Autor de algunas de las más exitosas novelas del género policial, como Los crímenes de Alicia (Premio Nadal 2019) y Crímenes imperceptibles (llevada al cine por Alex de la Iglesia con el título de “Los crímenes de Oxford”), Guillermo Martínez se ha convertido en uno de los autores más traducidos del país. En un nuevo encuentro de “Leamos Policiales” –moderado por Ezequiel Martínez–, el escritor presentó su más reciente ensayo –disponible en Leamos.com– donde, a partir de dos textos de Witold Gombrowiz –el cuento “Crimen premeditado” y la novela Cosmos–, bucea en el policial filosófico: aquel donde en vez de ser la aparición de un cadáver lo que genera la investigación, es la propia investigación, por insistencia, por persuasión, la que produce el cadáver. El siguiente es un fragmento de la entrevista que se puede ver completa en Experiencia.Leamos.com.
–¿Qué es, para vos, el género policial filosófico?
–El policial filosófico es una especie de innovación; un caso más de lo que sería la morfología o la gramática de la novela policial. Porque uno pensaría que todas las variantes del género policial están agotadas. Que Agatha Christie, como pionera, hizo algo así como “el ensayo” de todas las formas posibles de escribir sobre un crimen. Narró la novela en la que todos los sospechosos son los asesinos; otra donde todos los sospechosos son víctimas; donde el policía es el asesino; donde el narrador es el asesino… En fin, parecía que ya estaban, de algún modo, agotadas las variantes. Lo que sucede con Gombrowiz, es, entonces, que en el cuento “Crimen premeditado” y en su novela Cosmos incorpora, de algún modo, la idea de que una investigación pueda generar un crimen. Es decir, que una investigación que empieza con una muerte natural, a fuerza de insistencia y de énfasis, logre convertirse en un crimen. Lo interesante de este género es como el crimen no existe antes de la investigación, la investigación lo crea. Lo opuesto a lo que sucede en la novela policial más clásica.
–Gombrowicz incorpora también el elemento psicológico, cuestiona a los personajes…
–Sí, es un procedimiento que hace en casi todas sus novelas. Gombrowicz recorta objetos de la realidad, los lleva al detenimiento, y los examina hasta revelar su extrañeza. En ese sentido, esto también es un procedimiento filosófico. Examina lo que parece habitual hasta quitarlo de su sentido común para verlo bajo otro punto de vista.
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