El sueño realizado de un paisajista. Hoy se inaugura un laberinto idéntico al de Mendoza en la isla San Giorgio en Venecia
El misterio de los laberintos atrapa a los individuos desde pequeños. En Mendoza, “El laberinto de senderos que se bifurcan”, creado en homenaje a Jorge Luis Borges y diseñado por el inglés Randolph Coate, es un imán para los chicos El sitio es mágico. Un manto de arbustos, del tamaño de una cancha de fútbol, evoca a un libro abierto. En una vista aérea puede leerse “Borges”, como en un espejo. Los senderos dibujan otros símbolos de la dimensión borgeana; además del espejo, “una cosa gris”, como el autor lo llamó en su poema “Un ciego”. Hay relojes de arena, un bastón, signos de interrogación, los nombres Jorge y Luis escondidos, la cabeza de un león y las iniciales de María Kodama, su viuda y guardiana literaria.
El primer homenaje “vivo” a Borges, como enfatiza la familia Aldao, que atesora esta creación, fue construido en la estancia Los Álamos. Son 200 hectáreas en San Rafael, a 250 kilómetros de la ciudad de Mendoza. El entramado verde se levanta detrás de una casona de 1830 de la familia Bombal. Es un museo habitable, con murales de Raúl Soldi, Héctor Basaldúa, un tapiz de Norah Borges, la hermana del escritor, manuscritos de Manuel Mujica Lainez y una colección de libros españoles e ingleses.
En el jardín, los arbustos de boj recrean el laberinto y superan el metro de altura. Fueron implantados en octubre de 2003, después de 10 años de esperar y fracasar en el intento de que algún funcionario de la ciudad de Buenos Aires aprobara la obra, que iba a construirse frente a la Biblioteca Nacional. Coate era un joven diplomático inglés cuando conoció a Susana Bombal, escritora, amiga personal de Borges y propietaria de Los Álamos. Cuando muere Borges, el paisajista tuvo un sueño en el que aparecían el escritor y su laberinto. En una carta, le relató ese sueño a Susana y le propuso hacer una representación en Argentina. Cuando la escritora murió a principios de los 90, su sobrino nieto Camilo Aldo (hijo), encontró la carta y junto con sus amigos Mauricio Runno, Gabriel Mortarotti y Andrés Ridois, emprendieron el sueño de plasmar el laberinto, Hoy, a 25 años de la muerte de Borges, un laberinto idéntico será inaugurado en la isla de San Giorgio en Venecia. El de Mendoza encenderá sus luces cerca de las 3 de la madrugada argentina, para establecer un puente cultural entre el Viejo y el Nuevo Mundo.
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