martes, 29 de octubre de 2024
Amar, rezar, matar: por qué la literatura de Flannery O'Connor desafía la moral
Murió hace 60 años
Amar, rezar, matar: por qué la literatura de Flannery O'Connor desafía la moral
La película American Fiction y la biopic Wildcat con Maya Hawke reavivan el interés por la autora del cuento “Un hombre bueno es difícil de encontrar”. El impacto de la escritora norteamericana en Mariana Enríquez y Agustina Bazterrica. Cancelación, corrección política y la pregunta, ¿era una autora cancelable?
Al comienzo de la película American Fiction, Monk, el protagonista, profesor y escritor afroamericano, confronta a sus alumnos con una discusión sobre el cuento “El negro artificial” de Flannery O’Connor y el uso de la palabra “negro” como insulto racial. Una alumna blanca, que jamás leyó el relato, se siente "ofendida con la palabra 'n'". Él le responde: "Lo superé, Brittany, estoy seguro de que vos también podrás". Las autoridades deciden suspender al docente.
Este inicio, que marca el comienzo de lo que ya es una de las mejores películas de 2024 (ganadora del Óscar a Mejor Guion Adaptado), recupera el legado y la discusión en torno de una de las escritoras y cuentistas norteamericanas más fascinantes del siglo XX: Fannery O'Connor, de quien se cumplen en estos días 60 años de su muerte.
O’Connor, quien vivió solo 39 años (25 de marzo de 1925 - 3 de agosto de 1964), y dejó algunos de los cuentos más perturbadores de la segunda mitad del siglo XX, sigue siendo una figura fascinante. La nueva biopic Wildcat, dirigida por Ethan Hawke y protagonizada por su hija Maya Hawke, devuelve a esta escritora singular al centro de la atención. Hoy su legado y su cancelación se debate en sus cartas privadas, reveladas hace poco tiempo.
Por qué leer a Flannery O’Connor
Algunas de las escritoras argentinas más importantes, como Mariana Enríquez y Agustina Bazterrica, reflexionan sobre el legado de Flannery O’Connor y explican por qué su lectura sigue siendo relevante. O’Connor, una autora que parece habitar las pesadillas norteamericanas, ya sea de manera consciente o no, resuena en las imaginaciones de Quentin Tarantino, Nick Cave o Cormac McCarthy.
Que el disco recopilatorio de Johnny Cash, God, Love, Murder (Dios, amor y asesinato), pueda considerarse casi una síntesis de los temas obsesivos que Flannery O’Connor exploró a lo largo de sus dos novelas y casi cuarenta cuentos no debería sorprender. Ambos provienen del sur de Estados Unidos, un área conocida como "el cinturón de la Biblia", que abarca estados como Tennessee, Mississippi y Georgia.
Región famosa por su folklore del sur, la mitología del "gótico sureño", la pobreza "white trash" y el folklore country de los "blancos pobres" y hillbillies, que ha influido tanto en las sátiras, como en el terror gore norteamericano, con The Texas Chainsaw Massacre a la cabeza.
Cuentos de amor, de religión y de muerte
Un hombre finge interés en una mujer solo para robarle su pierna ortopédica por puro sadismo (“La buena gente del campo”); una madre entrega a su hija a un desconocido, manco y mentiroso, con tal de que se case con ella, y él la abandona en el viaje de luna de miel (“La vida que salves puede ser la tuya”); un blanco del sur lleva a su nieto en un viaje en tren para que “vea su primer negro” (“El negro artificial”); una niña intenta ahorcar a una matrona blanca que habla de los afroamericanos y de los white trash como si fueran inferiores ("Revelación"); un desequilibrado mata a toda una familia, incluidos niños, sin placer pero sin remordimientos (“Un hombre bueno es difícil de encontrar”).
Hobos, buscavidas del sur profundo, madres solteras, vendedores de biblias, desalmados y falsos profetas. Acaso Flannery O’Connor, en la tradición de los grandes cuentistas norteamericanos, no exploró la fallida maquinaria del American Dream ni el consumismo y la propaganda de los años 60, sino su fase anterior.
Sus cuentos parecen una precuela de las serie Mad Men: no reflejan las luces engañosas del consumo y el bienestar urbano, ni el lenguaje moderno de la publicidad, sino una era previa, una década antes, pero a años luz de la llegada de la integración social y la felicidad autoimpuesta de la América consumista.
Como si los padres o abuelos de los personajes en las historias suburbanas de Richard Yates o John Cheever provinieran de las criaturas olvidadas, creyentes y rurales que Flannery O’Connor retrata.
Para la escritora, católica y no protestante, la gracia divina consistía en perder el alma, para luego, tal vez, salvarse. Como el personaje de su cuento “Enoch y el gorila”, un joven avejentado y atormentado que quiere huir de su vida y “cambiar de piel” para transformarse en alguien nuevo.
Agustina Bazterrica: "Flannery O’Connor es actual"
“Flannery O'Connor es una de mis ídolas”, cuenta Agustina Bazterrica, autora de Cadáver exquisito, una novela que aclamada por su enfoque perturbador y original sobre la sociedad y la moralidad. “La admiro no solo por su obra, sino también por las enseñanzas de su ensayo Para escribir cuentos. Escribió en una época y un contexto hostiles para las mujeres, padecía lupus y, a pesar de su salud siempre delicada, continuó escribiendo. Además, criaba pavos reales.”
¿Por qué sus libros y cuentos siguen siendo contemporáneos?
A.B: --La obra de Flannery O’Connor es absolutamente actual porque trabaja con un equilibrio precario y muy difícil de lograr: escribir textos viscerales y a la vez precisos. Visceral porque va al fondo de los temas, jamás es tibia ni condescendiente con el lector: lo desencaja. Te obliga a sacarte la venda de los ojos y te perturba. Aborda la depravación y la inocencia con total naturalidad. Y es precisa y lúcida porque nos muestra las múltiples facetas de la miseria humana y del mal.
"Por ejemplo, en su cuento más famoso, “Un hombre bueno es difícil de encontrar” —explica Bazterrica—, uno podría pensar que el personaje del “Desequilibrado” concentra toda la maldad. Sin embargo, Flannery logra que sintamos el racismo, la hipocresía, la desidia, el desamor, la banalidad, la doble moral en la familia “respetable” que se cruza con el asesino serial. Sus historias suceden en su mayoría en el sur de Estados Unidos, pero lo esencial es universal.”
- P/12: ¿Cuál es tu cuento preferido de Flannery O Connor?
- A.B.: Toda su obra me parece valiosa, pero el cuento que me desgarró como pocos es “Una vista del bosque”. Es un relato que te acecha. Cada tanto me asalta el sentimiento de angustia profunda que sentí con esos personajes y su fanatismo extremo. ¿Qué pasa si uno se topa con alguien capaz de matar para defender una idea ? Es lo que pasa en este relato, pero los personajes son un abuelo y su nieta. Y hay un bosque...
"Flannery logra que sintamos el racismo, la hipocresía y la doble moral en la familia “respetable” que se cruza con el asesino serial. Agustina Bazterrica
Mariana Enríquez o por qué una mujer debería tener buenos pensamientos
Mariana Enríquez no necesita presentaciones. Es una destacada figura de la “nueva narrativa argentina”, en el mundo, publicada en revistas internacionales como Granta y The New Yorker. Sus libros, como Nuestra parte de noche y Las cosas que perdimos en el fuego se tradujeron a varios idiomas. Su obra está marcada por elementos góticos, sobrenaturales, de terror y sociales.
¿Flannery O’Connor es más reconocida que escritores del gótico sureño como William Faulkner o Carson McCullers?
M. E.: --O’Connor es más accesible que Faulkner porque su obra es más compleja. No sé si se la lee más que a McCullers, quien además es un ícono queer y muy influyente en ese ámbito. Lo que la diferencia a O’Connor es la brevedad de sus relatos. La hace más accesible. Tanto McCullers como O’Connor son citadas por rockers, —risas—y tienen presencia en la cultura pop. Nick Cave, Suede o Sufjan Stevens mencionan sus títulos en sus canciones, como El corazón es un cazador solitario y Un hombre bueno es difícil de encontrar, que se convirtieron en frases populares.
American horror: un relato de terror tan bueno es difícil de encontrar
Si Flannery O’Connor solo hubiera escrito en su vida “Un hombre bueno es difícil de encontrar”, su popularidad podría haber permanecido intacta. No porque el resto de su obra no sea de igual nivel, sino por la contemporaneidad, la violencia seca y realista que presenta. Es un relato profundamente contemporáneo.
Haga la prueba el lector. En su lectura y relectura encontrará en el "Desequilibrado" asesino, y en todo el ritmo de la historia, ecos del personaje de Samuel L. Jackson en Pulp Fiction antes de disparar (“Ezequiel 25:17, el camino del hombre justo…”), la descripción cortante, nocturna y silenciosa de los asesinatos en A sangre fría de Truman Capote (otro sureño), el monólogo de Clint Eastwood en Los imperdonables: “He matado niños, hombres y mujeres y cualquier cosa que caminara o gateara en la tierra. Y estoy aquí para matarte” o el cine de terror a secas, con esa camioneta del relatom que lenta pero implacable se acerca y rodea a la familia accidentada. American horror.
Y la pregunta: ¿por qué continúa siendo tan perturbador este relato?
“Yo creo que en “Un hombre bueno es difícil de encontrar”, que es de los años 50, —razona Enríquez — ella tiene una antena adelantada a su tiempo, porque aún no se hablaba de serial killers, así como Stephen King con Carrie prevé las masacres en colegios. Pero más que el asesino, cada vez que lo releo lo que me impresiona es el personaje de “la vieja”, la abuela. Al final uno la detesta. La verdadera villana es esa anciana, quejosa, detestable, insistente. El relato tiene miles de lecturas como que ese “viejo sur” decadente es el mal. O a la vez, que el sur antiguo es aún el bien y lo moderno es el "desquiciado", su banda de psicópatas y todo lo moderno.
¿No es sorprendente que una mujer, que prácticamente no salió de su estado natal, Georgia, haya escrito un texto tan violento y cruel?
M.E.: --En absoluto. Es un hecho que las escritoras más adelantadas a su tiempo y con una imaginación más mórbida suelen ser aquellas que escribieron en aislamiento. Emily Dickinson escribió extensamente sobre la muerte; las hermanas Brontë crearon novelas como Cumbres borrascosas y Jane Eyre, verdaderos ejemplos de literatura perturbadora; Silvina Ocampo vivió casi en reclusión y escribió sobre una mujer con fantasías sexuales con perros; o Shirley Jackson, cuya literatura de la crueldad también nació de su aislamiento por enfermedad. Es un patrón común en la imaginación de muchas escritoras que viven en aislamiento. ¿Por qué deberíamos adherir al mito de que una mujer debe tener solo buenos pensamientos, no?
“Flannery O’Connor, Emily Dickinson, las hermanas Brontë , Silvina Ocampo y Shirley Jackson: las escritoras más adelantadas a su tiempo son las que escribieron en aislamiento". Mariana Enríquez
Flannery O’Connor: ¿cancelada por racista?
Desde hace menos de una década se descubrieron cartas personales de Flannery O’Connor que revelan desde comentarios racistas hasta su negativa a reunirse con el intelectual y escritor James Baldwin. "Podría esperar que una mula volara antes de ver a Baldwin en Georgia".
Para Mariana Enríquez: "Hoy en Estados Unidos la cuestión racial es uno de los aspectos más sensibles políticamente, en un contexto en el que se discuten muchas cancelaciones: la de William Burroughs, la de Hemingway, la de Nabokov, entre otros. A mi en general me interesa más la obra que el artista.
Era algo presumible, por su edad y por donde vivió, lo de las cartas de Flannery, pero que no era conocido. Y hoy es motivo de discusión intelectuak en ambientes universitarios y está siendo reexaminada. Lo bueno es que el humor, como la escena inicial de American Fiction te permite al menos hablar del tema. Sin conversación no hay discusión", remata.
Wildcat: la biopic de Flannery O'Connor con Maya Hawke... que casi no se realizó
La controversia en torno a la corrección política, ya sea forzada o no, y las distintas percepciones sobre la autora, generaron un debate entre Ethan Hawke, director de Wildcat, y su hija, Maya Hawke, protagonista de la película y quien interpreta a Flannery O'Connor.
Además de la estrella de Stranger Things, hija de Hawke y Uma Thurman, el filme cuenta con un elenco destacado que incluye a Steve Zahn y Laura Linney. La película aún no tiene fecha de estreno en Argentina.
Ethan y Maya Hawke casi abandonaron el proyecto tras descubrir las cartas de Flannery O'Connor. “No supe nada de eso hasta que estábamos inmersos en la preproducción. Le pregunté a Maya: ‘¿Renunciamos? ¿Cuánto miedo tenemos de esta conversación?’”
En una entrevista a IndieWire, Hawke dijo que profundizó en estudios sobre O'Connor y el racismo, y que buscó orientación de varios artistas y colegas, así como del Proyecto DreamYard del Bronx, que organiza programación antirracista en las escuelas de Nueva York.
Para seguir adelante con Wildcat, según Hawke, la clave fue evitar presentar a O'Connor como una figura intocable. "Decidí que no tenía miedo de esta conversación", afirmó. “Si su trabajo provoca enojo, las personas tienen derecho a estar enojadas. Ignorar el problema no ayuda; es mejor la conversación”.