viernes, 30 de octubre de 2020

‘Una habitación propia’ de Virginia Woolf" de Sonia López

 

NO FICCIÓNRESEÑAS

‘Una habitación propia’ de Virginia Woolf

En octubre se cumplirán 90 años de la publicación de este ensayo sobre las mujeres y la literatura de Virginia Woolf, basado en una serie de conferencias que pronunció en algunas universidades femeninas del Reino Unido. Una habitación propia es una lectura rara, porque aunque se trate de un ensayo, en realidad también hay ficción en sus páginas. Virginia Woolf no se contenta con lanzar un mensaje a su público, estudiantes mujeres a las que hacía muy poco que se les permitía votar, sino que convierte su mensaje en un relato… Esta vez, más que una reseña, haré una crónica, un recorrido por mis emociones a medida que avanzaba en su lectura, porque no se me ocurre una manera mejor de explicar mis contradicciones con este libro.

Manarán mentiras de mis labios, pero quizás un poco de verdad se halle mezclada entre ellas; os corresponde a vosotras buscar esta verdad y decidir si algún trozo merece conservarse. Si no, la echáis entera a la papelera, naturalmente, y os olvidáis de todo esto.

Puede parecer raro avisar de SPOILERS en un libro de no ficción, pero por si acaso: si quieres leer el libro más adelante y quieres que te sorprenda, deja de leer aquí.

FICHA TÉCNICA

Título original: A Room of One’s Own
Autora: Virginia Woolf
Traducción: Laura Pujol
ISBN: 9788432222825
Editorial: Austral
Año de publicación original: 1929
Fecha de edición: Enero de 2017
Nº páginas: 160 páginas
Formato: Tapa dura

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Sinopsis: En 1928 a Virginia Woolf le propusieron dar una serie de charlas sobre el tema de la mujer y la novela. Lejos de cualquier dogmatismo o presunción, planteó la cuestión desde un punto de vista realista, valiente y muy particular. Una pregunta: ¿qué necesitan las mujeres para escribir buenas novelas? Una sola respuesta: independencia económica y personal, es decir, Una habitación propia. Sólo hacía nueve años que se le había concedido el voto a la mujer y aún quedaba mucho camino por recorrer.

COMENTARIO

Capítulo 1. Soporífero. No me gustó La señora Dalloway porque no me convenció la forma de divagar de Virginia Woolf. Creía que podría tratarse de algo propio de su estilo novelesco y que en una serie de conferencias no tendría demasiada ocasión para volver a las andadas… pero sí. Este primer capítulo es una presentación de sus intenciones: justificar en cierta manera que una mujer necesita dinero y una habitación propia para escribir en condiciones de igualdad con los hombres, pero lo hace presentando una historia ficticia en la que ella (no Virginia Woolf, sino una mujer cualquiera) va a la biblioteca, come, se encuentra con gente… Esta mezcla de lo que hace ese personaje (creado e interpretado por ella misma) con lo que piensa, me aburrió soberanamente. Por no hablar de que al final reduce el hecho de que las mujeres no tienen habitación propia porque las mujeres no tenían posibilidad de tener dinero, así que ¿para qué ganarlo? No creo que se trate tanto de eso, pero bueno, aceptamos la simplificación de la señora Woolf, aunque sólo sea para que no se alargue más este preámbulo…


Capítulo 2. Lo que peor llevé de este capítulo son las contradicciones. Ahora resulta que para ella (no Virginia Woolf, sino una mujer cualquiera) fue mucho más significativo conseguir unas rentas fijas que conseguir el voto. Sinceridad ante todo, sí señor, pero desconcierta un poco por dónde va a ir su discurso… Y ahora resulta también que la herencia que le priva de preocupaciones mundanas fue la herencia ¡de su tía! con lo que algunas mujeres sí que tenían dinero, ¿no?… También nos dice que el trabajo no le realizaba, pues no le permitía pensar. Y yo me pregunto: ¿eso no es independiente de ser hombre o mujer? ¿Acaso en vez de estar dando una charla a mujeres está dando una charla a gente de la clase baja que no puede soñar con recibir una herencia de ese tipo para poder dedicarse a escribir? Al margen de eso, me ha gustado su reflexión sobre el futuro del feminismo:

Además, dentro de cien años, pensé llegando a la puerta de mi casa, las mujeres habrán dejado de ser el sexo protegido. Lógicamente, tomarán parte en todas las actividades y esfuerzos que antes les eran prohibidos. La niñera repartirá carbón. La tendera conducirá una locomotora.

Capítulo 3. Por fin habla de mujeres y literatura. Para ello, se ha ido al siglo XVI y se ha inventado a la hermana de Shakespeare, pero al menos habla de mujeres y literatura. Me llama la atención su forma de hablar a las mujeres como si ella (no Virginia Woolf, sino una mujer cualquiera) no lo fuera. “Sois el tema más discutido”, nos dice. En este capítulo introduce temas interesantes como el desconocimiento que tenemos de la vida cotidiana de las mujeres del siglo XVI y su anonimato en los libros de Historia, pero vuelve a caer en el hecho de no considerar que los hombres también pudieron tener dificultades, según su condición social. Sé que pretende decir que un hombre de clase baja, comparado con una mujer de clase baja, tenía más posibilidades de ser escritor en aquella época, pero no acabo de tenerlo tan claro…

Capítulo 4. ¡Por fin nos habla de mujeres escritoras reales! Austen, Elliot, Brontë (sólo Charlotte y Emily, claro, porque Anne no existe, ¿verdad?). De todo lo que dice ella (no Virginia Woolf, sino una mujer cualquiera), no me gusta que juzgue a Charlotte como más “genial” que Austen y que opine que esta última jugó mejor sus cartas… Son diferentes y no creo que sea justo juzgarlas por su capacidad de “conformarse” y “resignarse” o dejarse llevar por la furia… Al fin y al cabo son estilos diferentes y si a Charlotte no le gustaba Austen, no quiere decir que nosotras tengamos que elegir un bando: podemos disfrutar de ambas sin problemas. Me ha gustado especialmente el fragmento en el que dice que las obras no son individuales, ya que todas contienen el bagaje de todos los escritores o escritoras que hay detrás:

Porque las obras maestras no son realizaciones individuales y solitarias; son el resultado de muchos años de pensamiento común, de modo que a través de la voz individual habla la experiencia de la masa.

Capítulo 5. Siguiendo la estela de esas mujeres pioneras de la escritura, ella (no Virginia Woolf, sino una mujer cualquiera) encuentra en la biblioteca a una autora contemporánea, Mary Carmichael, que le parece digna de estudio. Analiza qué hace Carmichael en su obra, qué espera que haga, qué esperan los hombres que haga… Me pica tanto la curiosidad, que la busco en Google, porque no me puedo creer que no se haya convertido en una bestseller después del tiempo que le está dedicando en el ensayo. Ah, obvio, es una escritora ficticia… Mm, creo que ya empiezo a descifrar el idioma de Woolf.

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Capítulo 6. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué estoy llorando? ¡Seré tonta! ¡Me he dejado embaucar! Ella (ahora sí, Virginia Woolf) se me ha adelantado en casi todas mis críticas y les ha dado la vuelta. Ha recuperado su aburrida visita a la biblioteca y la ha convertido en un acto reivindicativo. Ha recuperado a la ficticia hermana de Shakespeare y le ha dado vida eterna. Incluso la perorata con la que amenazaba aburrirnos y derrumbarnos resulta ser estimulante y emotiva. Deja paso al sentido del humor (probablemente un sentido del humor que siempre ha estado allí pero que a mí no me ha hecho gracia hasta ahora) y cierra el texto dejándome entre lágrimas al descubrir la verdad que se halla en sus páginas de mentiras…

De modo que cuando os pido que ganéis dinero y tengáis una habitación propia, os pido que viváis en presencia de la realidad, que llevéis una vida, al parecer, estimulante, os sea o no os sea posible comunicarla.

VALORACIÓN · · · · · · · · · · 4/5 ★★★★✰

Pues eso… Soy la primera sorprendida de que me haya acabado gustando el libro… En el primer capítulo estaba decidida a darle sólo 1 estrella. En el tercer capítulo subí mi valoración a 2. En el cuarto pensé que mejor 3. Y en el último me emocionó tanto que le subí una más… En realidad lo hubiera dejado en 3, porque el principio sigue sin convencerme y convierte la lectura de las escasas 160 páginas del libro como algo demasiado largo, pero al fin y al cabo me ha acabado emocionando y contra eso no puedo luchar. Tampoco os puedo decir que sea mi libro favorito, no es una lectura fácil, rápida, ni siquiera agradable… Pero lo he acabado considerando casi un imprescindible: uno de esos libros que todo el mundo debería leer al menos una vez. Si me llegan a decir que escribiría esto tras leer el primer capítulo le hubiera levantado mi ceja derecha tanto que se perdería en medio de una nube de escepticismo, pero al final, al menos para mí, la lectura ha valido mucho la pena y he podido comprender por qué era tan admirada Virginia Woolf y esta obra en particular.

Sonia López

https://generacionpapel.wordpress.com/2019/07/17/una-habitacion-propia-de-virginia-woolf/ 

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