'La Fuente de la Vida', la forma es lo que cuenta
Era ‘La Fuente de la Vida’ una prueba de fuego para mí, la película que en mi caso inclinaría la balanza a favor o en contra de Darren Aronofsky, señor que me hizo vivir un verdadero suplicio con su espantosa ‘Pi’, pero que luego logró que colocara ‘Réquiem por un Sueño’ en mi estantería de dvds. Así pues, me dispuse con sumo interés a visionar su nueva película, un proyecto que le llevó bastante tiempo sacar adelante, y que en su momento estuvieron a punto de protagonizar Brad Pitt y Cate Blanchett, que curiosamente luego fueron pareja con problemas en ‘Babel’. De lo que no hay duda es de que el señor Aronofsky los tiene muy bien puestos, y le importa bien poco el resto de la humanidad, por así decirlo. Con su película, totalmente a contracorriente y arriesgadísima, demuestra algo que yo llevo defendiendo años: lo que importa en el cine no es lo que cuentas, sino CÓMO lo cuentas. Y ojo, no estoy diciendo con esto, que lo que se cuenta no sea importante, que nadie me malinterprete.
Pero decir “te quiero” es una cosa. La forma de hacerlo es lo que lo hace maravilloso, o rídículo, o cursi, o único, o mil cosas más. Aronofsky cuenta una historia de amor totalmente clásica y típica, pero la forma de hacérnosla llegar, de hacérnosla sentir, es muy diferente a lo que hemos visto hasta ahora. En manos de cualquier otro director más convencional, estaríamos ante un drama lacrimógeno más. Aronofsky nos sobrecoge con su película, más allá de lo que la narración convecional pudiera haber hecho con el material que se tiene entre manos. Aún así, no estamos ante un film perfecto, que quede claro, y tal vez, la causa haya sido que el director no ha tenido toda la libertad que quería.
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