jueves, 31 de diciembre de 2015

“Festina lente”


OratoreEs una frase latina que podemos traducir como “apresúrate despacio”.
Según escribe el historiador romano Suetonio (h. 69 – 140), el emperador romano Augusto (63 a.n.e. – 14) citaba con frecuencia el refrán griego «Speude bradeōs» (Σπευδε βραδεως) que significa lo mismo que «Festina lente».
Nihil autem minus perfecto duci quam festinationem temeritatemque convenire arbitrabatur. Crebro itaque illa iactabat: σπεῦδε βραδέως· ἀσφαλὴς γάρ ἐστ᾽ ἀμείνων ἢ θρασὺς στρατηλάτης.  et: “sat celeriter fieri quidquid fiat satis bene.” Proelium quidem aut bellum suscipiendum omnino negabat, nisi cum maior emolumenti spes quam damni metus ostenderetur. Nam minima commoda non minimo sectantis discrimine similes aiebat esse aureo hamo piscantibus, cuius abrupti damnum nulla captura pensari posset.
Suetonius, Vita Divi Augusti (XXV, 4)
Traducción: «[Augusto pensaba que] nada convenía menos a un gran general que la precipitación y la temeridad, así es que frecuentemente repetía el adagio griego: «Apresúrate lentamente», y este otro: «Mejor es el jefe prudente que temerario», o también éste: «Se hace muy pronto lo que se hace muy bien.» Decía también que no se debe emprender una guerra o librar una batalla sino cuando se puede esperar más provecho de la victoria que perjuicio de una derrota; porque, añadía, «el que en la guerra aventura mucho para ganar poco se parece al hombre que pescara con anzuelo de oro, cuya pérdida no podría compensar ninguna presa».
Suetonio, Vida de Augusto (25:4)
Un equivalente de “festina lente” es la expresión «vísteme despacio que tengo prisa», que supuestamente la pronunció Napoleón Bonaparte a un ujier que lo ayudaba a vestir (también se atribuye la misma frase a Carlos III y a Fernando VII).
La intención de la frase “apresúrate despacio” es darnos a entender que debemos actuar con calma y método cuando necesitemos cumplir con un trabajo que se debe realizar de manera efectiva lo más rápido posible, ya que si actuamos bajo los efectos de la zozobra o con descuido podremos cometer errores que harán que nos tardemos más de lo debido en nuestra tarea.

https://todofluye.wordpress.com/2007/10/28/festina-lente/

“Panta rei kai oudén ménei” (Todo fluye nada permanece)

Sobre este blog

 “Una bitácora para todos y para nadie”
Pensador
Mi principal intención al desarrollar esta bitácora es la de reunir reflexiones para mí mismo, para recordarlas cuando sea necesario (aunque también están allí para cualquier otra persona que las quiera leer). Me predico a mí mismo porque en el trajín de la vida muchas verdades suelen olvidarse, y necesito estar rememorándomelas con frecuencia. Una de esas verdades es precisamente el título de este blog: “Panta Rei”.
Panta rei kai oudén ménei” (πάντα ρεῖ καὶ οὐδὲν μένει) es una frase griega que podemos traducir como “todo fluye, nada permanece”. Esta expresión fue acuñada por el filósofo Heráclito de Éfeso, que vivió a principios del siglo V antes de nuestra era.
Heráclito decía que nadie puede entrar dos veces al mismo río… porque el río siempre cambia, ya que las aguas están en continuo movimiento, y aquel que entró una vez al río tampoco puede escapar de la ley del cambio, y, por lo tanto, no será el mismo cuando regrese.
Potamois tois autois embainomen te kai ouk embainomen, eimen te kai ouk eimen” (Ποταμοῖς τοῖς αὐτοῖς ἐμβαίνομέν τε καὶ οὐκ ἐμβαίνομεν, εἶμέν τε καὶ οὐκ εἶμεν).
[“Caminamos y no caminamos en los mismos ríos. Somos y no somos” o “Ningún hombre camina siempre en el mismo río dos veces, porque no es el mismo río y él no es el mismo hombre”.]
Lo mismo se aplica a un blog: no somos los mismos cuando lo iniciamos que cuando lo hemos desarrollado un buen trecho. Vamos cambiando cada vez que posteamos. Algunas ideas se refuerzan, otras se pierden, y otras nuevas aparecen. Todo fluye, todo cambia, todo deviene. Panta rei.
Tadeo Kosma M. (tkosma@gmail.com)

¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?

 


LibrosUna historia china habla de un anciano labrador que tenía un viejo caballo para cultivar sus campos. Un día, el caballo escapó a las montañas. Cuando los vecinos del anciano labrador se acercaban para condolerse con él, y lamentar su desgracia, el labrador les replicó: «¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién sabe? Una semana después, el caballo volvió de las montañas trayendo consigo una manada de caballos. Entonces los vecinos felicitaron al labrador por su buena suerte. Este les respondió: «¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?». Cuando el hijo del labrador intentó domar uno de aquellos caballos salvajes, cayó y se rompió una pierna. Todo el mundo consideró esto como una desgracia. No así el labrador, quien se limitó a decir: “¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién sabe?». Una semana más tarde, el ejército entró en el poblado y fueron reclutados todos los jóvenes que se encontraban en buenas condiciones. Cuando vieron al hijo del labrador con la pierna rota le dejaron tranquilo. ¿Había sido buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?
Todo lo que a primera vista parece un contratiempo. puede ser un disfraz del bien. Y lo que parece bueno a primera vista puede ser realmente dañoso. Así, pues, será postura sabia que dejemos a Dios decidir lo que es buena suerte y mala y le agradezcamos que todas las cosas se conviertan en bien para los que le aman.
Tomado del libro “Sadhana, un camino de oración“, del místico y sacerdote católico Anthony de Mello (1931-1987).
——————————————–
La siguiente es una versión sufí del mismo cuento:
¿Buena suerte o mala suerte?
Había una vez un hombre que vivía con su hijo en una casita del campo. Se dedicaba a trabajar la tierra y tenía un caballo para la labranza y para cargar los productos de la cosecha, era su bien más preciado. Un día el caballo se escapó saltando por encima de las bardas que hacían de cuadra. El vecino que se percató de este hecho corrió a la puerta de nuestro hombre diciéndole:
-Tu caballo se escapó, ¿que harás ahora para trabajar el campo sin él? Se te avecina un invierno muy duro, ¡qué mala suerte has tenido!
El hombre lo miró y le dijo:
-¿Buena suerte o mala suerte? Sólo Allah lo sabe.
Pasó algún tiempo y el caballo volvió a su redil con diez caballos salvajes con los que se había unido. El vecino al observar esto, otra vez llamó al hombre y le dijo:
-No solo recuperaste tu caballo, sino que ahora tienes diez caballos más, podrás vender y criar. ¡Qué buena suerte has tenido!
El hombre lo miró y le dijo:
-¿Buena suerte o mala suerte? Sólo Allah lo sabe.
Más adelante el hijo de nuestro hombre montaba uno de los caballos salvajes para domarlo y calló al suelo partiéndose una pierna. Otra vez el vecino fue a decirle:
-¡Qué mala suerte has tenido! Tu hijo se accidentó y no podrá ayudarte, tu eres ya viejo y sin su ayuda tendrás muchos problemas para realizar todos los trabajos.
El hombre, otra vez lo miró y dijo:
-¿Buena suerte o mala suerte? Sólo Allah lo sabe.
Pasó el tiempo y en ese país estalló la guerra con el país vecino de manera que el ejército iba por los campos reclutando a los jóvenes para llevarlos al campo de batalla. Al hijo del vecino se lo llevaron por estar sano y al de nuestro hombre se le declaró no apto por estar imposibilitado. Nuevamente el vecino corrió diciendo:
-Se llevaron a mi hijo por estar sano y al tuyo lo rechazaron por su pierna rota. ¡Qué buena suerte has tenido!
Otra vez el hombre lo miró diciendo:
-¿Buena suerte o mala suerte? Sólo Allah lo sabe.
Tomado de la web Yama’a islámica de Al-Andalus (Liga Morisca).

https://todofluye.wordpress.com/2007/06/01/buena-suerte-o-mala-suerte/

“Si vis pacem, para bellum”


legionario.jpg
El antiguo adagio latino «SI VIS PACEM, PARA BELLUM», que podemos traducir como «Si quieres la paz, prepárate para la guerra», proviene de un antiguo texto romano,Epitoma rei militaris, escrito por Flavio Vegecio (a fines del siglo IV de nuestra era).
«Igitur qui desiderat pacem, praeparet bellum; qui victoriam cupit, milites imbuat diligenter; qui secundos optat eventus, dimicet arte, non casu. Nemo provocare, nemo audet offendere, quem intellegit superiorem esse pugnaturum»
——————–
Traducción: «Así pues, el que desee la paz, que se prepare para la guerra. Quien quiera conseguir la victoria, que entrene a sus soldados con diligencia. Quien aspire al éxito que luche con estrategia, y no lo deje al azar. Nadie se atreve a provocar u ofender a quien ve como superior en el combate».
(Flavius Vegetius Renatus, Epitoma rei militaris, 3. Praef.)
Mi humilde comentario: Una de las mejores maneras de disuadir a nuestros enemigos de que nos ataquen, es fortaleciéndonos. Una apariencia de debilidad invita a nuestros adversarios a agredirnos. Lo mejor es siempre prepararse para la guerra, para el combate, y así tendremos más posibilidades de mantener la paz.

https://todofluye.wordpress.com/2007/04/08/si-vis-pacem-para-bellum/