miércoles, 4 de marzo de 2009

Raymond Carver

Quieres hacer el favor de callarte, ¿por favor?

Por Pepe Aedo, en 11 de Junio de 2008

“Un hombre común” es lo que habrán pensado muchas persona sobre Raymond Carver. Su vida era el trabajo, las mujeres, el alcohol y los cigarros. Una vida como la de cualquiera, con sus dramas y sus desgracias, como cualquiera…

Pero había algo más en él: la escritura. Después del trabajo cuando todos duermen, con un wisky y un cigarro, el escritor sigue ahí, en la noche, dispuesto a ser un espejo, una voz de estímulo, la diferencia… (para los lectores).

Nació en Oregón en 1939 pero vivió en otras muchas ciudades mientras iba cambiando de trabajo. Tuvo un matrimonio desastroso con su primera mujer con quien tuvo dos hijos. En 1977 dejó de beber y empezó una nueva vida con su segunda esposa, también entonces comenzó a ser reconocido.
Sus obras mas importantes son: Catedral, De qué hablamos cuando hablamos de amor, y Quieres hacer el favor de callarte, por favor?

Carver escribió sobre los otros Estados Unidos, no los Estados Unidos del águila y el general, no el de las luces y los escándalos, el Estados Unidos de los obreros, de los empleados, de los divorciados, de las camareras y sus clientes, los fracasados.

El libro que nos ocupa hoy es la colección de cuentos: Quieres hacer el favor de callarte, por favor. (La que me ha tocado leer es otra traducción hecha en España). Comencemos:

Gordo: Es un cuento que trata sobre la impresión que nos causan los gordos. Pero un cuento no falto de profundidad.

Vecinos: Vecinos como nosotros, pero mejores. Se van y nos dejan la llave de su casa. Entramos a curiosear?

Habráse visto: Un cuento sobre el vouyersimo. No es el mejor de las colección.

No son tu marido: una camarera, simple, trabajadora, un poco entrada en carnes, y su esposo un vendedor engreído, patético.

Es usted médico?: Una aventura telefónica entre una mujer madre de dos hijos (y algo más), y un hombre mayor, al menos eso parece, ya que es más lo que no se dice que lo que se dice. Y lo que se sugiere es un mundo de posibilidades.

Padre: Un flash, un minicuento, sobre una familia? Siempre estará la duda.

Nadie decía nada: La difícil coexistencia de dos mundo: el de un niño adolescentes, las aventuras, la competencia, los sueños, y el mundo de los adultos, con sus dramas y sus sufrimientos.


Sesenta acres: Un cuento con reminiscencias de Hemingway. Ambientando en el campo, no faltan las armas. Un pequeño estudio sobre el valor.

¿Qué hay en Alaska?: una pareja que va a pasar un rato con otra pareja de amigos. Charlan, beben, comen y fuman marihuana. El cuento es tan ambiguo que es difícil saber si es a favor o en contra del consumo de drogas.

Escuela nocturna: Es un cuento opaco. Un muchacho conoce en un bar a dos mujeres que le piden que las lleve en auto, pero el muchacho no tiene auto, etc., etc.

Recolectores: una foto sobre lo que alguien puede hacer con tal de vender.

¿Qué hace usted en San Francisco?: Este es un cuento que parece (todos los cuentos son ambiguos, Carver te muestra una escena pero no te dice cuál es su opinión) hablar de las virtudes de detener un trabajo y tener la mente ocupada, claro, parte del supuesto que un trabajo de cartero, por ejemplo, te permite vivir dignamente (pero qué pasa si eso no es así?).

La esposa del estudiante: Un cuento que parece ir hacia un lado, después hacia otro (el humor) y al fin termina desarrollando el tema del insomnio.

Póngase usted en mi lugar: es la mejor historia de la colección un escritor callado, se ve envuelto en una situación que va poniéndose tensa, gradualmente, con cada diálogo se va insinuando el horror, hasta que finalmente el escritor encuentra un final.

Por qué, cariño? Jerry y Molly y Sam: Estos dos cuentosexploran la psicología de otro tipo de americanos: esa clase de personas que hablan mucho, son simpáticos, ruidosos, se hacen cargo de la situación y saben manejar a la gente, manipularla, doblegarla.

Los patos: Otro cuento con aire a Hemingway, salvo que no es el estilo de Hemingway es el estilo de Carver.

Una mención aparte merecen los cigarrillos. En los cuentos de Carver TODO EL MUNDO FUMA TODO EL TIEMPO.

¿Qué te parece esto?: Otra constante que se repite en los cuentos de Carver es la pareja. Las mujeres. Más allá de desencuentros y necesidades, Carver da la impresión de haber COMPARTIDO su vida con ellas. Su obra está habitada de mujeres (con su presencia tranquilizadora).

Bicicletas, músculos, cigarros: padres, hijos, héroes, abuelos, buenos recuerdos, roles, tiempo, todo mezclado con una pizca de melancolía.

Qué es lo que quiere? Un hombre en bancarrota tiene que vender su auto. Su mujer es la encargada de hacerlo. Luego de vestirse y maquillarse para la ocasión, ella sale hacia algún bar a buscar a alguien que le compre el convertible, mientras, el hombre aguarda en casa, atormentándose.

Señales: Una cena supuestamente romántica en un lujoso restaurant. Un cuento que no es ni cómico ni trágico.


Quieres hacer el favor de callarte, por favor?: Un hombre que asistió a la universidad y se emborrachó, y se casó y tiene dos hijos, un día logra hacer confesar a su esposa que lo ha engañado. Luego de irse de copas, jugar al poker y ser asaltado, vuelva a su casa y descubre que no sabe qué hacer… que nunca ha sabido qué hacer… y su esposa que le sigue hablando…

Carver es una de las principales figuras de la letras norteamericana, aunque no llegue a calzar los puntos de Hemingway o Faulkner, simplemente porque hay muy pocos (en la historia de la literatura) que llegan a la altura de esos dos señores. De todos modos es una lectura más que recomendable (para los lectores de cuentos especialmente).
Etiquetas como “realismo sucio” o “minimalismo” no alcanzan para explicar lo que hay en los relatos de Carver.
Su estilo es conciso, justo, medido, cuenta historia pequeñas que encierran silenciosas caídas en el abismo.


Fuente: http://www.leergratis.com/otros/quieres-hacer-el-favor-de-callarte-%C2%BFpor-favor.html


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