Peter Hedges fue el guionista y director de una curiosa película, ‘Pieces of April’ (ni recuerdo como la titularon aquí), cinta de corte independiente que hurgaba en las relaciones familiares con cierto encanto, consiguiendo además que una actriz tan sosa como Katie Holmes estuviera casi brillante. ‘Como la vida misma’ supone el salto de Hedges a los grandes estudios, donde las cosas funcionan de otra forma, y a no ser que te apellides Lucas, Cameron, Eastwood o Spielberg, no harás realmente lo que te dé la gana.
Y algo así le ocurre a Hedges, o al menos da esa impresión. ‘Como la vida misma’ es una comedia dramática construida a base de tópicos excelentemente tratados en una historia muy bien planteada y desarrollada. Huyendo de las constantes típicas en el género, el film se alza por encima de la media, llegando a sorprender en alguno de sus puntos, aunque lamentablemente su tercer acto supone caer en concesiones de forma harto incoherente, estropeando en parte la película.
‘Como la vida misma’ narra la historia de Dan Burns, viudo padre de tres hijas, que va a Rhode Island a reunirse con su familia (de apellido idéntico a los de su anterior film) en una celebración anual que realizan todos los inicios de otoño. Nada más llegar, en una librería conoce a una mujer, Marie, con la que saltan las chispas, algo que prácticamente había olvidado. La ilusión que le produce tal acontecimiento enseguida se ve empañada cuando más tarde descubre que Marie es la novia de su hermano, quien va a presentar a su pareja a toda la familia.
Con el mismo planteamiento que la gran obra de Ernst Lubitsch ‘El diablo dijo no’, Hedges propone una serie de situaciones bien hilvanadas con un guión que rehuye de lo de siempre, y aunque no vemos nada nuevo bajo el sol, está todo expuesto con una frescura muy acertada, y sobre todo buenos diálogos y unas muy ajustada interpretaciones de su pareja protagonista. Con esto me refiero evidentemente a Steve Carell y Juliette Binoche, que curiosamente aquí realizan un cambio de roles en relación a lo que nos tiene acostumbrados. Carell está bastante comedido, expresando y transmitiendo muy bien su soledad, y la sorpresa que le supone encontrarse con una mujer que podría sacarle de su habitual rutina y volver a tener ilusión por las cosas. El actor se olvida de sus caretas y al igual que en alguna que otra ocasión nos demuestra que realmente es mejor actor dramático que cómico. El caso de Juliette Binoche es precisamente el contrario; solemos verla enfrascada en papeles de alto contenido dramático, y en ‘Como la vida misma’ explota su vena más cómica con su personaje, una mujer aparentemente feliz que de repente se ve entre dos hombres. La química entre los dos actores es fantástica, y valgan como muestra las escenas de la librería o en la que se dan mutuamente celos bailando.
Palabras de otro talante merecen el trabajo de un actor como Dane Cook, que junto a otros como Keanu Reeves o Ben Affleck está a punto de convertirse en uno de los reyes de la apatía y la vacuidad. Además de que el actor está pésimo, y nada tiene que hacer al lado de los mencionados y mucho menos al lado de veteranos como Dianne Wiest o John Mahoney, su personaje es totalmente plano, un esbozo de rol que podría haber dado muchísimo más juego, sobre todo en la parte en la que todos “descubren el pastel” pudiendo haber presentado más conflictos.
Y es que su tercer acto es una especie de traición a todo lo visto hasta ese momento, y aunque por supuesto no tira por tierra los buenos momentos que hemos presenciado, el film termina siendo increíblemente tópico, incoherente e incongruente por una conclusión facilona, que para nada es creíble por lo precipitada de la misma. De repente todos los bretes presentados desaparecen, y para colmo hay que darle un pequeño empujón a alguien que hasta ese momento si se había cortado de obedecer a su corazón, era por los sentimientos hacia su hermano. Ahora que no hay ningún problema, y que esto se subraya con la estúpida escena en la que vemos a Dane Cook con la maravillosa Emily Blunt (que sale muy, muy poco en la película), necesita que casi toda la familia le anime a hacer lo que todos estamos esperando. Una pena que el film rompa con el perfecto ritmo que tenía en sus dos tercios previos, y el último se atolondre de peligrosa manera y despache de un carpetazo toda la historia.
‘Como la vida misma’ se editó en dvd en nuestro país a finales del mes pasado. El dvd trae pocos extras, y el más interesante el que se centra en la música de la película, ambientada con unas bonitas canciones de Sondre Lerche, quien sale con su grupo en las escenas finales mientras aparecen los títulos de crédito y todos los personajes del film bailan más felices que nunca. Menos mal que ese edulcorado y blandengue final no estropea del todo un film agradable y ameno.