domingo, 17 de enero de 2010
El Velo Pintado, de William Somerset Maugham
Lectura a posteriori de ver la película.
Una versión (la película) muy bien lograda de la novela.
Me sorprendió el estilo reflexivo de Maugham, la introspección en los sentimientos de los personajes y de sus
vivencias.
The Painted Veil, 1925
Editorial: Ediciones B
288 páginas
15 €
El Velo Pintado, de William Somerset Maugham
Argumento:
Kitty Garstin se casa a los 25 años con el bacteriólogo Walter Fane por miedo a quedarse soltera. Juntos viajan a China, donde ella se enamora del vicecónsul Charlie Townsend, con quien inicia una aventura hasta que se entera su marido. El matrimonio parte al interior de China para luchar contra una epidemia de cólera.
Comentario:
Aunque leyendo el argumento se pueda pensar que se trata de una novela romántica tradicional, no lo es. En realidad trata de la transformación, o renacimiento, de una mujer enfrentada a sí misma y su cruda realidad.
Para presentar a la protagonista, la historia comienza con Kitty en pleno romance con Townsend y tras un momento en que temen ser descubiertos, retrocede en el pasado de la joven en busca del origen de su forma de ser y comportarse, de la que se responsabiliza tanto a la sociedad de la época (los años veinte), como al tipo de educación que se daba a las mujeres, destinadas a hacer un buen matrimonio, o a la presión de una madre tiránica obsesionada por el dinero y un padre débil incapaz de tomar las riendas de la familia.
Así, Kitty, que es frívola, alegre y superficial se ve abocada, al cumplir veinticinco años sin haberse decidido por ninguno de sus pretendientes y con su hermana de dieciocho a punto de hacer un magnífico matrimonio, a elegir a Walter, un hombre tímido con dificultad de expresar sus emociones.
Cuando se inicia la acción, tras el breve paréntesis del pasado, Kitty lleva dos años de aburrido matrimonio y uno de apasionado romance con un hombre encantador, atractivo y vano.
Walter, que conoce la infidelidad, la obliga a enfrentarse a la realidad, que no es lo que ella esperaba y la presiona de tal manera que se ve obligada a acompañarle a un pueblo remoto a luchar contra el cólera.
Esta y otras situaciones se utilizan para mostrar la evolución de Kitty, tanto en el conocimiento de sí misma como en el de los demás, desde la debilidad de su amante a la personalidad atormentada de su marido.
Al llegar al lugar de destino aparecen nuevos personajes, como Waddingtonm un hombre algo cínico y divertido que mantiene una relación con una dama china a la que la protagonista se empeña en conocer, o las monjas que atienden a las personas enfermas, destacando la personalidad de la madre superiora y sus orígenes como hija de una familia rica.
Kitty habla con todas las personas que le rodean y las diversas experiencias la ayudan a conocerse a sí misma y a reaccionar. Al poco de llegar comienza a comprender a Walter y a valorar sus virtudes, o se ofrece para trabajar con los enfermos, sobre todo niños, superando el choque entre las diferentes culturas y el físico para ella extraño de quienes la rodean.
Hay un momento, chocante por el año de escritura de la novela, en que la joven hace una reflexión sobre el papel de las mujeres en la sociedad que le ha tocado vivir y su resolución de cambiar las circunstancias para la próxima generación.
Sin embargo, todos estos temas, y algunos más, que se abordan, se ven perjudicados por el escaso desarrollo que les da el autor, quien apenas esboza problemas y situaciones que casi nunca llega a resolver, creando una sensación de frustración, pese a dar la oportunidad de que cada cual reflexione por su cuenta lo que significa para Kitty lo que vive.
El estilo elegido para narrar la vida de la protagonista, muchas veces contado y explicado en lugar de ser mostrado mediante diálogos y/o reflexiones interiores, ocasiona demasiadas veces una impresión de distanciamiento que aleja de la identificación y simpatía por Kitty.
Sólo en unas pocas ocasiones se muestran diálogos entre Kitty y Charlie o Walter que gozan de una intensidad capaz de emocionar y logran acercar a quien lee a los problemas y contradicciones de los protagonistas.
Lamentablemente estos pasajes no sólo hacen disfrutar de lo que se está leyendo, sino que también marcan más el contraste con los pasajes rutinarios o las escenas inacabadas que forman la mayor parte de la novela.
Para rematarlo, el único ejemplar que he podido encontrar en la biblioteca está publicado hace casi treinta años (no es el que pongo arriba), con una traducción que ahora se hace extraña por la forma de construir las frases etc…
En el tomo que he leído tampoco se ponen pies de página que ayuden a identificar la procedencia de textos de otros autores, como la frase al comienzo "… el velo pintado que todos los que viven llaman Vida."
O, sobre todo, una frase de capital importancia que contesta Walter a Kitty en una ocasión en que ella le pide perdón: "El perro es quien ha muerto…", sobre la que más tarde, al ser preguntado Waddington si es una cita, este responde que es la última línea de la "Elegía", de Goldsmith… sin reproducir el texto aludido para facilitar la comprensión de lo que pretendía decir el personaje.
Si bien hay momentos muy satisfactorios, profundos e interesantes, la falta de desarrollo y conclusión e la mayoría de las relaciones y situaciones deja, al final de la lectura, un poso de desilusión, una espera de algo más que no pudo ser.
Nota
Hace dos semanas (9 de marzo de 2007) se estrenó la segunda adaptación cinematográfica de la novela, dirigida por John Curran e interpretada por Naomi Watts (Kitty), Edward Norton (Walter), Liev Schreiber (Charlie), Toby Jones (Waddington) y Diana Rigg (madre superiora).
Fotos de la película
Matrimonio infeliz
Naomi Watts con Edward Norton (arriba) y con Liev Schreiber (abajo)
Naomi y Liev son pareja en la vida real
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