martes, 21 de febrero de 2023

Mitologías y leyendas: El Sol y la Luna (mito jíbaro)

viernes, 15 de marzo de 2019

El Sol y la Luna (mito jíbaro)

El Sol (Etsa) y la Luna (Nantu), antiguamente eran gentes (jíbaros)
y vivían aquí abajo, en la Tierra, en la misma casa y tenían la misma
mujer. Ésta era un ave, la chotacabras, llamada Aóho por los jíbaros.
Ahora Sol estaba con Aóho, ahora Luna. Cuando Sol abrasaba a Aóho,
era muy caliente y eso gustaba a la mujer. Al contrario, cuando Luna la
abrazaba, ella sentía frío y no le agradaba.
-Tú eres muy frío -dijo a Luna-, no te quiero.
Sol se burló de Luna y le dijo:
-¿Por qué eres tan frío? Yo soy muy caliente y por eso la mujer me
quiere.
De esto se enojó Luna y se fue arriba, al cielo, trepando por un
bejuco. Al mismo tiempo sopló a Sol, de modo que éste por un momento
se oscureció y no aparecía (eclipse solar). La mujer, creyéndose
sola, dijo:
-¿Por qué voy a quedarme aquí yo sola? Yo también me voy arriba
-y se puso a trepar tras Luna al cielo por el mismo bejuco.
Ella llevaba consigo una canasta llena de barro del que las jíbaras
suelen hacer las ollas. Ya estaba Aóho cerca del cielo, cuando Luna
notó que ella le seguía.
-¿Por qué me sigues? -dijo a la mujer-. Ya no te quiero -dio un golpe
al bejuco, de modo que éste se cortó, y la mujer, junto con la canasta
de barro, cayó al suelo. El barro, por la caída, se regó por todas partes,
y en donde quedó algo de él allá principió a criar.
También Sol, más tarde, se fue al cielo, trepando por otro bejuco, pero
también allá arriba Luna siempre tiene que huir de Sol, corriendo por encima
de las montañas. Nunca pueden andar juntos y nunca se concilian.
Por eso Sol siempre se ve de día, mientras que Luna aparece de noche.
Si Sol y Luna en lugar de reñir por la posesión de la mujer, hubieran
acordado en tenerla juntos, también ahora, entre los jíbaros, dos
hombres podrían tener una mujer juntos. Mas como Sol y Luna eran
celosos uno de otro y reñían por la mujer, así también ahora los jíbaros
tienen que estar celosos unos de los otros y pelear por la posesión de
las mujeres.
Pero el barro, del que todavía las mujeres jíbaras hacen las ollas para
las fiestas, tiene su origen de la mujer Aóho, habiendo salido del alma
de ella; y en todas partes desde ahora se encuentra ese barro, y esto es
porque lo ha regado la mujer Aóho, que después se convirtió en el ave
de ese nombre.

MIRAR, ESCUCHAR, LEER de Claude Levi Strauss

 






«[Estos ensayos] revelan los ojos inquietos de un sabio perdido en un mercado de pulgas, el de un mundo donde lo que ha sido destruido es más fascinante que la necesidad presente.»

El País



«En este trabajo mezcla Lévi-Strauss sabiduría y placer.»

El Mundo



Este libro reúne un conjunto de ensayos sobre arte y gusto. Como un paseante a la vez caprichoso y sabio, Lévi-Strauss explora, entre otros temas, la pintura «filosófica» de Poussin, los cambios en la audición musical desde el siglo XVIII, las ideas de Diderot y Rousseau sobre el arte o la relación entre palabras y música y entre sonidos y colores.

https://www.delburgo.net/libro/mirar-escuchar-leer_54180

"La alfarera celosa" de Claude Levi Strauss

 

Claude Lévi-Strauss revolucionó el campo de la antropología con esta obra, en la que afirma que los mitos de los indios son un fruto de su conocimiento sobre plantas y animales, sobre la sociedad humana y sus emociones, sobre el cuerpo humano y los astros. Así, parecería que los descubrimientos de Freud y sus discípulos van por el mismo camino que la ambiciosa ciencia de los indios americanos.

https://www.delburgo.net/libro/la-alfarera-celosa_32116

Link de la versión en PDF: 

https://introduccionalaantropologia.files.wordpress.com/2018/10/spanish-edition-claude-levi-strauss-la-alfarera-celosa-paidos-iberica-ediciones-s-a-1986.pdf

Entrevista con Claude Lévi-Strauss (1972) 4/4

Entrevista con Claude Lévi-Strauss (1972) 3/4

¿POR QUÉ EN LA EDAD MEDIA SE DORMÍA EN DOS TURNOS?

 Silvia GundínLa Biblioteca de Alejandría A.S.

💠¿POR QUÉ EN LA EDAD MEDIA SE DORMÍA EN DOS TURNOS?















🔹Hubo un tiempo en el que la gente dormía en dos turnos: así funcionaba el "sueño bifásico" de la Edad Media.
El libro de Roger Ekirch Al final del día: Noche en tiempos pasados revela que hasta los tiempos modernos, cuando la iluminación artificial apareció y nos permitió permanecer despiertos más tiempo, la mayoría de la gente se acostaba al atardecer y el tiempo dedicado a dormir se dividió en dos fases, conocidas como primer y segundo sueño. Ambas fases del sueño duraban aproximadamente lo mismo, y las personas se despertaban en algún momento después de la medianoche antes de volver a descansar.
El historiador Roger Ekirch encontró en la Oficina de Registro Público de Londres diversos testimonios en sentencias de la época que le parecieron extraños. Ekirch había estado investigando un libro sobre la historia de la noche y varios registros que abarcaban la Edad Media y la Revolución Industrial. Mientras leía una declaración penal, dos palabras le llamaron la atención: "primer sueño".
Un primer sueño tenía que implicar también un segundo sueño, ¿no?: una noche dividida en dos mitades, quizás. Ekirch amplió su búsqueda y pronto quedó claro que el fenómeno estaba más generalizado y normalizado de lo que jamás había imaginado.
Los primeros sueños se mencionan en una de las obras más famosas de la literatura medieval, Los cuentos de Canterbury de Geoffrey Chaucer (escrita entre 1387 y 1400), que se presenta como un concurso de narración entre un grupo de peregrinos. Pero eso no es todo. Ekirch encontró referencias casuales al sistema de dormir dos veces en todas las formas imaginables, con cientos en cartas, diarios, libros de texto médicos, escritos filosóficos, artículos periodísticos y obras de teatro. La práctica incluso se convirtió en baladas, como Old Robin of Portingale.
“Y al despertar de tu primer sueño,
te prepararán una bebida caliente,
Y al despertar de tu próximo sueño,
Tus penas se apagarán…”
🔹La actividad nocturna medieval
Desde las 9 de la noche hasta las 11 de la noche, los ciudadanos procedían a echarse en colchones rellenos de paja o trapos (o plumas, si eran ricos) listos para dormir durante un par de horas. En ese momento, la mayoría de la gente dormía en comunidad y, a menudo, se acurrucaban entre chinches, pulgas, piojos, familiares, amigos, sirvientes o extraños.
Incluso había una serie de convenciones sociales estrictas para minimizar cualquier incomodidad. Por ejemplo, evitar el contacto físico o moverse demasiado, y había posiciones designadas. Las niñas generalmente se acostaban a un lado de la cama, más cerca de la pared, seguidas por la madre y el padre, luego los niños varones, nuevamente ordenados por edad, y luego los miembros que no eran familia.
Un par de horas más tarde, la gente comenzaba a despertarse de este sueño inicial. La vigilia nocturna generalmente duraba hasta la 01:00, y no era causada por ruido u otras perturbaciones en la noche, ni tampoco era iniciada por ningún tipo de alarma. En cambio, ocurría de forma completamente natural, tal como lo hacemos ahora por la mañana.
Este lapso de tiempo intermedio era muy útil para hacer cosas. Los textos describen cómo la gente hacía casi cualquier actividad después de despertarse de su primer sueño. Bajo la luz de la luna, las estrellas y las lámparas de aceite o "luces de juncos", la gente se ocupaba de las tareas ordinarias, como echar leña al fuego, tomar medicinas, o ir a orinar.
Para los campesinos, despertarse significaba volver a dedicarse a un trabajo más serio, ya fuera para aventurarse a vigilar a los animales de la granja o para realizar tareas domésticas, como remendar telas, peinar lana o pelar los juncos para quemarlos. Pero también fue un tiempo para la religión. Los cristianos tenían oraciones elaboradas y específicas prescritas para este período exacto de tiempo.
Pero, sobre todo, ese tiempo era útil para socializar y para el sexo. Como explica Ekirch en su libro, la gente a menudo se quedaba en la cama charlando. Y durante esas extrañas horas del crepúsculo, los compañeros de cama podían compartir un nivel de informalidad que era difícil de lograr durante el día. Como los esposos y esposas tenían que compartir una cama con otros, también era un intervalo conveniente para la intimidad física: si habían tenido un largo día de trabajo, el primer sueño les quitaba el cansancio y el período posterior era un momento excelente para concebir.
Más tarde, las personas regresaban a la cama para prodecer a su sueño "mañanero", que duraba hasta el amanecer o más tarde.

Resulta que el sueño bifásico se practicaba en todo el mundo preindustrial. En Italia se le llamó "primo sonno". En Francia, "premier somme". De hecho, se encontró evidencia del hábito en lugares tan distantes como África, el sur y sureste de Asia, Australia, América del Sur y el Medio Oriente. Un relato colonial de Río de Janeiro, Brasil, en 1555 describía cómo el pueblo tupinambá cenaba después de su primer sueño.

Su investigación terminó concluyendo que el método había sido la forma dominante de dormir durante milenios, un antiguo defecto que heredamos de nuestros antepasados ​​prehistóricos. El primer registro que encontró data del siglo VIII a. C., en la epopeya griega La Odisea, mientras que los últimos indicios de su existencia datan de principios del siglo XX, antes de que de alguna manera cayera en el olvido.

En la actualidad

Formas similares de sueño bifásico son evidentes en la sociedad actual, por ejemplo, en culturas que hacen una siesta por la tarde. Nuestro reloj biológico se presta a ese horario, con una reducción del estado de alerta a primera hora de la tarde (el llamado "bajón posterior a la comida").

A principios de la década de 1990, el psiquiatra Thomas Wehr realizó un experimento en el que expuso a un grupo de personas a un fotoperíodo corto, es decir, se les dejó en la oscuridad durante 14 horas todos los días en lugar de 8 horas, durante un mes. Su sueño tardó un tiempo en regularse, pero en la cuarta semana surgió un patrón de sueño distinto de dos fases. Primero durmieron durante 4 horas, luego se despertaron de 1 a 3 horas antes de caer en un segundo sueño de 4 horas. Esto sugiere que el sueño bifásico es un proceso natural con una base biológica.

La sociedad actual a menudo no permite este tipo de flexibilidad, por lo que tenemos que ajustarnos a los horarios de sueño y vigilia actuales. Generalmente se piensa que un sueño ininterrumpido continuo de 7 a 9 horas es probablemente lo mejor para sentirse renovado. Sin embargo, tal horario puede no adaptarse a nuestros ritmos circadianos, ya que nos desincronizamos con el ciclo externo de luz/oscuridad de 24 horas.

Imagen de la red.

Entrevista con Claude Lévi-Strauss (1972) 2/4

Entrevista con Claude Lévi-Strauss (1972) 1/4

Las Pelotas - Uva uva (AUDIO)

Lidia poët, la primera abogada de italia

 


PIONERA FEMINISTA






Después de que la apartaran de los tribunales por ser mujer, Lidia Poët luchó durante toda su vida para ejercer la abogacía y conseguir que las mujeres pudieran ocupar cargos públicos, convirtiéndose en una precursora del feminismo y abriendo camino para las abogadas y funcionarias públicas que vendrían después.

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Lidia Pöet
CC

lidia Poët nació en Traversella, una aldea de la provincia de Turín cercana a los Alpes italianos, el 26 de agosto de 1855. La joven creció en el seno de una familia acomodada que le puso todas las facilidades para estudiar primero en el Colegio de las Señoritas de Bonneville, en Suiza, y después en la escuela de secundaria Giovanni Battista Beccaria, en Mondovi.

Al completar su formación, Lidia Poët obtuvo el título de Maestra de Escuela Secundaria y el certificado de Maestra de inglés, alemán y francés. Sin embargo, sus aspiraciones de convertirse en abogada, al igual que su hermano Giovanni Enrico, la impulsaron a continuar los estudios y a matricularse en la Facultad de Derecho de la Universidad de Turín.

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ACEPTADA PARA EJERCER LA ABOGACÍA 

Tras cursar la carrera y presentar una tesis sobre la condición de la mujer en la sociedad y el derecho al voto femenino, Poët se graduó el 17 de junio de 1881. Durante los dos años siguientes, continuó su aprendizaje en la oficina del abogado y senador Cesare Bertea, asistiendo a sesiones en los tribunales y a la práctica forense. Después de aprobar los exámenes prácticos y teóricos de calificación en la profesión legal, Lidia Poët solicitó entrar en la Orden de Abogados y Fiscales de Turín.

Federico Spantigati dejó la Orden de Abogados y Fiscales de Turín después de que Lidia Poët fuera admitida.

El ingreso de Poët no estuvo exento de polémica ya que, hasta entonces, los únicos miembros de la orden habían sido hombres

y no todos estaban de acuerdo en que una mujer pasara a formar parte del grupo. Los abogados Federico Spantigati y Desiderato Chiaves se opusieron férreamente al ingreso de Poët. De hecho, uno de ellos llegó a renunciar a su puesto en la orden después de que la solicitud fuera aceptada, a modo de protesta.

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Afortunadamente, Saverio Francesco Vegezzi, el presidente ,y Carlo Giordana, Tommaso Villa, Franco Bruno, Ernesto Pasquali, otros cuatro concejales, apostaron por que la joven se uniera a ellos, argumentando que “según las leyes civiles italianas, las mujeres son ciudadanas como los hombres”. Así, el 9 de agosto de 1883, Lidia Poët se inscribió en el Colegio de Abogados, convirtiéndose en la primera abogada de Italia. 

Lidia Poet

Recorte del periódico Corriere della Sera del 4 diciembre 1883.

INHABILITADA POR SER MUJER

Al percatarse de que una mujer había sido aceptada en la lista, la oficina del Fiscal General recurrió ante el Tribunal de Apelación de Turín, argumentando que las mujeres no podían ejercer la abogacía porque la profesión era un “cargo público”. En aquel momento, la admisión de mujeres en los cargos públicos debía estar especificada en la ley y como, en este caso, la ley guardaba silencio, los detractores de Poët aprovecharon para interpretar ese vacío como una negativa. 

La inhabilitación de Lidia Poët suscitó un intenso debate público.

El 11 de noviembre de 1883, apenas tres meses después de haber sido admitida como abogada, el Tribunal de Apelación determinó que la inscripción de Lidia Poët era ilegal y la inhabilitó. La abogada apeló ante el Tribunal de Casación de Turín, pero este confirmó la decisión del tribunal inferior, dejando a Poët fuera de los tribunales. 

La inhabilitación de Lidia Poët suscitó un intenso debate público. La mayoría de los periódicos italianos, unos 25 aproximadamente, se posicionaron a favor de la abogada y defendieron que las mujeres pudieran ocupar cargos públicos. Otros tres se mostraron en contra y sostuvieron que los hombres que apoyaban a las mujeres eran únicamente "célibes solteros". 

Lidia Poet

Placa conmemorativa de Lidia Poët en Turín.

CC

UNA VIDA DE LUCHA FEMINISTA 

Negándose a renunciar a su profesión, Lidia Poët se unió al despacho de su hermano y siguió colaborando como abogada, aunque no pudiera asistir a los tribunales ni ejercer plenamente su cargo. La letrada se implicó profundamente en la defensa de los derechos de los menores, de las mujeres y de los marginados, además de defender firmemente el sufragio femenino

Como feminista pionera, Poët se unió al Consejo Nacional de Mujeres Italianas (CNDI) desde su fundación en 1903, implicándose en la lucha por la igualdad y dirigiendo el trabajo de la sección jurídica en los primeros congresos de 1908 y 1914. También participó en varios Congresos Penitenciarios Internacionales, dedicados a los derechos de los reclusos y los menores. 

Lidia Poët volvió a ingresar en la Orden de Abogados y Fiscales de Turín a los 65 años.

El 17 de julio de 1919, al final de la Primera Guerra Mundial, la promulgación de la Ley número 1.176 permitió a las mujeres acceder a los cargos públicos (excepto en el poder judicial, en los cargos militares y en la política).

Así, treinta y seis años después de haber sido inhabilitada, Lidia Poët fue admitida de nuevo en la Orden de Abogados y Fiscales de Turín y, a los 65 años, se convirtió oficialmente en la primera mujer abogada de Italia, abriendo el camino para todas las abogadas y fiscales que vendrían después.