domingo, 16 de agosto de 2015

'Pandora en el Congo' de Albert Sánchez Piñol

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Este verano, a pesar de que tengo muchísimo trabajo (y que siga así...) estoy cumpliendo de sobra los objetivos de lectura que me había marcado. De los cinco libros de terror que tenía pensado leer este verano ya llevo tres y el último en caer ha sido Pandora en el Congo de Albert Sánchez Piñol. Hacía mucho que no leía a este autor y casi había olvidado lo tremendamente bueno que es.
'Pandora en el Congo' nos lleva hasta Londres en 1914. Aún no ha estallado la Gran Guerra y el joven Thomas Thomson se gana la vida escribiendo novelas como negro. Un día, por casualidad, recibe un encargo inesperado a manos de un abogado. Thomson deberá poner por escrito el testimonio de Marcus Garvey, un hombre acusado de asesinar a los dos hijos del duque de Craver en África.
Comienza entonces la narración de Garvey, desde su infancia difícil hasta su viaje al Congo acompañando a los Craver. Una expedición sangrienta en busca de fortuna que se tornará en un viaje al infierno cuando descubran un mundo subterráneo desconocido para los humanos. Un mundo habitado por unos hombres espectralmente blancos, surgidos de las mismas entrañas de la tierra.
'Pandora en el Congo' juega con el concepto de ficción dentro de la ficción, algo que puede resultar manido e incluso ridículo si no se hace bien, y que resulta absolutamente brillante cuando lees a Albert Sánchez Piñol. Este autor parece tener una pasmosa facilidad para crear una historia imposible, dando en cada página un paso más, una vuelta de tuerca más, hasta llegar a un final sorprendente.
No falta tampoco la historia de amor, que no por imposible parece menos creíble. Sánchez Piñol sabe mezclar como nadie humor y terror, ficción literaria y la novela de aventuras más clásica. Nos lleva desde Londres hasta el Congo sin inmutarse y su manera de narrar es de las que crea adicción, y de la buena. Temas como el amor, el racismo, la maldad humana (y la de las tortugas) y el horror más inimaginable se mezclan en este libro de una manera natural, sin aspavientos, como sólo es capaz de hacerlo en la buena literatura.
Albert Sánchez Piñol es antropólogo pero esto de escribir tampoco se le da nada mal. Su primera novela, La piel fría, es una magistral obra de terror que fue un auténtico éxito de crítica y lectores, vendiendo más de 150.000 ejemplares sólo en catalán y traducida a veinticuatro idiomas. También es autor del libro de cuentos Trece tristes trances, el ensayo Payasos y monstruos y la novelaVictus. Barcelona 1714, entre otras obras.
Tenéis que saber que me encanta este autor. Leí 'La piel fría' por recomendación de un cliente cuando trabajaba en la librería y desde entonces quedé totalmente enamorada de su forma de escribir. 'Pandora en el Congo' es una novela absorbente, clásica en el mejor sentido de la palabra y, sobre todo, una historia escrita con maestría. Una lectura más que recomendable, un título para comprobar que Albert Sánchez Piñol está a la altura de los más grandes.
Alguien podría pensar que las tortugas no hacen cargas de caballería, básicamente porque son tortugas. Pero desde la perspectiva de las tortugas la velocidad debe ser un factor relativo. Bien, pues desde el punto de vista de las tortugas María Antonieta estaba realizando una carga violentísima.

El pasillo era estrecho. Si quería salir de casa debía cruzarme con ella. Naturalmente, yo no pensaba renunciar a una cita con Norton por el simple hecho de que me atacase una tortuga de temperamento histérico. No me lo podía creer: allí estaba yo, Tommy Thomson, enfrentándome con una tortuga como si fuésemos dos caballeros en una justa medieval.
Alfaguara

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