveu à ascensão e queda de impérios e foi o lar de muitos estudiosos e filósofos. Infelizmente, uma série de eventos tiveram um efeito danoso sobre seu perímetro urbano, como o incêndio que devastou a biblioteca junto com sua vasta coleção de papiros e manuscritos. Em 1323 d.C., um grande terremoto destruiu o que restava de sua antiga glória, o farol. Hoje, a atual Alexandria em nada lembra a sua versão anterior. Contudo, a equipe do Ancient Vine Studios apresentou um vídeo em 3D onde é possível passear pela antiga cidade portuária e conhecer seus edifícios famosos, como o farol, o palácio de Cleópatra e a biblioteca. Confira:
Depois de conquistar a Síria em 332 a.C., Alexandre o Grande rumou com seu exército para o Egito, onde fundaria a mais famosa de suas vinte Alexandrias, originalmente localizada na pequena cidade portuária de Rhakotis. Alexandre pretendia fazer dali uma grande capital para o seu império ascendente. Encantado com o projeto arquitetônico da cidade, o historiador Strabo (63 a.C – 21 d. C.) escreveu que “a cidade tem recintos públicos e palácios magníficos, que cobrem um quarto ou um terço de toda a área”. Tais palácios e grandes casas, descritas por Strabo, porém, não existiam antes da chegada de Alexandre, que se tornou muito querido pelos egípcios e foi proclamado semideus pelo oráculo de Siwa. Contudo, o monarca passaria poucos meses ali. Ele marchou com seu exército para Tiro, na Fenícia, deixando seu comandante, Cleomenes, para supervisionar a construção de Alexandria.  Cleomenes logo foi substituído por Ptolomeu, um dos generais de Alexandre e fundador da dinastia Ptolomaica (332-30 a.C.). Quando o soberano morreu, em 323 a.C., Ptolomeu trouxe seu corpo embalsamado para a cidade, onde foi sepultado à moda egípcia.
Com a morte de Alexandre o Grande, seu vasto império foi dividido entre os seus generais. Ptolomeu o sucedeu como faraó no Egito e transferiu a capital do país da antiga cidade de Mênfis para Alexandria. De acordo com o historiador Mangasarian:
Sob os Ptolomeus, uma linhagem de reis gregos, Alexandria logo entrou em emergência, e, acumulando cultura e riqueza, se tornou a mais poderosa metrópole do oriente. Servindo como porto da Europa, ela atraiu o lucrativo comércio da Índia e da Arábia. Seus mercados foram enriquecidos com as lindas sedas e tecidos dos bazares do oriente.  Riqueza traz lazer, e, por sua vez, as artes. Ela se tornou, como o tempo, o lar de uma maravilhosa biblioteca e de escolas de filosofia, representando todas as fases e os tons mais delicados de pensamento. Ao mesmo tempo, era crença geral de que o manto de Atenas havia caído sobre os ombros de Alexandria.
A cidade cresceu bastante e passou a atrair acadêmicos, cientistas, filósofos, matemáticos, artistas e historiadores, tais como Eratóstenes, Euclides, Arquimedes e Hero, cada um deles contribuindo para o enriquecimento de uma das mais famosas bibliotecas de que a história tem registro.
A Grande Biblioteca de Alexandria.
A Grande Biblioteca de Alexandria.
A construção da Grande Biblioteca de Alexandria começou sob o reinado de Ptolomeu I (305-285 a.C.) e foi completada no de seu filho e sucessor, Ptolomeu II (285-246 a.C.), que fez muitos pedidos de livros a outros governantes e acadêmicos para enriquecer a coleção. Segundo os historiadores Oakes e Gahlin, “havia espaço [na biblioteca] para até 70.000 rolos de papiro”. Muitos dos livros foram comprados, embora outros meios também fossem utilizados para adquiri-los: “com o intuito de adquiri obras cobiçadas, todos os navios que entravam no porto eram vasculhados. Todo o livro encontrado era levado para a biblioteca, onde se decidia se seria devolvido, confiscado ou substituído por outra cópia”. Até hoje ninguém sabe ao certo quantos títulos eram abrigados na Biblioteca de Alexandria, contudo, é possível fazer uma estimativa de 500.000 obras. Diz-se que Marco Antônio e Cleópatra teriam doado 200.000 livros para a instituição.

The Lighthouse of Alexandria and the Ancient Port of Alexandria

sábado, 20 de agosto de 2016

RECETA DE TORTA DE FRUTILLAS CON CREMA

Cómo hacer que tus OJOS se vean MÁS GRANDES | Que HACER y Que EVITAR. Li...

COMO: Delinear tus ojos / 10 Formas Diferentes

Delineado para principiantes

3 FORMAS DE DELINEAR LOS OJOS (PRINCIPIANTES)

Delineado perfecto: ojo de gato. Paso a paso por Lizy P ♥ Perfect cat ey...

Cómo hacer un macetero con palets y evitar que con el riego se pudra la ...

Jardineria - creando macetas

miércoles, 17 de agosto de 2016

"1er COLOQUIO DEL AMOR" de DARÍO SZTAJNSZRAJBER



                                                                           


No es nuestra intención la repetición dogmática de los discursos establecidos sobre el amor, que pueden ser muy contenedores y tranquilizadores y pueden dar mucho marco, pero poco representan ese elemento transgresor que tiene el amor. Porque hay algo de riesgo en el amor, que lo hace algo no seguro; el amor como algo seguro me parece que nos puede brindar toda una serie de contenciones posibles, pero que lejos están de lo que históricamente, y diría casi filosóficamente, el concepto del amor genera o provoca.
Yo quiero más o menos posicionar la cuestión del amor en la filosofía. Se toca en algún punto con la religión, porque la filosofía y el discurso religioso, cuando hablan sobre el amor, están ahí uno al lado del otro, son vecinos.
Aunque, es sabido, la diferencia sobre un tratamiento religioso y un tratamiento filosófico es que la filosofía se supone que no parte de ningún dogma. Muchos apasionados del discurso religioso me dirán “bueno, la religión tampoco”, porque evidentemente en la medida en que uno asume ciertas afirmaciones desde las que parte como verdaderas no las visualiza como dogmas.
Entonces, para no tener esa discusión, simplemente digamos que son dos discursos bastante parecidos, pero que el de la filosofía no está en todo caso concentrado en un texto, en un acontecimiento, como puede ser el texto bíblico o el acontecimiento de las distintas revelaciones
religiosas a las que hace mención por ejemplo La Biblia. Sino que, al revés, parte de poder pensar la naturaleza de cualquier hecho de la manera más desnuda posible.
A mí me encanta hacer filosofía de esa manera: no desnudos, sino desnudando los conceptos; esto es, quitándoles todo el marco teórico previo que tienen. Esto, se dice en filosofía, es hacer un abordaje fenomenológico: ir al fenómeno.
O sea, cuando hablamos de amor, ¿de qué hablamos? Este sería el primer dilema. Está tan revestido el concepto de amor de tantas palabras, de tanta teoría, de tanto uso y abuso, que no queda claro de qué hablamos cuando hablamos de amor. Y al tratar de concentrarnos en qué es el amor, en qué trama categorial lo encontraríamos, ¿qué diríamos que es? ¿Es un sentimiento?
¿Es un estado de ánimo? ¿Dónde lo colocaríamos? ¿Y quién sería el especialista entonces sobre esto? ¿Un psicólogo? ¿Un médico? ¿Un antropólogo?
¿Quién habla sobre el amor, a quién le creo? ¿Quién ha construido una autoridad, desde el saber, para hablar del amor?
Respuesta: muchos. Que es una no respuesta, por cierto. Porque no es que hay una amorología o algo así, una disciplina que trate específicamente del amor. Un religioso no habla de otra cosa que no sea del amor; pero para los que por ahí no compartimos el discurso religioso, nunca iríamos a escuchar a alguien de la religión para convocar algún tipo de sentido del amor. Un psicoanalista también habla mucho del amor; pero está por ahí muy direccionado al amor vincular. ¿Pero el amor solo se reduce al vínculo? Ven entonces que es una palabra tan amplia, se vuelve tan vaga, que es muy difícil de circunscribir su sentido.
Podríamos marcar algunos dilemas que hay alrededor del amor. El primero, que creo que es el más cotidiano, el que nos atraviesa a todos, sería el siguiente: si el amor tiene que ver con algo específicamente científico, o si, al revés, la ciencia, cualquier ciencia, nos queda corta para hablar del amor. O sea, ¿es el amor algo reducible a una investigación científica? Y en tal caso, ¿a cuál? ¿Qué ciencia es la ciencia que nos puede hablar del amor? O no: el amor siempre supone un exceso, un desbordamiento, que hace imposible que cualquier aproximación científica pueda llegar a dar respuesta sobre él. Casi diría que esta segunda postura tiene que ver más con el arte
que con la ciencia. Entonces, que no podemos terminar de pensar al amor en su totalidad, siempre se nos escapa. Cuando quiero entender el amor, algo entiendo; pero eso que entiendo no es el amor. Creo que entiendo el amor, pero estoy entendiendo algo así como la traducción del amor para la posibilidad de mi propia comprensión. La típica: cuando uno siente que quiere mucho a alguien y dice la más remanida de las frases y sin embargo muy eficiente: “no me alcanzan las palabras para decir lo que siento”. No es una huevada eso; aunque sea una frase tan cursi o tan remanida, hay algo ahí presente en el amor que hace ruido, porque realmente nos hace pensar hasta qué punto nuestro sistema de pensamiento puede o no puede dar lugar aesa explicación, y por qué es así.
Esto, si hay que ponerle nombre, digamos que estamos proponiendo un primer abordaje de la cuestión del amor en un dilema que sería: si del amor se puede dar una explicación científica o una explicación metafísica.
Es otro problema la palabra metafísica, porque también está usada de forma muy diversa; pero acá la estamos oponiendo a científica. Es decir, hay algo que explica el amor que no se reduce a la explicación que la ciencia puede proveer. Metafísica, en griego, significa “más allá de la física”; meta es “más allá”, physis en griego es “naturaleza”. O sea, es “más allá de lo natural”. La ciencia explica lo natural, sobre todo las ciencias naturales.
Pero el arte, la religión, todos esos discursos sobre el amor excederían la explicación científica.
¿Qué diría una explicación científica sobre el amor? Concentrémonos en una ciencia particular. Y para ser extremistas, y darle un poco de onda al dilema, tomemos la más extrema, que es la biología. Para la biología, el amor es algo que se explica a partir de nuestro cuerpo, del funcionamiento corporal que atraviesa a todas las personas como nosotros, que somos seres corpóreos.
O sea, el fenómeno del amor no estaría más que reducido a una explicación que tome el funcionamiento natural de nuestros cuerpos y explique lo que le pasa: qué le pasa al cerebro, qué le pasa a la sangre, por qué producimos las secreciones que producimos; algo se mueve en nuestros cuerpos, y eso es el amor. Una cuestión, se diría, absolutamente orgánica. Cuando uno
quiere explicar por qué conocí al amor de mi vida, si alguno de ustedes cree que hay un amor de la vida eterna, supónganse, o cuestiones de amor de alguien, la explicación es básicamente científica: hay siete mil millones de personas en el mundo, uno hace un esquema de posibilidades y combinaciones, entiende los lugares por los que uno se maneja y encontrar el amor de la vida se explica a partir de eso. No es que hay magia, o encantamiento, o destino, o algún movimiento astrológico que generó que me encuentre entonces con alguien.
Es más, piensen por un minuto: ese amor que suponiendo que es el amor de nuestra vida, que es la persona que estuvo esperando eternamente que la encontremos, ¿entre cuántas personas conocidas finalmente fue encontrada?
Es decir, ¿entre cuántas personas terminamos conociendo al amor supuestamente de nuestra vida, personas posibles de ser nuestra pareja? ¿Ochenta? ¿Cien, doscientas? Pongámosle, uno está medio sacado en Facebook poniendo “Estado sentimental: en búsqueda” y entonces le caen mil.
Pongámosle entonces, mil: entre mil uno empieza a barrer un poco y queda uno, queda el par; queda uno y otros dando vueltas. Ahora, ¿ese uno es de cuántos posibles, con los que uno tuvo relación, de cien, de mil? Ahora, ¿es el amor de mi vida? ¿Cómo pasamos de la idea de una persona que es “nuestra alma gemela” o “el amor de nuestra vida” a una compilación numérica
básica, que explica que uno en la vida se cruza con una cantidad de gente en virtud de una cantidad de posibilidades o variables azarosas que hacen que finalmente uno se cruce con una persona, estando uno y otro con un estado de ánimo y disposición abierta para generar con esa persona un matrimonio? Porque además, justo en ese momento uno estaba de buen humor, o no tenía mucho trabajo, o todos sus amigos se habían casado, entonces uno estaba diciendo “bueno, me toca”… Yo tengo una amiga que es soltera; todas sus amigas se casaron, y dijo “bueno, me toca a mí”. Y se casó. Se cruzó con alguien muy copado y se casó. Pero si no hubiese vivido ese momento en que todas sus amigas se estaban casando, bueno, por ahí esperaba más. Es que la vida es eso: uno tiene infinitas posibilidades –posibilidades de todo– y elige una. ¿Qué hace el resto de la vida? Se lamenta de por qué no eligió todas las otras, por supuesto.
Esa, por lo tanto, es una perspectiva científica, que nos pueden sonar hasta un punto algo graciosa. Porque la metafísica, ¿qué diría? Hay alguien que está allí y te completa, esperándote desde siempre y para siempre, para que vos finalmente seas pleno, te realices, te vuelvas una totalidad y te abras a la inmensidad originaria del universo, del que todos provenimos y al que todos finalmente llegamos. La metafísica le da al amor una explicación sobrenatural.
Y hace del amor algo que nos atraviesa en lo más profundo; quiero decir, nos contiene, le da sentido. Como decía el Padre Molina: el amor nos conmueve. No es casual. A ver si se entiende esto: yo prefiero que la religión hable metafísicamente del amor, porque es su métier. Me choca más cuando alguien que no es del mundo religioso dice “yo soy ateo, no creo en Dios, no creo en nada”, pero lo endiosa al amor como si fuera un nuevo dios; ahí está la contradicción, en pensar al amor desde un punto de vista religioso, descreyendo de lo religioso. Y la metafísica tiene eso.
Entonces, este sería un primer dilema acerca del amor, si tiene que ver con la ciencia o con la metafísica. Ahora bien, creo que no hay posturas extremas: si alguien me pregunta “bueno, vos, Darío, ¿en qué crees, en el amor científico o en el amor metafísico?”, yo diría “bueno, depende”. Porque uno está ahí, pululando. Hay día en que uno se vuelve hipercientífico, y hay días en que uno la está pasando mal y necesita creer en algo. Pienso que la metafísica es más que nada una necesidad, porque genera contención; entonces hay días en que uno necesita creer y entonces se vuelve más fuerte el amor metafísico. Lo que sí cuestiono es la sobrevaluación. Creo que el amor está sobrevaluado, mucho; y si bien es muy importante el amor, la sobrevaluación lo banaliza, lo vacía, le quita ese poder que me parece que tiene y del que estamos hablando.
El otro dilema que creo interesante dejar asentado es si el amor tiene que ver con una cuestión vincular o, como decimos en filosofía, es una cuestión ontológica.
Ya tiré la metafísica, ahora tiro otra palabra de la jerga filosófica que es ontológica. Lo digo fácil: el dilema es si el amor es una cuestión vincular, que tiene que ver con el amor de parejas o con el amor con los hijos, es decir, que el amor tiene que ver con un vínculo entre personas; o si el amor es una cuestión ontológica, es decir, que no tiene que ver solo con seres humanos, sino que está presente en la naturaleza misma de las cosas. Eso es ontológico: que tiene que ver con la realidad misma.
Por ejemplo, había un pensador griego, con un nombre muy particular, muy gracioso para nosotros, que se llamaba Empédocles, que decía que todas las cosas están hechas de cuatro elementos: agua, tierra, aire, fuego. Esos elementos están ahí, en el mundo. Ahora, cuando se juntan, conforman algo: por ejemplo, una botella de agua, en la que hay más porcentaje de agua que de los otros elementos; o una mesa, en la que hay más tierra que agua. Así se van combinando; uno hasta podría hacer una cuantificación de los porcentajes que tienen los elementos en cada cuerpo, y sacar de qué se trata: 70% de tierra, 20% de agua, 6% de fuego, 4% de aire, qué se yo: una vaca.
Todas esas teorías antiguas hoy son casi un cuento de niños, pero eran divertidas, tenían onda, digamos. Pero ¿cómo se juntaban los elementos? Y acá Empédocles dice: se juntan formando un cuerpo, porque existe el amor y el odio. El amor junta los elementos y el odio los separa.
Esta es una explicación de alguien hace casi tres mil años, muy interesante, pero que está colocando al amor en otro lugar. No está hablando del vínculo, no es que uno porque está con alguien junta el agua y el aire, no; sino que está hablando de cómo se van constituyendo los diferentes cuerpos que existen en la naturaleza. Y el amor y el odio aparecen como fuerzas cósmicas. Así, el amor que uno puede tener por su pareja o por sus hijos sería como un caso de amor, una expresión específica del amor mucho más grande que se da en las cosas mismas.
Y el tercer dilema es si hay una o muchas maneras del amor. Sobre esto quiero simplemente decirles que para los griegos el amor no era una palabra como para nosotros. Nosotros tenemos una misma palabra para decir “amo a mi mamá”, “amo a mi pareja”, “amo a mi patria”, “amo a mi equipo de fútbol”, “amo un ideal”, “amo a Dios”… Y el usar la misma palabra no es una minucia: las palabras no son meramente artefactos o accesorios que uno utiliza para decir una idea, sino que constituyen toda una manera de pensar.
Y los griegos tenían tres palabras diferentes. Una cosa era eros para hablar del amor –de ahí viene erotismo–, donde el amor tiene que ver con el deseo, con el encantamiento. La palabra eros estaba como más circunscripta al amor vincular. Y, claro, el deseo tiene una estructura un poco problemática, porque el deseo nunca se colma: uno desea algo, cuando alcanza ese algo no es que se apagó el deseo, sino que sigue, continúa, nunca puede terminar de alcanzar su objetivo. Entonces, el amor erótico tiene ese problema: es algo efímero y, por lo tanto, de una insatisfacción infinita. Estamos todo el tiempo buscando algo que se nos escapa; lo alcanzamos por momentos, eso es lo que genera el enamoramiento: un momento, un enganche y después… el
deseo vuelve a emerger. Por eso, para que en una pareja de algún modo perviva y conviva por mucho tiempo en ese deseo nunca tiene que cerrarme el otro en su totalidad; porque si el otro en algún momento me cierra, entonces salgo a desear a otra persona, porque el deseo es más fuerte de lo que uno finalmente puede encontrar en el otro.
El otro tipo de amor es el amor como philia, decían los griegos; de donde viene filiación, filial. Es el amor que uno siente por sus hijos, por su comunidad, por su patria. No tiene que ver el deseo ahí; no es erótica mi relación con la patria, por ejemplo. Es decir, se juega otra cosa, algo más comunitario, algo más de expansión, de compartir.
Y el tercer amor para los griegos es el que más me interesa, es el amor como agápē, que después toma el cristianismo por ejemplo, el amor como retirada. Es como pensar así: uno podría decir que, por naturaleza, el ser humano está todo el tiempo buscando expandirse. Estamos todo el tiempo potenciando lo que somos. “Perseverar en su ser”, diría Spinoza, que también decía que cualquier cosa busca siempre expandirse, ampliarse. Ahora, el amor es una interrupción de esa expansión. Conclusión rápida: el amor es algo antinatural; un religioso diría sobrenatural, ¿por qué? Porque interrumpe esa expansión que es propia de la naturaleza. O sea, cuando yo amo a mis hijos dejo por ellos de crecer yo, de expandirme yo, de pensar en mí mismo.
Hay como una retracción, donde hay una prioridad del otro. Si así es, hay un acto contranatural, llamémoslo mejor, de uno contra sí mismo.

Y esto me parece que es lo más extraordinario que genera el amor: la capacidad que tenemos, para bien, de ir en contra de nosotros mismos, priorizando al otro. Esto que hacemos con los hijos, que en muy pocos casos solemos hacer con nuestras parejas pero que deberíamos, en la medida en que el amor se trata de eso, me parece la clave para pensar el amor comunitario, para pensar nuestra responsabilidad infinita por las necesidades y el sufrimiento de otros. Ojalá esa fraternidad propia de toda comunidad fuese pensada más desde el amor que desde el cálculo y la estrategia.

lunes, 15 de agosto de 2016

El oro del troll


Cuenta la historia que en el país de Islandia, en una región próxima a Stettir, vivía una familia que tenía dos hijos llamados Sira y Olaf. Sólo se llevaban dos años de diferencia pues tenían diez y ocho años respectivamente, pero todo el mundo, especialmente su familia, estaban cansados de sus peleas eternas. Continuamente discutían y se golpeaban por cualquier tontería. Competían en todo y buscaban excusas para agredirse y hacerse maldades. No había hora del día en que no estuvieran juntos tratando de vencerse mutua-mente.
Al principio pensaron que eran celos de Olaf por ser Sira el primogénito, pero con el tiempo descubrieron que no había una razón válida, cualquier acontecimiento, palabra o acción eran una excelente excusa para que empezaran a pelear.
Con el tiempo la familia se fue acostumbrando a esas peleas y dejaron de prestarles atención. Así fue como un día su madre, sabiendo que iban a pelearse si mandaba a uno solo de ellos y también lo harían si enviaba a los dos, les encargó ir a las piedras cerca del acantilado a recoger algunas hierbas silvestres para la comida.
-Yo te traeré las mejores hierbas que existen en toda Islandia -dijo Olaf.
-¡Sólo si llegas primero! -agregó Sira, dándole un empujón y corriendo como si lo llevara un huracán
Olaf salió corriendo detrás de Sira y, una vez lejos de su casa, comenzó a arrojarle toda clase de improperios.
Corrieron un buen trecho, empujándose e insultándose, hasta que ambos llegaron al acantilado. Estaban tan agotados y golpeados que se arrojaron sobre el césped para recuperar el aliento.
Sin embargo, a los pocos minutos ya estaban bien porque comenzaron a hablar:
-¡Eres un tonto!
-¡Tú eres un tonto y un idiota!
-Eres tan tonto que cualquier tonto te ganaría.
Un hermano se arrojó sobre el otro y comenzaron a rodar mientras se agarraban del cuello.
Como se encontraban tan entretenidos peleando, las horas fueron pasando con rapidez hasta que, de pronto, Sira recordó: ¡las hierbas!
Corrieron hasta una saliente de piedras y comenzaron a buscarlas y a arrancar las que encontraban.
Las sombras de los dos muchachos se proyectaban alargadas sobre el terreno, pues en muy poco tiempo se pondría el sol.
Cuando Olaf vio que Sira tenía un manojo enorme y él sólo unas pocas, tomó una piedra del suelo y se la arrojó por la cabeza. Sin perder tiempo, el hermano le respondió y así comenzó una guerra de piedras. Al principio eran sólo unos pequeños guijarros que no le podían hacer daño a nadie, pero las hostilidades fueron aumentando conjuntamente con el tamaño de las piedras.
Olaf miró a su alrededor y descubrió que ya no tenía ninguna, así que corrió hacia un montón que yacían apiladas en un costado de una gran roca.
Sira pensó que la batalla había terminado pues su hermano ya no le estaba arrojando nada desde el otro lado de la gran roca que los separaba. Pero de pronto algo le golpeó la cabeza produciéndole un gran dolor. Se agachó a recoger la piedra que le habían tirado para devolverla con todas sus fuerzas, pero cuando estaba a punto de hacerlo algo le llamó la atención, y su sorpresa fue enorme cuando vio lo que realmente tenía en la mano.
-¡Detente! -le gritó Sira a su hermano.
Pero como toda respuesta recibió otros tres proyectiles.
-¡Basta de tirarme con oro! -le gritó Sira sabiendo que la verdad detendría a su hermano.
Olaf estaba por arrojarle una nueva piedra cuando escuchó a su hermano y miró lo que tenía en la mano: brillaba tanto como si tuviera un pedazo del mismísimo sol, era pesado como una roca y frío como el agua del mar.
Sira apareció al instante con un semblante serio.
-¿Qué sucede? -preguntó Olaf verdaderamente desconcertado.
-¿De dónde sacaste este oro?
-No lo sé, yo sólo tomé unas piedras de ese montón -dijo señalando la pila de rocas que aún permanecían en un costado.
-Tenemos que devolverlas y ponerlas tal cual estaban.
-¡No! -exclamó Olaf frunciendo el ceño. ¿No te das cuenta? ¡Somos ricos!
Por primera vez en toda su vida, vio a su hermano con tal seriedad que se asustó.
-¡Eres un tonto! Por empezar, no podemos quedarnos con este oro porque no nos pertenece. Y en segundo lugar, ese oro que a simple vista parecen piedras, es el tesoro de un troll.
-¿Un troll?
-Sí, ¿acaso no recuerdas las historias que nos contaba nuesi ra abuela? Los trolls son unos gigantes caníbales que devorarían a toda nuestra familia por haberle sacado un pedazo de su botín.
Sira y Olaf se dedicaron, entonces, a juntar todas aquellas pepitas de oro que andaban dispersas y volvieron a amontonarlas como estaban antes. En cuanto las dejaban en el montón volvían a tomar la apariencia de simples piedras.
De pronto Sira se detuvo y miró el cielo.
-¡Santo Dios! Ya casi está por ocultarse el sol. ¡Rápido, regresemos a casa!
-¿Por qué tanto miedo?
-Los trolls sólo salen de noche, y si nos ven, nos transformaremos en su comida.
Sira emprendió la carrera sujetando su manojo de hierbas aromáticas.
Olaf lo siguió tratando de ocultar la enorme piedra de oro que tenía en uno de sus bolsillos, pues estaba seguro de que el tonto troll no se daría cuenta de la diferencia.
Cuando regresaron, la madre los regañó a ambos por haber demorado tanto.
-¿¡Ahora me traen las hierbas, cuando ya terminé de cocinar!?
La familia comió con bastante tranquilidad y aquel hecho sorprendente pronto se convirtió en bromas por parte de los padres hacia ambos hijos, quienes, después de tantas emociones y peleas, habían quedado exhaustos.
Esa noche se fueron a dormir inmediatamente y nadie tuvo que repetir la orden dos veces.
Cuando la noche ya se había instalado y ambos hermanos descansaban tapados por las gruesas mantas, Olaf habló con voz susurrante:
-¿Crees que los trolls son muy astutos?
-Lo suficiente para darse cuenta si les falta alguna parte de su tesoro -adivinó rápidamente Sira.
El silencio volvió a hacerse audible, pero a pesar de la densa oscuridad, cada hermano pudo sentir que el otro permanecía despierto y con los ojos abiertos.
-Devolviste todas las piedras de oro, ¿no es cierto? -preguntó Sira con voz pausada.
Olaf tardó un rato en contestar hasta que finalmente dijo:
-Tengo miedo, hermanito.
Sira se asustó, pues era la primera vez que escuchaba a Olaf decirle "hermanito".
En ese momento se sintió un tremendo golpe en el suelo, y a los pocos segundos otro más. Toda la casa vibraba y los dos hermanos aguantaron la respiración.
Otro golpe volvió a escucharse, esta vez más cerca...
-¿Qué es eso? -preguntó Olaf, con un susurro tembloroso.
-No lo sé -respondió Sira, tapándose con las mantas hasta la nariz.
Olaf no pudo contenerse y sentándose en la cama miró por la ventana.
El corazón le dio un vuelco y el terror se apoderó de su alma. Una criatura gigantesca de ojos rojos como la sangre, piel escamosa de color grisácea, nariz con forma de pico y una boca abierta repleta de dientes torcidos estaba mirando hacia adentro.
Olaf se volvió a acostar y se tapó con las mantas.
El troll tomó una de las paredes de la habitación de los dos hermanos, y arrancándola de cuajo como si fuera una puerta, la abrió y entró en la recámara.
-¿Quién se ha llevado mi tesoro?
Su voz era pastosa, como si hablara desde el fondo de un pantano. El pavor se desbordaba en los dos hermanos haciéndolos temblar involuntariamente.
-¿Quién se ha llevado mi tesoro? -volvió a preguntar la criatura nocturna.
Sira tenía mucho miedo, pero en ningún momento se le ocurrió delatar a su hermano.
El troll dio un paso hacia Sira, haciendo que todo temblara a su alrededor. El pequeño dio un respingo y se acurrucó contra la pared, alejándose lo más posible de la criatura.
El troll se tomó su tiempo para olfatearlo de arriba abajo, mientras lo miraba con sus ojos incandescentes, rojos como la sangre recién derramada.
Por fin el troll se alejó, pero se volvió hacia Olaf.
El muchacho aún conservaba el trozo de oro en el bolsillo de su pijama y lo apretó bien fuerte con una de sus manos.
El troll le clavó la mirada y comenzó a olfatearlo, moviendo la nariz picuda al hacerlo. De pronto se detuvo abruptamente.
Y en ese momento el pequeño Olaf supo que lo habían descubierto.
-¡Tuuuuuuuuu! -dijo el troll con un sonido gutural.
De un manotón, el troll arrojó las mantas al suelo. Olaf intentó retroceder, pero la criatura lo agarró por un tobillo y de un golpe se lo colocó en el hombro como si fuera una bolsa, dejando al pobre chico muy atontado.
Dio media vuelta, caminó hasta la abertura que había hecho y salió al exterior.
Sira, que hasta ese momento se había quedado paralizado por el miedo, reaccionó y se levantó de un salto, pero cuando quiso salir la pared fue empujada hasta que la habitación se cerró como estaba antes sin la menor marca de lo que acababa de ocurrir.
Entonces corrió hasta la ventana, pero allí no vio a un troll, sino que había otros cinco que aguardaban afuera.
Sira abrió la puerta y corrió hacia la habitación de sus padres, les gritó y los zamarreó para que se despertaran, pero estaban sumidos en un sopor mágico imposible de quebrar.
Volvió a su habitación y se puso a llorar mientras pensaba qué podía hacer. De pronto, entre las lágrimas, vio algo que brillaba en el suelo. Se agachó y lo recogió en sus manos: ¡era la piedra de oro que su hermano había robado! Pensó que, seguramente, había caído del bolsillo del pijama de Olaf cuando el troll se lo llevó.
Mirando el oro dejó de llorar, una idea estaba creciendo en su mente...
Momentos antes del amanecer, Sira salió de la casa. Su semblante era serio, ya parecía un hombre y no un niño. El sufrimiento nocturno lo había transformado por completo.
Y sin decirle nada a su familia comenzó a caminar por el campo con paso decidido.
Sus piernas lo llevaron al mismo acantilado donde habían encontrado el tesoro del trolL Luego de mucho mirar descubrió una rendija en una de las rocas gigantescas que se erguían allí. Empujó con todas sus fuerzas y finalmente la puerta camuflada cedió.
Sira se encontró con una cueva oscura y húmeda y un fétido olor que le acosaba la nariz. No se dejó amedrentar por esas cosas y comenzó a bajar las escaleras de piedra del mundo subterráneo de los ogros.
Los peldaños seguían perdiéndose y perdiéndose en la oscuridad, pues el resplandor del exterior casi no llegaba allí.
-¡Troll! -gritó Sira cuando ya no pudo ver.
Esperó unos instantes y volvió a repetir el llamado, pero esta vez, con más fuerza.
-¡Troll, ven que te estoy llamando!
Dos brasas ardientes aparecieron de pronto en la oscuridad.
Sira sintió que el temor volvía a atenazar su alma, pero se sobrepuso.
-Vete o te comeré -gruñó una voz grave desde las sombras.
-Escucha, troll, tengo un trato para ti.
-¡Vete de mi casa o te comeré a ti también! -le respondió la voz pantanosa desde la oscuridad.
-Yo soy tan flaco como mi hermano, no hay mucha carne que puedas sacar de nosotros; en cambio, el oro es para siempre. Sira esperó unos instantes y disimuló la sonrisa cuando se percató de que sus palabras habían provocado lo que él esperaba. El troll se acercó un poco más y pudo vislumbrarlo vagamente.
-Éste es el trato que te propongo. Te entregaré todo un tesoro a cambio de mi hermano.
Un gruñido le llegó desde la oscuridad.
-¿Y bien?
-Muéstrame el tesoro y te daré a tu hermano.
-Sígueme -le dijo Sira caminando hacia el exterior.
El troll lo siguió varios pasos atrás.
Finalmente Sira salió al exterior y le mostró una pila de piedras amontonadas en forma de pirámide, lo suficientemente cerca como para apreciarlas bien, pero también lo suficientemente lejos para no alcanzar alguna.
-¿Cómo sé que no son simples rocas?
Sira se acercó a la pila de piedras, tomó la que estaba arriba de lodo y se volvió hacia donde estaba el troll. Y el sol brilló intensamente en la piedra de oro que sostenía en la mano.
El troll abrió sus ojos en forma desmesurada y luego dijo:
-Dame el tesoro y te devolveré a tu hermano.
-Devuélveme a ni¡ hermano y te entregaré el tesoro.
-Si no me entregas el tesoro ahora mismo, bajaré y me comeré a tu hermanito de un solo bocado, y luego iré a tu casa por la noche y cuando estés dormido te devoraré.
-Si no me devuelves a mi hermano sano y salvo, arrojaré este tesoro de troll por el acantilado ahora mismo.
-No creo que lo hagas.
Sira volvió junto al montón de piedras, tomó una al azar y la arrojó con todas sus fuerzas al acantilado.
El troll retrocedió un paso en la oscuridad.
Sira se agachó rápidamente, tomó otra piedra y volvió a arrojarla por el borde del precipicio.
-¡Basta! -exclamó el troll,
Sira aguardó unos instantes, volvió a tornar otra piedra y cuando la iba a arrojar escuchó la terrible voz del troll que le dijo:
-¡Espera!
-Si no me traes a mi hermano sano y salvo ahora mismo, juro por Dios que arrojaré todo el tesoro por el acantilado.
-No lo hagas, ahora vuelvo con tu hermano.
El troll bajó las escaleras y llegó junto a su gente.
-¿Qué sucede? -les preguntaron los demás que estaban prepa-rando un gran fuego para cocinar a Olaf, que permanecía atado de pies y manos a un palo.
-Lo cambiaremos por un tesoro -dijo el troll.
-¿Por un tesoro?
-Sí, éste es demasiado flaco y no tiene mucha carne, no hará más que abrirnos el apetito, no durará mucho en nuestros estómagos, en cambio el oro es para siempre.
Su esposa, que escuchaba la conversación, intervino y dijo:
-Devuélvelo y trae ese oro.
-¡Un momento! -dijeron los otros trolls, si nosotros te damos el muchacho y tú no bajas con el tesoro, te comeremos a ti.
El troll gruñó a modo de respuesta, tomó al muchacho, se lo puso sobre el hombro y subió las escaleras.
Cuando Sira lo vio aparecer entero y vivo su corazón se aquietó un poco.
-Dame el tesoro y te daré a tu hermano -dijo el troll mientras sostenía a Olaf entre sus poderosas garras.
El aire fresco había renovado las fuerzas de Olaf y abrió los ojos. Cabeza abajo y por entre las piernas del troll pudo ver a su hermano con una pila de piedras a un costado mientras jugueteaba con una roca en su mano.
-¡Ven a buscarlo tú mismo! -le gritó Sira arrojándole una piedra entre medio de los ojos.
El troll se llevó las garras a la cara y soltó a Olaf, que aprovechó la oportunidad para dejarse caer y salir gateando, a la carrera, por entre medio de las piernas del troll.
-¡Corre, Olaf! -le gritó Sira mientras se acercaba corriendo hacia él, lo tomaba de una mano y ambos emprendían la retirada con toda la velocidad que les permitían sus piernas.
El troll, complemente enfurecido, dio un salto hacia el exterior para atraparlos y fue en ese momento cuando los rayos del sol hicieron su benéfico efecto convirtiendo a la criatura en piedra para siempre.
Cuando los dos hermanos ya se encontraban próximos al hogar, Olaf le preguntó a Sira:
—De dónde sacaste ese tesoro?
Sira sonrió y le contestó:
-Nunca hubo tesoro, no eran más que un montón de piedras apiladas a mi lado.
Y mientras reían a carcajadas volvieron a casa justo para la hora del almuerzo.
Dicen que a partir de ese día nunca más pelearon y fueron los mejores hermanos de todos los tiempos.
En cuanto a los trolls, jamás volvieron a ser vistos, pues temían encontrarse con esos dos humanos ricos y poderosos que tenían la capacidad mágica de transformar a un troll en piedra.

Cuentos de ogros

0.181.1 anonimo (escandinavia) - 078

sábado, 13 de agosto de 2016

Jean-Luc Ponty - New Country

Mick Jagger - Let's Work - Official

Shakin' Stevens - A Letter To You

Queen - Save Me (Official Video)

the beloved - I love you more (sub español)

Ricchi E Poveri - Acapulco

Kim Carnes - Bette Davis Eyes

Art Of Noise - Moments in Love (Beaten)

Roxette - It Must Have Been Love

Toni Braxton - Un-Break My Heart Subtitulado Español Ingles

Johnny Hates Jazz- Let Me Change Your Mind Tonight subtitulado al español

Dave Stewart And Barbara Gaskin Its My Party (1981)

Propaganda - Duel (subtitulada en español). Versión original

Propaganda - Duel (subtitulada en español). Versión original

Propaganda - Duel (subtitulada en español). Versión original

The Gap Band - Burn Rubber On Me Subtitulada en español

George Michael - Faith (Subtitulado en español)

Flash And The Pan -- Midnight Man [[ Official Video ]] HD

Flash And The Pan -- Midnight Man [[ Official Video ]] HD

Divinyls - I Touch Myself Subtitulado Español Ingles

The Pretenders - I'll Stand By You Subtitulado Español Ingles

Robbie Williams - Angels (subtitulada en español)

Whisky a Go-Go - Roupa Nova - (1984) - Festa Anos 80

Grace Jones - I've Seen That Face Before (Libertango) (Subtítulos español)

SONIDO RELAJANTE DEL MAR EN CALMA 2, RELAXING SOUND OF CALM SEA. TOTAL R...

MUSICA CELTA INSTRUMENTAL RELAJANTE, RELAXING CELTIC MUSIC, RELAX INSTRU...

viernes, 12 de agosto de 2016

Pablo Neruda: Sobre una poesía sin pureza


 

Es muy conveniente, en ciertas horas del día o de la noche, observar profundamente los objetos en descanso: las ruedas que han recorrido largas, polvorientas distancias, soportando grandes cargas vegetales o minerales, los sacos de las carbonerías, los barriles, las cestas, los mangos y asas de los instrumentos del carpintero. De ello se desprende el contacto del hombre y de la tierra como una lección para el torturado poeta lírico. Las superficies usadas, el gasto que las manos han infligido a Ias cosas, la atmósfera a menudo trágica y siempre patética de estos objetos, infunde una especie de atracciPablo Neruda: 

Sobre una poesía sin pureza

 

Es muy conveniente, en ciertas horas del día o de la noche, observar profundamente los objetos en descanso: las ruedas que han recorrido largas, polvorientas distancias, soportando grandes cargas vegetales o minerales, los sacos de las carbonerías, los barriles, las cestas, los mangos y asas de los instrumentos del carpintero. De ello se desprende el contacto del hombre y de la tierra como una lección para el torturado poeta lírico. Las superficies usadas, el gasto que las manos han infligido a Ias cosas, la atmósfera a menudo trágica y siempre patética de estos objetos, infunde una especie de atracción no despreciable hacia la realidad del mundo.
La confusa impureza de los seres humanos se percibe en ellos, la agrupación, uso y desuso de los materiales, las huellas del pie y los dedos, la constancia de una atmósfera inundando las cosas desde lo interno y lo externo.
Así sea la poesía que buscamos, gastada como por un ácido por los deberes de la mano, penetrada por el sudor y el humo, oliente a orina y a azucena, salpicada por las diversas profesiones que se ejercen dentro y fuera de la ley.
Una poesía impura como un traje, como un cuerpo, con manchas de nutrición, y actitudes vergonzosas, con arrugas, observaciones, sueños, vigilia, profecías, declaraciones de amor y de odio, bestias, sacudidas, idilios, creencias políticas, negaciones, dudas, afirmaciones, impuestos.
La sagrada ley del madrigal y los decretos del tacto, olfato, gusto, vista, oído, el deseo de justicia, el deseo sexual, el ruido del océano, sin excluir deliberadamente nada, sin aceptar deliberadamente nada, la entrada en la profundidad de las cosas en un acto de arrebatado amor, y el producto poesía manchado de palomas digitales, con huellas de dientes y hielo, roído tal vez levemente por el sudor y el uso. Hasta alcanzar esa dulce superficie del instrumento tocado sin descanso, esa suavidad durísima de la madera manejada, del orgulloso hierro. La flor, el trigo, el agua tienen también esa consistencia especial, ese recuerdo de un magnífico tacto.
Y no olvidemos nunca la melancolía, el gastado sentimentalismo, perfectos frutos impuros de maravillosa calidad olvidada, dejados atrás por el frenético libresco: la luz de la luna, el cisne en el anochecer, «corazón mío» son sin duda lo poético elemental e imprescindible. Quien huye del mal gusto cae en el hielo.

[Pablo Neruda, Caballo verde para la poesía (1 octubre de 1935). ón no despreciable hacia la realidad del mundo.
La confusa impureza de los seres humanos se percibe en ellos, la agrupación, uso y desuso de los materiales, las huellas del pie y los dedos, la constancia de una atmósfera inundando las cosas desde lo interno y lo externo.
Así sea la poesía que buscamos, gastada como por un ácido por los deberes de la mano, penetrada por el sudor y el humo, oliente a orina y a azucena, salpicada por las diversas profesiones que se ejercen dentro y fuera de la ley.
Una poesía impura como un traje, como un cuerpo, con manchas de nutrición, y actitudes vergonzosas, con arrugas, observaciones, sueños, vigilia, profecías, declaraciones de amor y de odio, bestias, sacudidas, idilios, creencias políticas, negaciones, dudas, afirmaciones, impuestos.
La sagrada ley del madrigal y los decretos del tacto, olfato, gusto, vista, oído, el deseo de justicia, el deseo sexual, el ruido del océano, sin excluir deliberadamente nada, sin aceptar deliberadamente nada, la entrada en la profundidad de las cosas en un acto de arrebatado amor, y el producto poesía manchado de palomas digitales, con huellas de dientes y hielo, roído tal vez levemente por el sudor y el uso. Hasta alcanzar esa dulce superficie del instrumento tocado sin descanso, esa suavidad durísima de la madera manejada, del orgulloso hierro. La flor, el trigo, el agua tienen también esa consistencia especial, ese recuerdo de un magnífico tacto.
Y no olvidemos nunca la melancolía, el gastado sentimentalismo, perfectos frutos impuros de maravillosa calidad olvidada, dejados atrás por el frenético libresco: la luz de la luna, el cisne en el anochecer, «corazón mío» son sin duda lo poético elemental e imprescindible. Quien huye del mal gusto cae en el hielo.

[Pablo Neruda, Caballo verde para la poesía (1 octubre de 1935). 


The camouflage The Great Commandment (1987)

Eddy Grant - Electric Avenue

Black Box - Open Your Eyes (1991)

Rick Ocasek - Emotion In Motion ( subtitulos en español )

Ric Ocasek - Emotion In Motion

OMD - Secret 1985

Ace of Base - Happy Nation (Official Music Video)

jueves, 11 de agosto de 2016

Divididos - La Era de la Boludez (Album Completo)

Vidas imaginarias de Marcel Schwob

En plena Belle époque, en pleno simbolismo y en un momento de plenitud desbordante para las letras francesas, Marcel Schwob (1867-1905) cruza el mundo dejando una impronta de originalidad profunda y fulgurante a la vez. Hijo de un hombre que incurrió en la literatura, sobrino de un erudito bibliotecario, no es extraño que conociera a la perfección las lenguas clásicas y fuese un apasionado de las Letras inglesas. Su amor con la célebre actriz Marguerita Moreno y una enfermedad extraña y atroz, que lo acosara durante los últimos años de su breve vida, son datos que nunca olvidan sus biógrafos. Además de estas Vidas imaginarias, otros tres libros de Marcel Schwob son de lectura imprescindible: El rey de la máscara de oro, Libro de Monelle y La cruzada de los niños (la traducción al español –1949– de esta última lleva prólogo de Jorge Luis Borges quien tiene más de un punto de contacto con el escritor francés). Desde la versión de Ricardo Baeza, Vidas imaginarias ha conocido varias traducciones buenas al español; ésta de Julio Pérez Millán es, sin duda, excepcional.

índice
ESTUDIO PRELIMINAR    4
  Meur Renatus Decartes     10
  Empédocles                       12
  Erostrato                            13
  Crates                                16
  Séptima                             18
  Lucrecio                            20
  Clodia                                22
  Sufrah                                25
  Frate Dolcino                    27
  Cecco Angiolieri               29
  Paolo Uccello                   32
  Nicolás Loyseleur             34
  Katherine la Encajera       36
  Alain el Gentil                  38
  Gabriel Spenser                40
  Pocahontas                        42
  Cyril Tourneur                  44
  William Phips                   46
  El capitán Kid                   48
  Walter Kennedy                50
  El mayor Stede Bonnet        52
  Los señores Burke y Hare    55



http://www.ddooss.org/libros/Schwob_Marcel.pdf

miércoles, 10 de agosto de 2016

El Amor Después del Amor - Full Album (Calidad CD)

Frenkel - Nada es igual

DIEGO FRENKEL Llévame A Lo Hondo

La Portuaria - 10.000 km (video oficial) HD

Pedro Aznar - Ya no hay forma de pedir perdon

David Lebon - Seminare

Vicentico - No Te Apartes De Mí

Vicentico - Solo un Momento

Miranda! - Don (Video Oficial)

Miranda! - Perfecta (Video Clip)

La Oreja De Van Gogh ~ Rosas (Letra)

Café Tacvba - Eres

Gianluca Grignani - Mi Historia Entre Tus Dedos (1995) [ESP/ITA/ENG-CC]

Se Acaba EL Placer - Alexander Pires

Filosofía cínica

La risaInicio > Cinicos > La risa ...
www.cinicos.com
La risa abundante y reiterada
garantiza una vida saludable,
si bien no la eternidad.
El cinismo es una de las manifestaciones más radicales de la filosofía y también de las más incomprendidas. Los cínicos consideran que la forma de vivir es parte fundamental de la filosofía e inseparable de su manera de pensar.
Sin embargo, no todos los integrantes de este movimiento tienen las mismas actitudes externas ni los mismos comportamientos, por lo que a veces se habla de filosofía cínica, otras veces de actitud cínica y otras simplemente de locura.

El término cínico es uno de esos términos que han ido perdiendo su significado original y transformándose en otro distinto al que tuvo en sus orígenes. Tanto es así que hay algunas propuestas para usar los términos quínico o kínico, con el fin de diferenciar claramente el concepto de cínico en su sentido original del que se usa hoy en día, es decir, diferenciar en concepto de cínico en sentido filosófico, de su sentido popular.
Filosóficamente de lo que se trata, es de retomar o de pensar de un modo nuevo y diferente algunos temas antiguos, ya que el paso del tiempo ha cambiado completamente su significado, su origen y desarrollo han sido velados, para llegar a significar hoy, poco más que un insulto.

El cinismo es una filosofía teórica y una práctica, pero también una forma de vida, aunque esta carácterística se empezó a perder enseguida, es una filosofía que pretende alcanzar la felicidad mediante la sabiduría y la ascesis.
Uno de los rasgos que diferencia al cinismo de otros movimientos es precisamente la importancia que dan a la ascesis, la práctica continua del ejercicio mental y físico, como camino para conseguir un estado de ánimo apropiado para alcanzar la autosuficiencia, que les libere de los imprevistos y les endurezca para permanecer impasibles ante "adversarios existenciales" como el hambre, el frío o la pobreza, que no dependen de ellos. Esta actitud les emparentaba con el estoicismo, aunque su desverguenza les volvía a alejar.

Se pueden distinguir dos fases en el movimiento cínico: la primera fase se desarrolló básicamente en Grecia, durante los siglos -IV y -III, la segunda fase se desarrolló en las grandes ciudades del imperio romano: Roma, Alejandría y Constantinopla, y duró desde los siglos I a V.
El nombre de cínicos tiene dos orígenes diferentes asociados a sus fundadores. El primero viene del lugar donde Antístenes solía enseñar, que era un gimnasio llamado Cinosarges, que se puede traducir como el perro blanco o el perro veloz. El segundo origen tiene que ver con comportamiento de Antístenes y de Diógenes, que se asemejaba al de los perros, por lo cual la gente les apodaba con ese nombre (kinicós). Está comparación viene por el modo de vida que habían elegido estos personajes, por su idea radical de libertad, su desvergüenza y sus continuos ataques a las tradiciones y los modos de vida sociales.

Sin embargo detrás de todo esto, el cinismo pretendía dar una respuesta individual a la incertidumbre que se vivía en este periodo de crisis cultural, manifestando su malestar y descontento, y también librarse de los caprichos de la fortuna, guiando al individuo hacia la felicidad. Este camino no era fácil así que se necesitaba un entrenamiento, una disciplina para a conseguir una plena autonomía moral y a ser posible también física. Era característico de los cínicos la transgresión continua, tanto de los valores tradicionales, como de las normas sociales.

Los cínicos tomaron como modelos a la naturaleza y los animales, los adoptaron como ejemplos de autosuficiencia y basándose en ello propusieron un modelo de comportamiento ético que consideraban fundamental para alcanzar la felicidad, aunque esto solo era posible mediante una rigurosa disciplina física y mental. Proponen la necesidad de la autoafirmación individual frente a una sociedad alienante y coaccionadora.

El cinismo es una forma de vivir, pero también de pensar y de expresarse, y como no se han conservado las obras de los primeros cínicos, hoy son conocidos en gran parte por dichos y anécdotas (chreiai), que fueron transmitidos en forma de colecciones, la más usada es la de Diógenes Laercio, referencia fundamental para el estudio no solo de los cínicos, sino de gran parte de la filosofía anterior a su autor. Utilizaron recursos literarios diversos donde no faltan la parodia, la sátira, la anécdota o la burla, pero siempre de forma escandalosa y provocadora.
Invalidar la moneda en curso.
Según la tradición antigua, Diógenes se vio obligado a abandonar Sinope, porque su padre o él mismo (o ambos), se dedicaron a invalidar monedas, estropeándolas con un punzón. A raíz de todo esto su padre fue encarcelado y Diógenes tuvo que huir, o bien fue exiliado, no se sabe con certeza.

Relacionado con este asunto se formó la leyenda de que Diógenes fue a consultar al oráculo de Delfos, y recibió como respuesta a su pregunta el enigmático consejo de invalidar la moneda, que se acabó convirtiendo en la consigna cínica, y en metáfora de buena parte de su comportamiento.
Lo cual podría ser considerado un antecedente lejano de la importante consigna nietzscheana sobre la transvaloración de los valores. Invalidar los valores y cambiarlos por otros fué uno de los retos que asumieron los cínicos y que persiguieron con insistencia.
La libertad radical.
La libertad radical es libertal de pensar, de acción y de palabra. El cínico se diferenciaba de los demás por su desvergüenza radical, por adoptar modos de vida que escandalizaban a su sociedad, por predicar la autosuficiencia, la libertad de palabra y la austeridad como cosas necesarias para alcanzar la tranquilidad de ánimo y con ello la felicidad.
Se proclamaban cosmopolitas y liberados de cualquier obediencia a las instituciones, convenciones o leyes, ya que estas son siempre locales, y ellos se consideraban ciudadanos del mundo. En cualquier sitio se encontraban en su casa. 
http://www.cinicos.com/cinicos.htm