viernes, 9 de diciembre de 2016

'Patricia Brent, solterona' de Herbert George Jenkins

El tiempo no acompaña, o mejor dicho, no acompaña para salir a la calle. Para lo que viene perfecto este tiempo lluvioso es para coger un buen libro y dedicarle la tarde con tranquilidad. Un buen título para una tarde lluviosa es Patricia Brent, solterona de Herbert George Jenkins, una divertidísima novela que me acompañó en un reciente resfriado y que hizo que mis constantes estornudos no me desviara demasiado de la lectura.
Patricia Brent tiene 24 años y vive en la pensión Galvin. Es guapa, lista y tiene un buen (aunque aburridísimo) trabajo como secretaria de un político londinense pero, sin embargo, no perece tener muchos amigos ni pretendientes. Esta falta de enamorado hace que las señoras que viven en la pensión no hagan mas que cuchichear sobre la pobre Patricia quien, harta, se saca de la manga una mentira en principio inocente: está comprometida y ha quedado para cenar con su novio, un comandante del ejército.
Patricia se ve obligada a salir a la supuesta cita, pero con lo que no contaba es con que los entrometidos huéspedes de la pensión la sigan para conocer a su supuesto prometido. Agobiada, Patricia se sienta en la primera mesa que ve y le pide ayuda al joven que está sentado en ella para que le siga la corriente. El joven en cuestión es Peter Bowen, quien se prestará más que gustoso a la pantomima, comenzando así una comedia romántica de enredo del corte más clásico.
'Patricia Brent, solterona' es una novela corta, cómica y amable, llena de personajes divertidos y situaciones un tanto alocadas. Es na novela fácil de leer, que no ahonda ni en los personajes ni en las situaciones, pero es que no le hace falta. Publicada en 1918, con la I Guerra Mundial aún presente, fue una novela concebida para entretener con una sonrisa, aliviando la carga dramática a la que se enfrentaban los ingleses en el día a día. Aún así y todo, la guerra no deja de estar presente en estas páginas aunque de una manera poco comprometida.
Herbert George Jenkins es conocido, sobre todo, por su labor como editor. Fue el editor de uno de los más grandes autores cómicos ingleses, P.G. Wodehouse, un autentico maestro en esto de la carcajada. Jenkins no sólo se dedicó a publicar las historias de otros, también puso su granito de arena en la literatura con novelas como la que nos ocupa o Bindle: some chapters in the life of Joseph Bindle, también de tono humorístico. Por otro lado, fue el creador de Malcolm Sage, un agente de la inteligencia británica durante la guerra que después se convierte en detective, personaje que protagonizaría varias novelas.
Estamos ante una de esas novelas que da gusto leer, sea cual sea el tiempo que hace fuera de casa. Una historia cómica y tierna, que se lee en un suspiro y te deja con una sonrisa. Destacar, como siempre, la edición tan bonita de dÉpoca, que aquí cuenta con las ilustraciones a color de Iván Cuervo que le añaden aún más encanto a la historia. Un libro que merece la pena tener en nuestra biblioteca, si no lo tenéis aún aprovechad ahora que se acerca la Navidad...
dÉpoca Editorial
Colección: Tesoros de Época
Traducción: Rosa Sahuquillo y Susanna González
ISBN: 978-84-943634-5-0
290 páginas
24,90 euros