sábado, 11 de octubre de 2008
La creación literaria y la fantasía
Permalink 10.12.05 @ 14:11:09. Archivado en Teoría, Literatura
El 6 de diciembre de 1907, Freud pronuncia una conferencia ante un centenar de personas [GRADIVA] en los locales pertenecientes al editor y librero Hugo Heller, en Viena.
La tituló “La creación literaria y la fantasía”.
Lanza en esa conferencia algunas ideas, todavía sin desarrollar por aque entonces, sobre la fantasía y equipara al escritor al niño que jugando y poniendo en funcionamiento su pensamiento se crea un mundo propio. El resultado es la novela, el cuento o la poesía.
El escritor haría algo parecido a lo que hace el niño que juega: crea un mundo fantástico al que toma muy en serio, aportándole fuertes cantidades de afecto y emociones y tomándolo como si fuese una realidad paralela.
En 1900, Freud ya había publicado “La interpretación de los sueños”, su primera gran obra, y desde ese punto inicial en que comienza a fundamentar sus impresiones sobre la mente humana, constata la existencia del inconsciente, tratando de poner en conección el material onírico con las fantasías, investigando en sus parecidos y diferencias, e intentando demostrar un posible origen común.
La propuesta de lo que quiero contarles hoy pretende configurar un itinerario.
Fijo su comienzo en el trabajo que Freud hizo sobre la novela breve de Jensen, ”La Gradiva”, subtitulada,
”Fantasía Pompeyana”, y es porque creo encontrar allí la primera aplicación amplia y detallada, sobre un texto literario, de las por entonces incipientes ideas psicoanalíticas.
La lectura de la novela de Jensen, publicada en 1903, le fue sugerida a Freud por Jung, cuando comenzaron la relación que luego mantuvieron.
El trabajo sobre la “Gradiva” está fechad en 1907, pocos meses antes de la conferencia a la que me acabo de referir.
La pasión que Freud sentía por la literatura, por el arte, por la arqueología y en general por todas las manifestaciones culturales fue muy conocida.
En ese mismo año de 1907 se realiza la presentación de la colección “Escritos sobre psicología aplicada” dirigida por el editor Heller, que cité anteriormente.
Además del trabajo de Freud sobre “Gradiva” y de su importante estudio “Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci”, de 1910, se incluyeron obras de otros psicoanalistas como Jung, Abraham, Rank, Pfister y E. Jones, entre otros.
La colección estaba dirigida a ese vasto círculo de personas cultas que sabrían entender los fenómenos de nuestra vida psíquica descubiertos por el psicoanálisis y que no provienen ni de la medicina ni de la filosofía.
Tenía una orientación divulgativa pero de cierto nivel.
Estos ensayos ofrecieron la posibilidad de poner en práctica los primeros conocimientos psicológicos sobre temas de Arte y Literatura, sobre la Historia, las religiones y la mitología. Creo que es el primer gran trabajo colectivo de Psicoanálisis aplicado.
En todos los casos eran contribuciones originales alentadas por Freud con la intención de fomentar la inserción cultural y social del psicoanálisis.
No nos extraña entonces, que como luego hiciera con otros muchos textos, convirtiera esta “fantasía pompeyana” en un “estudio psicoanalítico”.
“El delirio y los sueños en la Gradiva de Jensen”, que así se titula el trabajo de Freud, es el intento a través de un análisis muy pormenorizado, de demostrar la determinación inconsciente de cualquier efecto de sentido.
Todo sentido está determinado desde lo más profundo de nuestro deseo inconsciente, pero éste aparecerá oculto, encubierto, de múltiples formas.
En el caso de la novela de Jensen, la exaltación del amor es por un lado, imposibilidad de amar, y pòr otro, deseo de ser amado.
Norberto, el personaje central de “Gradiva”, cumple su deseo de ser curado por amor, mientras que el deseo de Freud, que origina este trabajo, es colocar al Psicoanálisis como interlocutor válido de la cultura y de sus manifestaciones.
Los escritores, las tradiciones populares, los textos antiguos y por supuesto el psicoanálisis, nos demuetran que los sueños tienen un sentido e incluso que existe una cierta relación de éstos con un fuerte deseo del sujeto, que el fenómeno onírico presenta como cumplido.
El destino final de un sujeto es un deseo inconsciente cumplido y la cultura y sus manifestaciones son el vehículo que permite la realización de ese deseo.
Freud demuestra en sus investigaciones, cómo la realidad psíquica está construida por leyes propias y que éstas instalarían en el sujeto un saber pre-concebido, que más adelante denominaría conocimiento paranoico.
El propósito del padre del Psicoanálisis es ponerse al servicio de esta forma de “conocimiento” para indagar en un saber que utiliza al autor como un "medium": el lenguaje aparentemente puro de la novela de Jensen mostrará finalmente, como telón de fondo, su "impureza" libidinal o sexual por la erotomanía que introduce el personaje de Zoé.
Zoé es el personaje femenino, re-encarnación de Gradiva, el bajorelieve encontrado por Norberto en un museo Romano y que representa a una mujer, de estilo griego antiguo, de perfil, con una falda muy larga, en la que queda al descubierto el famoso pie desnudo que tanto llama la atención del protagonista hasta sumirlo en un episodio de tipo delirante.
Pero la “Gradiva”, que significa literalmente “la que avanza”, sirve al propósito de Freud por múltiples motivos.
En primer lugar, Freud utiliza la investigación para verificar sus descubrimientos en un análisis concreto, sacando conclusiones generales sobre la literatura que le sirvan para lograr su objetivo, que es insertar socialmente al psicoanálisis.
En segundo lugar, esta pequeña novela gira sobre un delirio, y su cura por causa del amor posibilita la explicación de una nueva formulación terapéutica que toma en cuenta los conocimientos adquiridos sobre el valor predominante de la sexualidad en el hecho de enfermar.
Otro dato que creo importante es que el delirio del protagonista, Norberto, en su surgimiento y desarrollo, está acompañado por sueños. Esto le posibilita a Freud, en la práctica, la aplicación de sus teorías.
También es importante destacer que el personaje central de la trama, mantiene una relación con alguien, Zoé, que funciona como un psicoanalista, como si estuviera en ese lugar, y la relación entre analista y paciente es (para el psicoanálisis) el fundamento de la cura.
Se trata de lo que luego desarrollará teóricamente como transferencia y que adquirirá un valor esencial en la dirección de la cura psicoanalítica.
Por último, el delirio de Norberto finaliza cuando el personaje es capáz de reconocer el afecto reprimido (el amor).
Como sostenemos los analistas, la represión sexual es el punto de anclaje sobre el que se apoya todo fenómeno neurótico.
El autor de la novela, Jensen, cree deber toda su
“fantasía” a la inspiración de su pensamiento, sin darse cuenta de que su texto literario es un síntoma de él mismo como escritor y como sujeto expresando sus conflictos más íntimos.
Por detrás de la utilización fetichista del pie de la "Gradiva" se encuentra oculto el tema de la singularidad, de la individualidad, que se manifiesta irónicamente en la búsqueda infatigable por parte de Norberto de alguien muy especial que camine con la peculiaridad de colocar el pie en forma casi vertical, como en el bajo-relieve, y que re-encuentra sólo en Zoé.
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Fuente:http://blogs.periodistadigital.com/eldivan.php?p=5785&more=1&page=1
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