Negro:
te pido por
fabor de que no tomés a mal que yo agarre mis prendas de vestir y me vaya del
cotorro, ni que pensés de mí con lijeresa, aplicándome tal o cual metáfora dibna
de mejor suerte… ¡Te juro que me voy para tu bien, negrO, y que algún día vas a
comprender todo el tremendo sacrificio que hago para que triunfés con tu
concomitansia de poetA y de conpositor de música, todo lo cual hoy andás
bastante flojo y sin poder encontrar un tema para un gran tango que te haga
venir popular y honbre de plata!
No te vayás a
pensar de que te dejo porque a tu reina una pobresa insuperable, y que si una
sigue vibiendo acá a la larga se acostrumbraría a comer el reboque de la paré…
¡queesperansa! Me voy, negrO, para ver si al encontrarte solo, triste y
abandonado, sin dada más que la guitarra y el perrito companiero que por mi
ausensia no comería, te sentás a escribir un presioso tango, en el cual me
tratés de todo, diciéndome que soy uan ingrata malbada, una percanta trasionera
o lo que a vos te guste, que no me voy a ofender por
eso.
Todavía, si
querés más datos para tu composisión, te comunico que al escaparme del bulíN me
voy con un cabaliero que conosí el otro día en el sentrO, el cual de me asercó
cuando yo estaba mirando una vidriera, y me dijo: “Usté merecería un tapado de bisontE y un
coliar de brillantes, sinpática…”, a lo cual yo le contesté: “¿Le parese?...” y como una palabra saca
la otro y las 2 laban la cara, a la final quedamos que yo me iría a vibir con
él, que me tratará como una reinA, y hasta prometió de comprarme una licuadora
para que yo pueda haser jugo en mis horas de ósio… ¿Te das cuenta qué
cambio?
¡Adiós negrO, no
mechés la culpa de nada y pensá que todo lo hago para que triunfés con una
cansión en contra mía… ¡Ha, y apurate que te van a desalojar antes del
30!
Se despide de
vos, tu tierna conpaniera quescapás de haser cualquier cosa parayudarte, Camila (haora gladiS”).