jueves, 18 de julio de 2024

La Vispa Teresa - Film Completo by Film&Clips de Mario Mattoli

La vispa Teresa (1939) by Roberto Rossellini

La vispa Teresa de Rosselini (cortometraje)

 

La vispa Teresa (S)Cortometraje

Título original
La vispa Teresa
Año
Duración
8 min.
País
Italia Italia
Dirección
Música
Fotografía
Mario Bava (B&W)
Compañías
Género
Drama | AnimalesCortometraje
Sinopsis
Una chica de diez años intenta atrapar una mariposa pero todos los insectos intervienen para salvarla. (FILMAFFINITY)

https://www.filmaffinity.com/es/film769114.html

La vispa Teresa

 



La vispa Teresa

Sinopsis

La vispa Teresa, dirigida por Mario Mattoli en 1943, es una comedia italiana que narra las aventuras y desventuras de Teresa, una joven vivaz y encantadora. La película destaca por su humor ligero y la destacada actuación de su protagonista, que navega a través de situaciones cómicas y románticas con gran carisma.

Comedia

La vispa Teresa

Sinopsis

La vispa Teresa, dirigida por Mario Mattoli en 1943, es una comedia italiana que narra las aventuras y desventuras de Teresa, una joven vivaz y encantadora. La película destaca por su humor ligero y la destacada actuación de su protagonista, que navega a través de situaciones cómicas y románticas con gran carisma.

Comedia

"La vispa Teresa" di Trilussa, letta da Paolo Rossini

Reseña del libro "Mujer al Borde del Tiempo"

 

Reseña del libro "Mujer al Borde del Tiempo"

Mujer al borde del tiempo, de Marge Piercy, es una de las novelas más aclamadas de su género. A menudo se la compara con otras fantasías feministas de los setenta, como Los Desposeídos, de Ursula K. Le Guin, o El Cuento de la Criada, de Margaret Atwood. Un clásico de la ficción especulativa que por fin se traduce al español, cuarenta años después de su publicación. Una mujer chicana, Connie Ramos, ha sido encarcelada injustamente en una institución mental de Nueva York. Las autoridades la consideran un peligro para sí misma y para los demás, e incluso su familia ha dejado de apoyarla. Pero Connie tiene un secreto, una forma de escapar de los confines de su celda: ella puede ver el futuro. Esta novela es una transformadora visión de dos futuros… y de cómo uno u otro pueden llegar a hacerse realidad. Por un lado, un tiempo de equidad racial y sexual, de dignidad medioambiental, un tiempo en el que es posible alcanzar una realización personal sin precedentes, donde todo el mundo participa por sorteo en el gobierno y la educación es comunitaria. Por otro, Connie también es testigo de otra posibilidad con un resultado muy distinto: una sociedad de explotación grotesca en la que las fronteras entre personas y mercancías han quedado definitivamente borradas. Tan desgarradora como profética, esta novela de referencia se dirige hoy a una nueva generación para la que estas opciones pesan más que nunca.

Un comentario sobre Mujer al borde del tiempo, de Marge Piercy

 

Un comentario sobre Mujer al borde del tiempo, de Marge Piercy

¿Cómo sería el mundo si lográramos cambiar lo que estamos intentando cambiar? Para responder esta pregunta la escritora feminista Marge Piercy hace viajar en el tiempo a una mujer chicana perseguida por el servicio social y encerrada en una institución psiquiátrica de New York en los años 70. Lo que encuentra Connie Ramos en Mattapoisett, la ciudad del futuro que visita, es la concreción de todas las utopías progresistas. Mujer al borde del tiempo (Consonni, 2020) es un libro recomendadísimo para leer antes de que el verano pandémico consuma nuestra esperanza.

El futuro no es como lo imaginó, con grandes ciudades tecnológicas que han atravesado guerras atómicas, no hay orden ni confort, por eso Connie discute con su lenguaraz del provenir si esto se trata de “¿Progresar hacia un pasado?”. Una mujer migrante pobre, fea y gorda llega a la utopía y todo lo que le produce, en un primer momento, es risa y desilusión. Un mundo donde los géneros son fluidos y cambiantes, los roles sociales son distribuidos por placer y voluntad, la humanidad no daña el entorno y produce lo que necesita para sustentarse, el gobierno es comunal y cada habitante alguna vez gobierna, la diversidad racial es promovida (“queremos diversidad, ya que lo extraño genera riqueza”), lxs adultos mayores son consagrados, la maternidad es comunitaria y decidida… Muy pronto Connie, que vive un día a la vez, empieza a desear ese mundo que nunca imaginó, y la utopía de otres empieza a ser también la suya.

Esta novela clásica de ciencia ficción ecofeminista, que Marge Piercy escribió tomando “prestados elementos de todos los movimientos progresistas” de los 70, nos coloca de frente a la fatalidad de que las decisiones que tomamos en nuestro presente diseñan un futuro y no otro. Si es como dice Sara Ahmed, que “donde hay esperanza, hay dificultad” (algo que bien podría decir los habitantes del futuro en Mattapoisett), la medida de la dificultad responderá a la medida de nuestra esperanza. Así, la sociedad del futuro que inventa Piercy con una imaginación generosa y atenta es compleja e improbable, es ciencia ficción.

En Mujer al borde del tiempo la viajera también visita una distopía, un futuro donde la enajenación llegó a su máximo pico de crueldad y el entorno natural es imposible de experimentar. Pero ese futuro “malo”, la versión del porvenir si todo llega a salir mal, parece poco comparado con el presente de Connie en New York. Una mujer migrante, chicana, que cerca de los 40 años ya es considerada un desperdicio social, narra su corta vida, sus abortos, la histerectomía forzada, la violencia asociada a su género, la frustración por no haber logrado una vida burguesa, la desesperación que provoca la pobreza y la soledad y todo ello motivado y acompañado por un Estado que quiere “hacer encajar tu vida en un patrón de enfermedad”. El presente es peor que el peor futuro. Así, Concepción Ramos, Conchita o Connie según cuando y por quién sea nombrada, es una enfermada por la sociedad, como decía Artaud de Van Gogh en 1947, o una “mujer enferma”, como escribe Johanna Hedva en 2015 en su Teoría de la mujer enferma: “este mundo fue construido en contra de su supervivencia”, en contra de las Connie Ramos.

Marge Piercy es poeta, narradora y activista feminista; nacida en Detroit en 1936 en una familia mixta (judía y protestante), desde muy temprano se involucró en la lucha por los derechos civiles y el feminismo. Piercy escribió este libro en un momento y lugar en los que la transformación social parecía posible y deja en él plasmado un imaginario utopista difícil de reconstruir. En los relatos sobre los 60 y 70 la historia suele recoger los acontecimientos que frenaron el avance de las transformaciones revolucionarias o el estilo de vida de la época pero la memoria sobre qué mundos eran aquellos que se proyectaban es escatimada. Los mundos utópicos que se proyectaron en los 70 en todo Occidente son aquello no contado que nos empuja desde el pasado; aquellos proyectos de sociedad truncados son los futuros que nunca habitamos. En cambio obtuvimos este presente. Piercy hace un esfuerzo notable por imaginar un futuro lejano (2137) en el que la historia se desenvuelve a nuestro favor (a favor de las utopías libertarias y socialistas) y cuando vemos desplegada esa posibilidad, mientras leemos, nos atacan las especulaciones, ¿es esto lo que queremos? ¿cómo sería un mundo feminista —para citar nuevamente a Sara Ahmed—? 

Es posible leer Mujer al borde del tiempo, o al menos fragmentos de él, desde variadas teorías contemporáneas. La referencia obvia es el pensamiento de Donna Haraway, incluso la traductora de este título es Helen Torres, la misma traductora de la obra de Haraway al español. Pero también podemos interpretar el futuro en Mattapoisett desde el xenofeminismo y el marco que Helen Hester otorga al tecnomaterialismo y el antinaturismo en las políticas reproductivas. La maternidad en este libro es un nucleo de tensión, el gran agujero negro que centrifuga todo lo que gira al rededor; es lógico que así sea porque Piercy escribe en los 70, en pleno desarrollo de la llamada segunda ola feminista, y está escribiendo este libro exactamente cuando la corte de Estados Unidos sentencia en el caso Roe contra Wade y determina la legalidad del aborto en Estados Unidos (1973). En Mujer al borde del tiempo el nudo materno (para usar una expresión de Jane Lazarre, también escribiendo en esta época) no está hecho de cinta bebé rosa. Pero quizás lo más interesante ocurra en cómo en la utopía se imagina a la maternidad: como una práctica cultural desenganchada de la gestación (todo en Mattapoisett es desenganchado de la biología: “rompimos el vínculo entre genes y cultura, para siempre”, dice Luciente, personaje del futuro) y donde la gestación se realiza en cápsulas en las que no hay trabajadorxs de la reproducción que carguen en sus cuerpos los bebés que finalmente serán de varias mamás. Así, en esta utopía (ahora xenofeminista, además de ecofeminista) la tecnología de reproducción pone fin a “la opresión de las personas embarazables”, como dice Hester (Xenofeminismo, Caja Negra, 2018). 

En Utopía queer, libro publicado en 2009 por Esteban Muñoz (editado en Argentina también por Caja Negra en 2020), tenemos otra clave de lectura para Mujer al borde del tiempo; allí, el cubano desarrolla una idea de futuridad queer contra el pragmatismo propio del activismo focalizado en las políticas públicas e identitarias. “Lo queer aun no ha llegado —dice—, lo queer es una idealidad. Dicho de otro modo, aun no somos queer (…) el futuro es el dominio de lo queer (…) el aquí y ahora es una cárcel”. Con Muñoz en una mano y Piercy en otra, la novela es, entonces, no solo ecofeminista y xenofeminista, además es queer. Y lo es en la medida en que “lo queer es, esencialmente, el rechazo de un aquí y un ahora, y una insistencia en la potencialidad o la posibilidad concreta de oro mundo”.

Pero si bien la historia de Connie, su presente y los futuros posibles pueden ser pensados desde las teorías feministas, esta novela desborda los feminismos y es una gran relato de ciencia ficción, narrado con una prosa alegre y detallista, que pone la lupa sobre personajes hondos y contradictorios, con paisajes fascinantes, cierto realismo crítico, y escenas de crueldad y de pasión que erizan la piel. Es un libro para leer antes de que termine el verano, ahora cuando la pandemia mundial multiplicó por millones la conciencia de que el presente es esa línea divisoria entre lo que deseamos y lo intolerable.

Mujer al borde del tiempo

Autora: Marge Piercy

Traductora: Helen Torres

Editorial: Consonni

Año: 2020







https://latfem.org/un-comentario-sobre-mujer-al-borde-del-tiempo-de-marge-piercy/

Wait, What Even IS The Female Version Of Avuncular?

 

Wait, What Even IS The Female Version Of Avuncular?

avuncular

Avuncular basically means ‘like an uncle’, and if it was a job you’d do it for free. Being an uncle is just being an uncle (no offence, all you uncles), but being avuncular is a whole other level.

Being avuncular means you get to:

  • Lounge comfortably
  • Smoke a pipe (optional)
  • Rock a suit (not optional)
  • Insist that any child over the age of four gambles using real money. Be affronted if anyone suggests otherwise
  • Say whatever you like, safe in the knowledge that all present will gamely laugh (bar the butler, who is contractually obliged to lift an eyebrow)
  • Fondly ruffle a small urchin’s head (gloves optional)
  • Be jolly and a bit unpredictable (‘avuncular’ means you’d be given at least a second glance in any Doctor Who casting campaigns)
  • Be invited to all the things
  • Not be required to stay deathly-boringly long at any of the things, in fact, quite often subtly dissuaded from doing so
  • Spend a lot of time jet-setting in Monaco, probably
  • Walk away the minute there’s any hassle. You don’t do hassle. That’s not for you.

Being avuncular is  a respectable life goal, but it’s also just so, so, so, so, so… uncle-y.

It cannot be avoided. As things stand, being avuncular is a thing that is mainly considered the province of men, by the very quality of its wordiness (it stems from words for ‘maternal uncle’ and also ‘grandfather’, which isn’t really giving aunts a look-in).

How, then, may we traditionally refer to the stalwart women who want to revolutionise the minds of their neices and nephews then retreat to the safety of gin-sozzled strip-rummy in Monaco?

  • Auntly
  • Auntlike
  • Materteral

 

Not feeling very materteral today

OH, HELLO, MATERTERAL. WHAT EVEN IS THAT? Only Dame Maggie Smith could throw down ‘materteral’ like it stands for good times and make that shit stick. And yes, that is a challenge.

Our options?

  1. Make ‘materteral’ a thing
  2. Claim ‘avuncular’

There are, no doubt, several ways to deal with this issue. Perhaps the important thing is that we can always feel safe in envisaging for ourselves a future where suits may be worn with aplomb, children may be induced to gamble with real money, and Monaco may be forever be considered a haven to which one can retreat.

https://www.mookychick.co.uk/opinion/love-and-life/female-version-of-avuncular.php