martes, 6 de octubre de 2009


CRITICA
El Delfín: La historia de un soñador
Más allá de los sueños
Por Juan Pablo Russo

El Delfín: La historia de un soñador, está basada en el best seller mundial homónimo del peruano Sergio Bambarén que Eduardo Schuldt adaptó y dirigió. Una película para chicos muy pequeños que se asimila en demasía a un libro de autoayuda para niños ricos encerrados en un country.
Valoración
3
Dirección: Eduardo Schuldt
Origen: Perú


Daniel Alejandro Delfín vive con su manada confinado en una laguna. Los mayores no lo dejan salir por miedo a los peligros que acechan fuera del área permitida. Pero Daniel Alejandro tiene sueños y convencido por la voz del mar toma la iniciativa de escaparse y así salir al mundo acuático exterior, enfrentándose, de esta forma, a los peligros. Aunque nada lo detendrá para conseguir sus sueños.

El Delfín hace foco pura y exclusivamente en el mensaje que quiere transmitir. Y éste, al estar destinado a niños muy pequeños, es puramente explicito, tal vez en demasía. La sobreprotección familiar o del entorno que lo rodea haciéndolo crecer en un mundo cerrado y alejado de la sociedad, es el claro ejemplo de los barrios cerrados. La voz del mar dándole fuerzas para que cumpla sus sueños, actúa como la voz interior de uno mismo. El escaparse y salir un mundo dónde es engañado y secuestrado (la violencia urbana); ejemplos obvios del mundo actual trasladados a un film de aventuras donde la aventura es la vida misma.

La animación en el film es correcta y no mucho más que eso. Compararla con la Disney, Pixar, o cualquier factoría industrial sería un despropósito. Los presupuestos utilizados son muy inferiores a los que acostumbran las megaproducciones. Un nivel técnico acorde que no desentona, superando al de algunas mediocres producciones cuyo fin, solamente, es el de recaudar.

El Delfín es claramente un film cuyo objetivo es el de transmitir un mensaje. Mensaje que tiene que ver con lucha interna y externa de enfrentarnos al mundo por más duro y cruel que este nos resulte. En síntesis: los sueños, sueños son, pero si luchamos se pueden hacer realidad. Clarito como el agua.

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