EDUARDO ESTRADA LOYO
CIENCIA UANL / AÑO 18, No. 73, MAYO-JUNIO 2015
A partir de la década de los sesenta del siglo XX, los movimientos sociales, herederos de los que precedieron a la Segunda Guerra Mundial: comunismo, fascismo, anarquismo, etc., cobraron un nuevo impulso con la irrupción del pacifismo como telón de fondo. Movimientos como el feminismo, el ecologismo, lésbico-gay, el integrismo racial y un gran etcétera, desarrollaron organizaciones, de toda laya, orientados a fomentar la libertad y la igualdad entre los seres humanos. Dichas tendencias sociales surgen como reacción al sexismo, el racismo, al autoritarismo y contra todo tipo de discriminación enfocada en la alienación, la explotación y el sufrimiento generado por la falta de libertades y derechos humanos. En este contexto surge el llamado movimiento de liberación animal o contra el especismo. El especismo se refiere a la discriminación ejercida contra los seres que no clasifican como pertenecientes a una o más especies determinadas. Dicho término fue acuñado por primera vez por el psicólogo Richard D. Ryder, quien notó la existencia de un tipo de discriminación moral, basada en la diferenciación de especie animal a través del antropocentrismo, es decir, la desvaloración de los intereses de quienes no pertenecen a la especie Homo sapiens.
Sin embargo, podríamos sorprendernos al enterarnos que, desde la antigüedad, existía la inquietud por justificar esta posición antropocéntrica. Aristóteles (384 a.C. -322 a.C.), en su obra La política, afirma que “las plantas existen para los animales y los animales para el beneficio del hombre, por lo que es necesario que todos esos seres existan para el beneficio del hombre”. Por su parte, René Descartes (1596-1650) aseveraba que los animales no eran más que autómatas sin alma. Para Inmanuel Kant (1724-1804), “los animales no tienen intereses moralmente significativos, por lo que no tenemos hacia ellos obligaciones en ese sentido”. Sin embargo, en Kant ya se vislumbra un cierto interés ético-moral, cuando afirmaba que no debemos causarles daño de forma gratuita.
Posteriormente en la década de los cuarenta del siglo pasado, surge el movimiento vegano (alimentación basada exclusivamente de vegetales), no precisamente como una reacción a favor de los animales, sino del fomento de las prácticas veganas. Sin embargo, quienes, en 1944, empezaban a utilizar este término lo definían como “el arte de vivir al margen y en contra de la subordinación, dominación y explotación animal”, marcando este movimiento como la continuidad de la milenaria corriente contra la esclavitud humana.
El especismo, igual que el sexismo (el estatus de inferioridad y de propiedad sobre las mujeres) y el racismo (discriminación injustificada de los individuos que tienen o carecen de ciertos rasgos físicos), tiende una línea divisoria entre los individuos que deben tenerse en consideración desde el punto de vista moral y racional y los humanos. El especismo discrimina y esclaviza a todos los que no caen en el rubro de la especie humana. Justifican esta actitud discriminatoria con el argumento de que lo animales, no humanos, son irracionales.
Sin embargo, existen muchos seres humanos que no pueden llevar a cabo razonamientos, como las personas que a consecuencia de alguna enfermedad o accidente, padecen de algún tipo de disfuncionalidad intelectual profunda, etc. Cabe subrayar que el que tengamos mayor racionalidad que los animales no justifica que los dejemos de considerar desde el punto de vista moral, dado que ellos poseen, igual que nosotros, la capacidad de sufrir y disfrutar, algo que debemos tomar en cuenta al momento de interactuar con ellos. Por otro lado, también asumimos una actitud especista cuando discriminamos a unos animales frente a otros, por ejemplo, al oponernos a que se mate a perros y gatos para el consumo humano, pero aceptamos sin miramientos que se sacrifique a otros, cerdos, vacas, etc.
Actualmente, se calcula que alrededor de 60,000 millones de animales mueren anualmente en los mataderos: aves, mamíferos, peces y otros animales, para el consumo humano, para la confección de ropa y para la experimentación. Capítulo aparte merecen los utilizados en la industria del entretenimiento: la caza y pesca deportiva, tauromaquia, circos, carreras de caballos, peleas de perros, etc.
Sin embargo, la crueldad con que el ser humano trata a otras especies, de las que se sirve, es un vivo ejemplo del fascismo más radical, ya que se actúa bajo el supuesto de que tener el poder es tener la razón. Somos partícipes de un holocausto, en que las víctimas que se sacrifican día a día, en los mataderos de animales, el cual está lejos de finalizar. Asimismo, muchos animales mueren en los laboratorios de las grandes empresas farmacéuticas que usan sus organismos para realizar en ellos investigaciones y pruebas de sustancias diversas, debido a que se considera no ético explotar a seres humanos con este fin. Sin embargo, no se puede justificar el emplear y dar muerte a los animales solamente por serlo, dado que también sienten y sufren. Otra de las consecuencias del especismo es la venta y cría de animales, como gatos, perros, hurones, etc. Estos animales son separados de sus madres al nacer para venderse como mercancías, considerando que a diario mueren miles de estos animales en perreras y otros centros de exterminio por no tener quien los cuide. Otro ejemplo de especismo se da cuando capturamos animales para encerrarlos en zoológicos, circos y demás espectáculos diseñados para nuestro disfrute y esparcimiento, sin considerar que les estamos negando la libertad al confinarlos en espacios reducidos, muchas veces en muy malas condiciones higiénicas y materiales, haciéndolos realizar conductas impropias de su especie y con instrumentos tan nefastos como el bastón de descargas eléctricas, látigos, garrotes, etc., comúnmente usados por sus entrenadores-torturadores. Podemos resumir que el especismo es la idea de que todas las especies, con quienes compartimos el planeta, están para servirnos. Recuerdo un relato del escritor de ciencia ficción Damon Knight (EE.UU 1922-2002), titulado Para servir al hombre (1950), en el cual se narra la visita a nuestro planeta de un grupo de extraterrestres. Éstos aterrizan en la ciudad de Nueva York y se reúnen en la ONU con delegados de las naciones de todo el orbe, para ofrecer a la humanidad gratuitamente su tecnología.
Knight describe a los kanamitas a través de una ingeniosa parodia: “Parecían un poco cerdos y un poco hombres, no sé cómo esperábamos que fueran los visitantes interestelares. Los kanamitas eran bajos y muy peludos…, con pelos gruesos y erizados de un color gris marrón en todo su cuerpo abominablemente rechoncho. Su nariz parecía una trompa y tenían ojos pequeños, y manos muy gruesas de tres dedos cada una. Llevaban tirantes de cuero verde y pantalones cortos, pero creo que los pantalones eran una concesión a nuestras ideas sobre decencia pública. La ropa estaba cortada a la moda, con bolsillos verticales y medio cinturón en la parte posterior. Sea como sea, los kanamitas tenían sentido del humor”. Knight presenta a estos extraterrestres en la forma de uno de los animales más utilizados por nosotros como fuente de alimento: los cerdos.
Sin embargo, aunque una parte de la humanidad se convenció de las buenas intenciones y de las bondades tecnológicas ofrecidas por los kanamitas, las cuales, al implementarse, acabaron con el hambre y las guerras por todo el planeta, el supuesto altruismo de estos seres no dejaba de levantar ciertas sospechas en algunos terrícolas desconfiados y de mente suspicaz. Y esto debido a que los kanamitas habían establecido un programa de intercambio consistente en la salida de grupos de humanos con destino a su planeta natal, sobre todo aquellos que a través de ciertos procesos biotecnológicos aportados por los kanamitas eran los más fuertes, altos y más sanos. El relato llega a su punto crítico cuando uno de esos terrícolas de “mente suspicaz”, llamado Gregori, logra sustraer un libro que frecuentemente consultaban los kanamitas, escrito en unos caracteres parecidos a los del idioma japonés. El título del libro era Cómo servir al hombre, un libro de recetas de cocina.
Referencias
http://www.catedras.fsoc.uba.ar/reale/servir_hombre.pdf
http://www.especismo.org/
http://www.granjasymataderos.org/granja.php
http://www.catedras.fsoc.uba.ar/reale/servir_hombre.pdf
http://es.wikipedia.org/wiki/Damon_Knight
http://es.wikipedia.org/wiki/Especismo
http://www.desdeabajo.info/ambiente/item/25149-especismo-antropocentrico-veganismo-moderno-colonial-y-configuracion-de-formas-de-vida-una-propuesta-politica-ya-en-marcha.html
http://es.scribd.com/doc/56611810/Los-Movimientos-Sociales-Del-Siglo-XX#scribd
http://www.especismo.org/
http://www.granjasymataderos.org/granja.php
http://www.catedras.fsoc.uba.ar/reale/servir_hombre.pdf
http://es.wikipedia.org/wiki/Damon_Knight
http://es.wikipedia.org/wiki/Especismo
http://www.desdeabajo.info/ambiente/item/25149-especismo-antropocentrico-veganismo-moderno-colonial-y-configuracion-de-formas-de-vida-una-propuesta-politica-ya-en-marcha.html
http://es.scribd.com/doc/56611810/Los-Movimientos-Sociales-Del-Siglo-XX#scribd
http://cienciauanl.uanl.mx/?p=4254
No hay comentarios:
Publicar un comentario