miércoles, 21 de marzo de 2012
Jacques Derrida
Jacques Derrida (1930-2004)
PERFIL BIOGRÁFICO Y ACADÉMICO
Nació en El-Bihar, Argelia, en 1930. A los 12 años, en 1942, víctima de un decreto del Gobierno de Vichy fue privado de la nacionalidad francesa, excluido del colegio francés, y enviado a un centro de la judería. En 1949 se trasladó a París, donde estudió filosofía en la Escuela Normal Superior de París, antes de hacer el servicio militar (1957-59) en plena crisis argelina. Comenzó a impartir docencia en La Sorbona en 1960 y, en 1965, fue nombrado profesor de la Escuela Normal Superior, donde enseñó filosofía. También ha ejercido la docencia en las Universidades norteamericanas Johns Hopkis, Cornell, Yale y California. Director de estudios de la Ecole des Hautes Etudes en Sciences de París. Su metodología deconstructivista ha alcanzado una relevancia tan significativa como polémica, con aplicaciones que alcanzan al mundo de la lingüística y la comunicación, la literatura y la filosofía, la arquitectura, etc.
Premio Theodor W. Adorno 2002. En 2003, tras la ocupación de Irak por las fuerzas aliadas, promovió una iniciativa, junto con otros filósofos e intelectuales europeos, para demandar una política exterior europea con identidad propia.
Entre sus ediciones traducidas a la lengua española: De la gramatología, Siglo XXI, Buenos Aires, l97l; La diseminación, Fundamentos, Madrid, l975; Posiciones, Pre-textos, Valencia, l977; Espolones. Los estilos de Nietzsche, Pre-textos, Valencia, l98l. La voz y el fenómeno, Pre-textos, Valencia, l985; La tarjeta postal. De Freud a Lacan y más allá, Siglo XXI, México, l986; Márgenes de la filosofía, Cátedra, Madrid, l988; La escritura y la diferencia, Anthropos, Barcelona, 1989; Del espíritu. Heidegger y la pregunta, Pre-textos, Valencia, 1989; Memorias, Gedisa, Barcelona, 1989; El otro cabo, Serbal, Barcelona, 1992; Dar (el) tiempo, Paidós, Barcelona, 1995; Espectros de Marx,. Trotta, Madrid, 1995; Khora, Alción, Córdoba (Argentina), 1995; Cosmopolitas de todos los países, ¡un esfuerzo más!, Cuatro Ediciones, Valladolid, 1996; Mal de archivo, Trotta, Madrid, 1997; Ecografías de la televisión, Eudeba, Buenos Aires, 1998; Aporías, Paidós, Barcelona, 1999; Políticas de la amistad, Trotta, Madrid, 2000; Adiós. A Emmanuel Lévinas, Trotta, Madrid, 2000; La hospitalidad (con Anne Dufourmantelle), Eds. Flor, Buenos Aires, 2000; El siglo y el perdón. Seguido de "Fe y saber", Eds. Flor, Buenos Aires, 2003.
En lengua portuguesa, entre otros: Escitura e a Diferença, São Paulo, 1971; Posições, Plátano, Lisboa,1975; Margens da Filosofia, Res, Porto, 1986; Heidegger e a Questão do Espírito, Papirus, São Paulo, 1990; A Voz e o Fenómeno, Jorge Zahar, Rio de Janeiro, 1994; Cosmopolitas de Todos Os Países, Mais um Esforço!, Coimbra Minerva, Climbra, 2001; O Monolinguismo do Outro ou a Protese da Origem, Campo das Letras, Porto, 2001.
PENSAMIENTO Y EXPRESIÓN CIENTÍFICA
Filósofo y lingüista, analista del lenguaje y de los textos como procesos vivos de comunicación. Su amplio conocimiento de la filosofía se compadece con sus estudios literarios, de modo que, en muchas de sus obras, se desdibujan las lindes fronterizas entre ambas disciplinas, al tiempo que se mueve por los terrenos de la psicología. Por su obra pasan Heidegger, Nietzsche, Husserl, Sausurre, Bajtin, Freud, Lacan...
La obra de Derrida se centra en la ‘gramatología’, en el lenguaje, en la construcción del texto, en el valor filosófico y social del lenguaje. El artífice de los textos, el creador, el narrador, no es un ser abstracto, desubicado de un contexto, insensible a su tiempo. A partir de la concepción ‘deconstructivista’, que bebe en la fuente de Heidegger, analiza los planos semánticos de expresión textual del pensamiento y busca las huellas, los significados ausentes, los contextos. Da al autor un protagonismo relativo a las condiciones ambientales en las que opera, a la vez que observa que la posición de los lectores no es única y también está envuelta en otras variables perceptivas, cambiantes con el paso del tiempo, que describen la multiplicidad interpretativa. La deconstrucción permite romper las contradicciones entre el pensamiento filosófico y el lenguaje humano. No lejos de los planteamientos del ruso Bajtin, Derrida disecciona el lenguaje en los distintos planos que lo integran como estructura dinámica y abierta. En 1967, publica tres de los libros que mejor dibujan su perfil teórico: De la Grammatologie, Minuit, París, 1967; L'Ecriture et la différence, Seuil, Paris, 1967; La Voix et le phénomène: Introduction au problème du signe dans la phénomènologie de Husserl, PUF, Paris, 1967. Los tres han sido traducidos a la lengua española: La voz y el fenómeno, Pre-Textos, Valencia, 1985; De la gramatología, Siglo XXI, Buenos Aires, 1971, y La escritura y la diferencia, Anthropos, Barcelona, 1989.
Sostiene que la escritura es una expresión instrumental de la comunicación, una extensión que memoriza la palabra. La base de la comunicación aparece definida con propiedad en el habla, y el habla es más diversa, más abierta, menos sujeta a la norma, más libre, menos coercitiva, menos metafísica; la ‘diferencia diferida’ que llega a distinguir la identidades dinámicas, cambiantes, en los fenómenos de la comunicación y entre los actores que se comunican. El habla es acción, interlocución directa, comunicación, mientras que la escritura aparece como un estadio virtual de representación, como una expresión ideológico determinista. Opone el fonocentrismo, como expresión verbal del pensamiento, al logocentrismo del signo, de la escritura, como ideología-verdad. La deconstrucción va dirigida contra el logocentrismo estructuralista. Planteamientos que se entroncan con otras visiones ‘contra-filosóficas’ o anti-metafísicas por las que discurre el pensamiento de la postmodernidad.
Aunque la comunicación está presente a lo largo de la obra de Derrida, cabe reseñar su frecuentes referencias a los medios, espacio que aborda en Ecografías de la televisión (con Bernard Stiegler), Eudeba, Buenos Aires, 1998, donde analiza las transformaciones e imposiciones que los medios, en especial los audiovisuales, realizan con el pensamiento intelectual hasta desplazarlo y sacarlo del espacio público de debate. “Antes de denunciar el silencio de los intelectuales, como se hace habitualmente, ¿por qué no interrogarse sobre esta nueva situación mediática?”, se pregunta en el libro. Los medios han adquirido una posición de centralidad que hace que su discurso impregne las referencias y aparezca una amalgama de artificialidad, de artefacto, y de actualidad, lo que llama ‘artefactualidad’. A ello contribuye la retórica impuesta por las extensiones tecnológicas que hacen de lo virtual una parte más de una realidad, a través de simulacros que están sujetos a valores temporales y espaciales.
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