Título original: Les diaboliques - Francia
Duración: 1 hora, 54 minutos
Dirección: Henri-Georges Clouzot
Guion: Henri-Georges Clouzot, Jérome Géronimi
Otros: B y N
Reparto: Simone Signoret (Nicole Horner), Véra Clouzot (Christina Delassalle), Paul Meurisse (Michel Delassalle), Charles Vanel (Alfred Fichet, el comisario), Jean Brochard (Plantiveau, el conserje).
“Es asombrosa esa situación: la esposa secándole las lágrimas a la amante de su marido porque este la ha hecho sufrir”
La película se basa en la obra de los escritores franceses de historias criminales de ficción, Pierre Boileau y Thomas Narcejac, Celle qui n´était plus, que no ha sido traducida al español pero significa algo así como: La mujer que ya no está. Henri-George Clouzot se adelantó solo por horas y adquirió los derechos antes que Alfred Hitchcock. Como compensación a este último, los escritores Boileau y Narcejac crearon Entre D´les Morts, que se convirtió en la película Vértigo (1958), una de las clásicas del suspenso.
Aunque a Clouzot le llamaban el Hichcock europeo, hay varias marcadas diferencias entre ambos directores. El primero se basa en la incertidumbre del espectador para atemorizarlos y no suele haber toques de humor o ironía en el film o si los hay, son muy leves. Es directo y realista. Hichcock trabaja el suspenso más que el terror, suele informar a la audiencia de cosas que los propios protagonistas no saben, utiliza un sutil sentido del humor y de ironía que siempre están presentes en sus filmes.
Las diabólicas está ambientada en un internado de niños en Paris, propiedad de Christina (Vera Clouzot era la esposa en la vida real de Henri-George Clouzot), una mujer acaudalada de origen venezolano, tímida y débil, enferma del corazón que dirige el colegio conjuntamente con su marido Michel.
Christina es humillada y vejada constantemente por su esposo, muchas veces en público.
Una de las profesoras, Nicole, es la amante de Michel, situación conocida y aceptada por Christina. Nicole también es tratada con desprecio por Michel.
Indefensas, ambas mujeres cansadas de sufrir la tiranía y los maltratos del hombre que comparten, deciden que esa situación no puede continuar y desarrollan un plan para librarse de él. El método que se les ocurre es la eliminación física.
El plan es que las mujeres se irán juntas a la casa de Nicole en Niort (en la vida real, Nior es el lugar de nacimiento de Henri-Georges Clouzot). Atraen a Michel con una excusa, lo embriagan, le suministran un narcótico y lo ahogan en la bañera. Luego ambas ocultan el cuerpo y lo trasladan al colegio, arrojándolo a la piscina para que parezca un suicidio o un accidente.
El plan sale bien y el crimen se comete sin errores pero la historia se complica con la desaparición del cadáver de la piscina y la posterior aparición de un investigador pintoresco, el comisario retirado Fichet, que se dedica a preguntar cosas aparentemente inocentes y a tomar todo con una sonrisa paternal, mientras se fuma un tabaco.
Por cierto que Peter Falk, el intérprete de “Columbo”, se inspiró en el personaje de Fichet, copiando su irritante persistencia y la manera de coger el cigarro.
Clouzot logró con esta magistral obra mantener en tensión al espectador sin dosis efectistas, sustos fáciles y esas subidas imprevistas de sonido, algo de lo que se abusa en el cine actual, por ejemplo en la escena de la bañera, no se utiliza la música (simplemente no existe) y aun así, sobrecoge. Reconozco que en lo personal no me gustan las películas que para asustar al espectador colocan un repentino sonido muy fuerte y la sorpresa es causada por este sonido y no por la escena.
Este filme sentó las bases de lo que debe ser un Thriller, introduciendo los apropiados puntos de giro para enganchar al espectador.
La lista de películas que se inspiraron en menor o mayor grado en Las diabólicas es extensa: Testigo de cargo (1957), Canción de cuna para un cadáver (1968), Sospechosos habituales (1995), El sexto sentido (1999), y El club de la pelea (1999). La escena de la bañera se utilizó como referencia en El resplandor (1980). También hay referencias a esta película en Atracción fatal (1987) y Lo que la verdad esconde (2000). La escena en que Christina es obligada a tragar delante de los niños la comida maloliente del colegio (un pescado recalentado del día anterior) que provoca repugnancia, es una composición que Paolo Pasolini retoma en Saló o los 120 días de Sodoma (1975).
El filme es también una sutil crítica a la sociedad francesa. Por ejemplo las quejas de los vecinos del piso de arriba cuando el ruido del agua llenando la bañera para ejecutar el macabro plan les molesta. Muestra la intolerancia típica del momento y la hipocresía porque deseando que se marcharan las incómodas visitantes, al día siguiente al despedirlas, los vecinos les manifiestan que no querían que se fueran tan pronto.
Estamos ante una obra que aunque emplea elementos ya utilizados en película anteriores como el triángulo amoroso y la confabulación contra el tercero en discordia, tiene dos aspectos que la hacen original: primero el hecho de que las confabuladas sean dos mujeres con las connotaciones de transgresión moral que conlleva (el lesbianismo, aunque en pantalla no hay ni siquiera contacto físico entre ellas, tema difícil de tratar en la década de los 50) y en segundo lugar ese final que con un giro y otro giro altera todo el hilo argumental, un mecanismo que en el cine de suspenso reciente se ha explotado mucho, pero en aquel entonces era novedoso. No voy a revelar el desarrollo de la historia después de la desaparición del cadáver de la piscina y por supuesto del final, porque sería una terrible desconsideración con los lectores que aún no la han visto, pero si les recomiendo que la vean y se sumerjan en dos horas de intenso entretenimiento.
Fuente: Las películas de Nelson