Hoy, como antaño hacían los incas, se ha instaurado en Catamarca el Chaku, para conseguir la lana de vicuña, sin tener que sacrificarlas. Esta práctica milenaria consiste en capturarlas, esquilarlas y dejarlas nuevamente en libertad.
La palabra chaku es quechua y significa “ Rodeo entre muchas personas a los animales de caza, para aprehenderlos vivos”, según da cuenta el Diccionario Oficial de la Academia Mayor de la Lengua Quechua. Y de esa forma, tales acciones con las vicuñas llevan ese nombre tan ancestral como la propia práctica.
Esta actividad está legalmente amparada a nivel local, nacional e internacional por diversas disposiciones y leyes que se han dictado a tal efecto.
El objetivo es preservar la especie, permitir su multiplicación y el aprovechamiento de la lana que tiene un alto valor económico, permitiendo a pobladores de las zonas puneñas encontrar una nueva fuente de recursos y preservando el medioambiente y la vida.
“ tanto las capturas en silvestria como los criaderos en semicautiverio, están amparados legalmente por la COP 12 de Cites, realizada en Santiago de Chile 2002, donde la propuesta Argentina de pasaje de Apéndice 1 al 2 de las poblaciones de vicuñas de la Provincia de Catamarca, fue aprobada por unanimidad por 160 países. Esta a su vez, previamente fue consensuada a nivel Provincial, luego aprobada por la Comisión de las 5 provincias vicuñeras Argentinas y también por los 5 países del Convenio de la Vicuña ” .
Además, la práctica del Chaku combate la caza furtiva de los camélidos
Los tipos de camélidos que se encuentran en la región y sobre todo en nuestra provincia se clasifican en domésticos: la llama y la alpaca y en silvestres: la vicuña y el guanaco. En relación a los primeros, Catamarca solo cuenta con la llama, calculándose unos 200 mil animales en las provincias del Jujuy, Salta y Catamarca. Con respecto a los silvestres en la provincia se registra una importante población de vicuña, 44.000 ejemplares de un total de 133.000 censados en 2006 en las 5 provincias vicuñeras. Además, se encuentran 4000 guanacos, de los 550.000 que existen en el país y cuya mayoría está concentrada principalmente en la zona patagónica
Siguiendo esa práctica ancestral, el Chaku se efectúa en Laguna Blanca, al norte del Departamento Belén y se han hecho experiencias en Cazadero Grande, Departamento Tinogasta, rumbo al Paso Internacional de San Francisco, camino a Chile.
El Chaku se hace con capturas de las vicuñas, que algunas están en silvestría y otras en criaderos.
En la antigüedad los Incas llevaban a cabo esta práctica, encerrando las vicuñas, esquilándolas y dejándolas en libertad, consiguiendo una lana de gran calidad, poco peso y mucha eficacia para combatir el intenso frío de la Cordillera de Los Andes.
A diferencia de la llama, la vicuña es silvestre y huye al contacto con el hombre, por eso algunos, por comodidad, la cazan para sacarles la lana, mientras que el Chaku permite, no solo conservar y reproducir la especie, sino tener una fuente permanente de materia prima, pues es de esta manera, un recurso renovable.
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