Damon Knight nació el 19 de septiembre de 1922, escritor, editor y crítico de ciencia ficción. Nació en Hood River, Oregón (EE.UU.).
Siendo un adolescente comenzó a leer revistas de ciencia ficción y fantasía, y pronto formó parte del grupo de aficionados más activo (fándom). Decidido a dedicarse por entero a este tipo de literatura, huyó de casa y se trasladó (como autoestopista) hasta Nueva York, por entonces la sede más importante del mundillo de la CF.
En Nueva York se integra en el grupo de fans denominado Futurians, y vive en la casa Futuriana junto con escritores como Frederik Pohl o Donald A. Wollheim. Más tarde publicaría las memorias sobre este periodo de su vida en el libro The Futurians, uno de los trabajos más entretenidos jamás publicados sobre la historia de la ciencia ficción.
A pesar de la abrupta disolución de los "Futurianos", Knight siguió ligado al movimiento asociacionista alrededor de la fantasía y la ciencia ficción. Preocupado por profesionalizar el género, en 1965 fundó la Asociación de escritores de ciencia ficción y fantasía de Estados Unidos (SFWA) de la que fue el presidente hasta 1967. Desde este puesto luchó incansablemente por defender los derechos de autor de los escritores de estos géneros, y fue el azote de las malas prácticas en la publicación.
El aspecto probablemente más conocido de su carrera es probablemente su tarea de crítico. Ya en 1939, cuando era un completo desconocido, publicó una fuerte diatriba contra A. E. van Vogt, el autor más aclamado del momento. Knight fue el primer reseñista que trató de realizar crítica de las obras de ciencia ficción desde los parámetros estándar de la literatura. Su carácter mordaz le hizo buscarse no pocos detractores. Sin embargo, su colección de ensayos y reseñas sobre la historia de la ciencia ficción In search of wonder puede considerarse sin ninguna duda el documento fundacional de la crítica moderna de la ciencia ficción.
Además de la crítica, también ejerció de maestro. Junto con Judith Merrill y James Blish creó la Conferencia de Escritores Millford. Y con su esposa Kate Wilhelm fundó el Taller Clarion de escritores de ciencia ficción y fantasía en el que enseñó durante muchos años. Por él han pasado durante décadas los mejores escritores del género. Sus experiencias en este campo las recogió en Creating Short Fiction, un clásico para cualquier aspirante a escritor.
Entre otros galardones, posee un premio Hugo, y fue elegido Gran Maestro en 1994. En el año 2002, tras su muerte, la SFWA decidió renombrar en su honor el premio Gran Maestro, que actualmente se denomina Gran Maestro Damon Knight Memorial .
Provocativo, polémico, brillante, irrascible, divertido, generoso, paciente, franco... todos estos adjetivos han sido utilizados para describir a Damon Knight, al que se puede considerar sin duda una de las personas que crearon la ciencia ficción moderna.
Knight será también recordado por ser el autor de la definición más recurrente de ciencia ficción: :"... Science Fiction means what we point to when we say it." (Ciencia Ficción es a lo que señalamos cuando decimos ciencia ficción').
Knight vivía en Eugene, Oregon con su esposa cuando la muerte le sorprendió en el año 2002.
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Extraído y modificado de la Wikipedia
Damon Knigth
Cómo servirlo al hombre (fragmento)
Es verdad que los kanamit no eran precisamente bonitos. Parecían mitad cerdos y mitad personas, combinación, por cierto, nada atractiva. La primera impresión que daban era desfavorable ; esa era su desventaja . si una criatura con aspecto diabólico baja de las estrellas para ofrecer un regalo , nadie está muy dispuesto a aceptarlo.
No sé cómo esperábamos que fueran los visitantes del espacio (me refiero, al menos, a los que habíamos reflexionado sobre el caso); ángeles quizás , o algo excesivamente ajeno como para inspirar horror. Acaso por esa razón nos aterraron y repugnaron tanto cuando descendieron en sus grandes naves y vimos cómo eran en realidad.
Los kanamit eran de baja estatura; un vello pardo e hirsuto les cubría los cuerpos redondos y abominables. Tenían hocico en lugar de nariz, ojos pequeños y gruesas manos con tres dedos cada una. Vestían equipos de cuero verde y shorts, verdes también , aunque creo que éstos eran una concesión a nuestro concepto de la decencia pública. Usaban ropa a la moda , con bolsillos cortados y traba en la espalda. No carecían de sentido del humor.
Habían acudido tres a esta reunión en
Se los veía muy cómodos , y ese detalle –al igual que su humor- me hacía simpatizar con ellos. Yo formaba parte de la minoría, pues no pensaba que tuvieran segundas intenciones. Ellos, simplemente, proclamaban su propósito de ayudarnos, y yo les creía. Por supuesto que mi opinión , la de un mero intérprete de
Sigue, lo escaneo y lo leen completo.
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