miércoles, 28 de marzo de 2012
Radu Mihaileanu reivindica la diginidad femenina en “La fuente de las mujeres”
Pantalla Pinamar
Enviado especial
El cineasta rumano Radu Mihaileanu se convirtió en una de las figuras de la octava edición del encuentro de cine argentino-europeo Pantalla Pinamar, donde presentó su filme “La fuente de las mujeres”, que tiene como protagonistas a las mujeres de un pueblo árabe que se declaran en “huelga de amor” para recuperar la dignidad que sus hombres y la religión les negaban.
La película, que compitió en el último Festival de Cannes y se estrenará en Argentina el 22 de marzo próximo, se sitúa en un pueblo del norte de Africa en el que la tradición señala que son las mujeres quienes deben buscar el agua a las montañas, pese a que es un trabajo demasiado pesado y peligroso, que ya provocó varios abortos a causa de caídas y accidentes.
En ese contexto, una de ellas se planta frente a ese estado de cosas injusto, en el que la religión es usada con fines machistas, y propone una curiosa medida de fuerza para llamar la atención y recuperar su dignidad: ninguna mujer accederá a tener relaciones sexuales con ningún hombre hasta que sean ellos quienes vayan a buscar el agua.
“Hay que contextualizar la historia y entender que sucede en un pequeño pueblo árabe donde el sólo hecho de que una joven pueda convencer a las mujeres a hacer una huelga de sexo y que, a causa de ello, los hombres no hagan una masacre, ya es una verdadera revolución”, afirmó el cineasta, quien filmó en Marruecos y mantuvo el dialecto original y la colorida cultura de cantos y bailes del lugar.
Según Mihaileanu, la película se propone que “la sociedad tome conciencia del verdadero lugar de la mujer y ver cómo cambiar las cosas sin que la religión sea un obstáculo. Es por ello que se convirtió en uno de los grandes éxitos de los últimos diez años en Marruecos, ya que muchas mujeres fueron a verla hasta cuatro veces: con sus esposos, con sus suegros, con sus padres y con sus hijos”.
En una entrevista con Télam, el director de grandes filmes como “Tren de vida”, “Ser digno de ser” y “El concierto” señaló que todas sus historias “hacen referencia a una tragedia y a la sombra de la humanidad, pero para mostrar siempre que el ser humano tiene una belleza en su interior y debe buscar su dignidad”.
En ese sentido, señaló que “en nuestra sociedad el amor está en crisis y, justamente, en esta película las mujeres hacen una huelga para reinventar el amor y para que el agua reinvente la vida. Ellas militan por la vida y para salvar la vida, y por eso creo que a nivel político y social las mujeres deben participar más y tal vez los hombres debamos dar un paso al costado”.
Protagonizada por Leila Bekhti, Hafsia Herzi y Haim Arbass, la película -que tiene un aire a cuento de hadas y está hecha a imagen de fábulas orientales como “Las mil y una noches”- ya se vio en Túnez, Líbano y Jordania, siguiendo un poco el sueño de su director, que “espera que sea pirateada por las mujeres, para que las lleven en sus carteras y las vayan repartiendo a las demás personas”.
Tal como ocurre en varios tramos del filme, Mihaileanu destacó “la necesidad de esas mujeres de expresar sus sufrimientos a través de sus canciones. Van cantando las noticias y la actualidad de su pueblo como si fueran periodistas. Pero además denuncian injusticias de manera metafórica, avergonzando y llamando la atención de los hombres”.
“El objetivo de sus canciones es encontrar una verdad y sobre todo reparar y hacer justicia. Los políticos del mundo deberían aprender mucho de eso”, agregó el cineasta, que además de leer y consultar a sociólogos, pasó varios meses en ese pueblo estudiando la vida cotidiana y las costumbres de los lugareños.
“Siempre hay que pensar desde el centro de su cultura y religión. No se puede insultar a la gente y pedir que piensen como nosotros, sino que hay que comprender su manera de hacer las cosas paso a paso, y esa complejidad se ve en la revolución árabe actual, donde el modo occidental no es un modelo”, señaló Mihaileanu.
Así, agregó, “las mujeres van trabajando por metáforas y por símbolos. Si las mujeres consiguen que el agua vuelva a la ciudad y que el amor vuelva al pueblo, entonces lograron una cosa enorme que es decir “yo existo”, cuando antes eran invisibles o simplemente funcionales a los ojos de sus hombres”.
Para el artista, “algo que el mundo occidental no entiende es que el mundo árabe no puede ser disociado de sus creencias. Para comprenderlo hay que entender su religión, que al igual que la judía y la cristiana es una religión de amor y comprensión del otro. Son otras gentes las que han deformado la religión a través de interpretaciones cuyo objetivo es tomar el poder”.
Las malas interpretaciones del Corán y el modo en que éstas influyen negativamente en la vida cotidiana de la gente, especialmente en el modo en que las mujeres son objeto de diferencias, humillaciones e injusticias, es justamente uno de los ejes temáticos de la película, que muestra cómo algunos hombres usan la religión para su provecho.
“Quería echar nueva luz sobre la religión árabe a través de las mujeres y su enorme valor. Habría que volver a poner en su verdadero lugar el texto del Corán y recordar su exacto contexto social e histórico. En el Corán, por ejemplo, no se dice en ningún lugar que el velo debe ser usado para anular la personalidad de la mujer, sino todo lo contrario, que ese velo debe servir para respetar su intimidad”, dijo Mihaileanu.
“Una de las razones por las que hice esta película -agregó- fue contratacar todos los tipos de extremismo, tanto el religioso como el financiero y el económico. La única manera de hacerlo es a través de las mujeres, ya que reinventando el amor se puede encontrar una respuesta sobre la religión y lo espiritual”.
“Es por eso que abogo mucho por el denominado “Islam de las luces”, una corriente que se arraiga en el Islam de los comienzos y elude todas las malas interpretaciones. Los nuevos filósofos y teólogos del mundo árabe lo están retomando para modificar las cosas en el mundo árabe”, explicó el director, cuya gran preocupación es “encontrar una sociedad equilibrada entre el individuo y la colectividad”.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario