Y a veces encuentro la fórmula mágica, la palabra
o la mirada que me enlaza con la vida, con las formas
los colores, los olores que alternativamente amo u odio
y que están allí, entre mi yo reducido a la memoria
y a vos, olvidado de esa memoria, y los días y las voces
y los juegos y los miedos y las balas y los hombres
y la Idea
A veces en realidad encuentro la fórmula mágica y
me veo con mi propia sombra que sigue su descarnado
camino.
ANA MARÍA DONATO
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