Antes de aportar al Personal Fest su visión onírica de la música de Europa del Este, el cantante desmenuza su pasión por el exotismo
Donde Gogol Bordello incita al movimiento, DeVotchKa pinta paisajes, instala climas, estimula sensibilidades. La música de Europa del Este, la tradición balcánica que tan fervientemente adoptamos en Latinoamérica desde hace unos años, encuentra en el grupo liderado por Nick Urata un referente plantado en el preciosismo y afectado por el encuentro con otros estilos y otras geografías. Con cinco discos de estudio, dos bandas de sonido (la más célebre: la de Little Miss Sunshine, un trampolín independiente al éxito mainstream) y un flamante álbum en vivo orquestal (Live with the Colorado Symphony), el grupo que supo acompañar a la belleza pin-up Dita Von Teese en sus años de burlesque finalmente trae su collage multicultural a Buenos Aires, para actuar en el marco del Personal Fest el sábado 1 de diciembre.
Acaban de editar un disco orquestal. ¿Cómo es tocar con semejante acompañamiento?
Es increíble. Llevó años hacerlo y fue alucinante ver a toda esa gente trabajar como una unidad a tus espaldas. Es una sensación indescriptible. Es adictivo.
Es increíble. Llevó años hacerlo y fue alucinante ver a toda esa gente trabajar como una unidad a tus espaldas. Es una sensación indescriptible. Es adictivo.
Tocás el bouzouki griego y el theremin. ¿De dónde sale tu pasión por los instrumentos exóticos?
Es una filosofía mía. Cuando estaba creciendo, todo el mundo tocaba la guitarra, así que me pareció más productivo intentar tocar todos los instrumentos exóticos que pudiera. Así terminé con el bouzouki y el theremin.
Es una filosofía mía. Cuando estaba creciendo, todo el mundo tocaba la guitarra, así que me pareció más productivo intentar tocar todos los instrumentos exóticos que pudiera. Así terminé con el bouzouki y el theremin.
El theremin se usa en el rock pero no de la mejor manera, muchas veces sólo para hacer ruido...
¡Es cierto! Es un instrumento muy noble, yo lo toco desde hace tiempo pero te lleva muchísimo desarrollar una relación con él y aprovecharlo. Se puede usar como si fuera una voz o un violín, pero puede ser muy exasperante en las manos equivocadas.
¡Es cierto! Es un instrumento muy noble, yo lo toco desde hace tiempo pero te lleva muchísimo desarrollar una relación con él y aprovecharlo. Se puede usar como si fuera una voz o un violín, pero puede ser muy exasperante en las manos equivocadas.
Tenés un estilo vocal muy dramático. ¿Tiene que ver con tu herencia italiana?
Definitivamente. Mi papá era muy fan de los crooners italianos y de la ópera, así que crecí en un entorno muy dramático.
Definitivamente. Mi papá era muy fan de los crooners italianos y de la ópera, así que crecí en un entorno muy dramático.
Sabemos que estás en contacto con la música de este continente. ¿Te influenciaron mucho Os Mutantes?
Sí, descubrí su primer disco hace unos diez años. Fue grabado en los 60 pero parece de hoy. Es una gran mezcla de ritmos: hay pop, hay guitarras. y ahora se juntaron de nuevo. Tienen armonías Beatles, música brasileña... así es como entiendo yo la música, sin barreras.
Sí, descubrí su primer disco hace unos diez años. Fue grabado en los 60 pero parece de hoy. Es una gran mezcla de ritmos: hay pop, hay guitarras. y ahora se juntaron de nuevo. Tienen armonías Beatles, música brasileña... así es como entiendo yo la música, sin barreras.
Tus canciones se usan mucho en películas y series. ¿Creés que tienen un componente visual intrínseco?
Siempre estuvimos influenciados por la música de películas, y desde que empezamos quisimos ser cinemáticos, como si fuéramos un film sin imagen. Por eso estoy contento de que se use nuestra música para proyectos audiovisuales.
Siempre estuvimos influenciados por la música de películas, y desde que empezamos quisimos ser cinemáticos, como si fuéramos un film sin imagen. Por eso estoy contento de que se use nuestra música para proyectos audiovisuales.
¿Qué significó para ustedes la banda de sonido de Little Miss Sunshine?
Fue un timonazo gigante para nosotros, y una experiencia increíble. La película era independiente, con un presupuesto muy bajo, pero terminó teniendo fans en todo el mundo y dándole a nuestra carrera una segunda vida.
Fue un timonazo gigante para nosotros, y una experiencia increíble. La película era independiente, con un presupuesto muy bajo, pero terminó teniendo fans en todo el mundo y dándole a nuestra carrera una segunda vida.
¿Qué les quedó como enseñanza de la época en la que acompañaban a Dita Von Teese en sus shows?
Fue un gran entrenamiento para nuestra carrera artística, porque éramos la orquesta del show. Teníamos que estar listos por si había problemas con el vestuario, je. Nos inspiró en nuestro interés por la música de distintos géneros, porque teníamos que tocar muchos estilos diferentes. Nos transformó de una banda que tenía que tocar media hora en un bar en una que tenía que armar un show, ser teatral, verse bien y sonar bien. Todo eso, mientras mujeres hermosas se sacaban la ropa.
Fue un gran entrenamiento para nuestra carrera artística, porque éramos la orquesta del show. Teníamos que estar listos por si había problemas con el vestuario, je. Nos inspiró en nuestro interés por la música de distintos géneros, porque teníamos que tocar muchos estilos diferentes. Nos transformó de una banda que tenía que tocar media hora en un bar en una que tenía que armar un show, ser teatral, verse bien y sonar bien. Todo eso, mientras mujeres hermosas se sacaban la ropa.
En Latinoamérica hay una fiebre por lo oriental. ¿Le ves sinceridad o es puro snobismo?
Creo que es algo con lo que todos nos sentimos relacionados. Ha girado por todo el mundo a lo largo de los siglos, y terminó en el ADN de todos. Y además es divertida y se hace con el corazón. Está buenísimo que pase eso. Es la mejor música del mundo.
Creo que es algo con lo que todos nos sentimos relacionados. Ha girado por todo el mundo a lo largo de los siglos, y terminó en el ADN de todos. Y además es divertida y se hace con el corazón. Está buenísimo que pase eso. Es la mejor música del mundo.
Por Diego Mancusi
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