Primero que nada, desmenucemos el adjetivo calificativo “Plato de segunda mesa”. Se refiere a no ser la primera opción en ciertas situaciones. Por ejemplo, para completar una lista de invitados, no saben a quien más invitar y sobran lugares, entonces te invitan como para que rellenes el espacio. PERO enfoquémonos en asuntos sentimentales. Un ejemplo tradicional es cuando alguien te invita al antro… a la mera hora; una de dos: ya te conocen que siempre estás disponible o echando el relajo en cualquier otro lado o (lo gacho) su primera opción no lo pudo acompañar, entras en escena y entonces te buscan a ti.
Este tema ya es arcaico, literalmente podemos decir que eres un plato de comida más en la mesa. Es decir, después de cualquiera vas tú. También se le llama así a las personas que cumplen un papel secundario en una relación.
Estas son algunos características para identificar si eres un lastimero plato de segunda mesa:
- Las personas que son plato de segunda mesa por lo regular son requeridas cuando la otra persona se pelea con su pareja.
- Regularmente te buscan como un recurso, con el fin de que les ayudes a olvidar a otra persona.
- Te buscan esporádicamente para tener relaciones íntimas.
- Eres un consuelo ocasional, tu actividad consiste en llenar los huecos que dejó alguien más.
- Cedes tus derechos al dominio público, estás alerta y a la orden de llamado de esa persona que tu sabes que tiene a alguien y aun así tu sigues ahí, siempre dispuesto.
En cuestión de amores, los platos de segunda mesa son aquellas emergencias para cubrir momentáneamente a "otro". Recuerda que si eres la segunda opción es por que tu mismo lo permitiste.
Reivindícate, tu no eres ni antojo, ni plato de segunda mesa, ni juguete de nadie. Eres un plato principal o mejor aun… eres un delicioso postre.
Y ustedes… ¿alguna vez han sido plato de segunda mesa?
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