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5 de mayo de 2016 María Laura
Paredes Teatro 0
Para apreciar las
obras teatrales con mayores herramientas, es necesario conocer los textos
clásicos. Observar cuáles son las características del género y dónde se rompe
con esa estructura. El argumento atrae al público, lo emociona, lo moviliza.
Pero, una historia bien contada y representada puede provocar un mayor efecto y
trascender en el tiempo. Conocerlas, nos hará ver su totalidad, comprender y
disfrutar en profundidad aquello que se cuenta.
Por @MLauParedes
Lisístrata es una comedia
escrita por Aristófanes, comediógrafo
griego, que muestra en su obra el intento de su protagonista de buscar la paz
frente a la realidad bélica y social que se vive en la época. Para ello,
Lisístrata les pide a las mujeres de todas las ciudades que tomen la
iniciativa, no tengan más relaciones sexuales con los hombres y abandonen las
tareas hogareñas hasta que éstos desistan de participar en la guerra. Además,
les pide a las ancianas que tomen la Acrópolis que es donde está el dinero de
la ciudad. Se intercalan con los diálogos de los personajes, los coros que se
enfrentan violentamente para terminar con la postura del grupo femenino.
Durante la
representación, se hacen alusiones a personas famosas de aquel tiempo que
generan risa en los que comprenden a quiénes se refieren. También, son
continuas las referencias a situaciones propias de ese momento que nos permiten
apreciar la historia griega desde otro lugar. Todo y todos pueden ser objeto de
burla.
Luego de la
abstinencia, se llega a un estado de paz y se logra un desenlace feliz en donde
todos disfrutan del fin de las hostilidades. En la comedia, se genera un mundo
al revés en el que las mujeres son las que dan fin a cuestiones que eran
exclusivas de los hombres. La mujer aquí deja sus actividades diarias y toma un
lugar político fundamental.
Leer a este
comediógrafo no sólo los hará reír de situaciones muchas veces absurdas, sino
también conocer el lado menos solemne de la historia griega. No aparecerán los
grandes héroes, pero sí se conocerán las voces de esos ciudadanos cansados del
permanente estado de guerra.
La comedia antigua
estaba dividida generalmente así: primero aparecía el Prólogo, allí se ponía en
situación al público y estaba antes de la entrada del coro (párodo). Después, se
presentaba el episodio yámbico; luego el agón que es la parte
del conflicto de la historia. Nuevamente, aparecía un episodio
yámbico. También, solía presentarse la parábasis que es cuando el coro
le habla a los espectadores. Por último, surgía el éxodo que es la salida del
coro.
Con el paso del
tiempo, el género dramático fue mutando y dejando atrás las reglas del pasado.
Se dejó el verso, perdió protagonismo el coro, se mezclaron los estilos,
entre otras muchas formas que ya no se utilizan. Queda aún, esa catarsis a la
que se llega como público de las grandes tragedias y esa carcajada que aparece
al ver representados en el escenario nuestros propios vicios.
Podremos encontrar en
la actualidad historias que marcarán nuestras vidas, creadas recientemente.
Pero, volver a ese pasado lejano a través de las obras teatrales de la antigüedad
nos dejará acercarnos a esa literatura que todavía perdura en cada
representación y en la voz de cada actor.
https://cuatrobastardos.com/2016/05/05/teatro-aristofanes-y-su-comedia-lisistrata/
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