Nos saltamos el suave fandango
Y giramos ruedas a través del piso
Me sentía un poco mareado
Pero el gentío pedía más
El salón estaba muy activo
mientras el techo se alejaba
Cuando pedimos otra bebida
La mesera trajo una bandeja
Y así fue que después,
cuando el molinero contaba su historia
que su rostro al principio fantasmal
cambió a una blanca palidez
Ella dijo "No existe una razón,
Y la verdad es fácil de ver"
Pero me perdí entre mis cartas de juego
Y no la dejaría ser
Una de las dieciséis vírgenes vestales
Que eran dejadas en la costa
Y aunque mis ojos estaban abiertos
Pudieron bien haber estado cerrados
Y así fue que después,
cuando el molinero contaba su historia
que su rostro al principio fantasmal
cambió a una blanca palidez.
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