miércoles, 4 de marzo de 2009

Vidas Cruzadas, Raymond Carver

Raymond Carver (1939-1988) fue un maestro del relato corto, y puede considerarse uno de los más representativos de este genero en la literatura estadounidense. Así lo demuestran colecciones de relatos como ¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor?, Catedral, De qué hablamos cuando hablamos de amor o Si me necesitas, llámame, auténticas proezas en la sutileza del lenguaje y del conjunto conceptual.

Vidas Cruzadas es una suerte de antología a base de relatos en los libros anteriormente mencionados. Se trata de la recopilación que se llevó a cabo para una adaptación al cine por parte de Robert Altman, que quedó tan fascinado con el universo de Carver, que se puso en marcha rápidamente para entrelazar los relatos que más le habían gustado y darles forma de obra cinematográfica.

La melancolía y resignación que se destila a lo largo de estos cuentos es implacable. La belleza de la narración, la minuciosidad y la pretensión de objetividad tan palpables a través de ellos, va unida a un sentimiento de hastío ante la existencia, la sensación de que todo es predecible e irremediable. Que el ser humano es más simple de lo que aparenta, que el modus operandi, la idiosincracia, las formas de comportamiento y de ser son tan obvias como poco atrayentes, y hasta monótonas. De una forma insinuante (nunca de forma directa), Carver nos muestra las miserias del ser humano, expone cómo convertimos nuestras vidas en algo que dudosamente merece la pena. Lo que cuenta no deja de ser verdad, pero se apoya en puntos de vista en ocasiones tremendistas y en situaciones incómodas y asfixiantes.

La atmósfera que logra Carver en esta espléndida selección de sus relatos es agobiante y reflexiva. Pocas veces sus relatos acaban “en jaque mate”, como sí sucede con Roald Dahl, sino que propone al lector una circunstancia y un modo de actuar, y le deja pensar libremente acerca de lo que ha leído.

En “Vecinos” vemos materializada aquella frase de “siempre es más verde la hierba del vecino”, de forma literal, angustiosa y brillante. Luego, con “No soy tu marido“, se refleja el poder del qué dirán, el orgullo varonil y la petulancia. “Vitaminas” es un original relato sobre enredos, y cómo un triángulo amoroso puede ser fatal y agotador. En “¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor?” se expone la fragilidad del matrimonio y cómo el pasado puede influir en él. “Tanta agua tan cerca de casa“, es un relato policiaco en toda regla, a la vieja usanza, donde el lector ha de reconstruir un complejo puzzle. “Parece una tontería” trata sobre un encargo a un pastelero en unas horrorosas condiciones. Sin duda el más emotivo de todos. En “Jerry y Molly y Sam” encontramos un grandioso tratado sobre el afecto y el encariñamiento, y su inherente ambigüedad. “Recolectores” aborda de forma genial la labor de los vendedores a domicilio, y en “Diles a las mujeres que nos vamos” se insinúa una fatalidad con talento, tras lo que parecía un plan normal y corriente.

Las fatalidades de la vida y la soledad son tratadas por Carver con calma y bajo una actitud libre de juicios, en las que las únicas reflexiones vienen a cargo del lector. Un libro altamente recomendable; en el conjunto de relatos el nivel se mantiene insuperable y queda vigente el enorme legado de su autor al relato corto.

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