‘The Invitation’: vampiros racistas, machistas y clasistas que quieren ser de tu familia
Este fin de semana se estrenó en cines The Invitation, una película de terror dirigida por Jessica M. Thompson, que comparte título con otra genial cinta de terror dirigida por otra directora en 2015. Tened cuidado, no las confundáis.
Mientras que en The Invitation de 2015, la directora Karyn Kusama nos presentaba y sorprendía con una genuina historia de terror que se convirtió en lo mejor del año e incluso ganó el premio a mejor película en el Festival de Cine de Sitges, esta nueva The Invitation de 2022 no deja de ser una cinta de terror convencional para pasar el rato.
Que conste que lo de pasar el rato no lo digo de forma despectiva. La película es muy entretenida, se deja ver y no se te hace pesada.
Protagonizada por Nathalie Emmanuel (Missandei en Juego de tronos), nos puede llegar a recordar a otras cintas del género recientes como, la mejor película de Jordan Peele, Déjame Salir (2017) o la divertida y sangrienta, Noche de bodas (2019). De la primera comparte alegato en contra del racismo y el clasismo al colocar un personaje protagonista negro y de clase media junto a una familia asquerosamente rica y blanca. De la segunda, el que su protagonista deba salir viva de las perturbadoras tradiciones medievales de esa familia apestada de dinero.
The Invitation: reversionando a Cenicienta en una historia de terror
La película de Jessica M. Thompson, nos cuenta la historia de Evie (Nathalie Emmanuel), una artista de Nueva York que tiene que trabajar de camarera para sobrevivir, como tantas otras.
Su madre murió de cáncer y ya no le queda más familia. O eso pensaba, ya que se hace una prueba de ADN y un primo rico inglés se pone en contacto con ella para conocerla. Ambos quedan en un bonito restaurante y rápidamente se hacen amigos. Tanto, que él la invita a una boda en el Reino Unido.
Evie duda, pero como su nueva y caucásica familia le paga todo tipo de gastos que pudieran surgir de la invitación, finalmente decide a ir a la boda.
Una vez allí, se quedará impresionada de la lujosa mansión en la que se hospedará y se celebrará la boda. Pero se impresionará aún más de Walter (Thomas Doherty), el atractivo dueño de la mansión.
Ella no puede creer que su familia inglesa tenga tanto dinero y que la traten y la hayan aceptado tan bien. Se siente una reina, y excepto el jefe de mayordomos, todos la tratan así. Pero no todo iba a salir a pedir de boca, ¿verdad? Esa mansión esconde más de un secreto y algún que otro terrible suceso.
A la biblioteca le han prohibido pasar, hay unas extrañas campanitas con las que llamar a la servidumbre y desde que duerme en esa casa, sufre pesadillas terroríficas. ¿Habrá hecho bien aceptando la invitación a la boda?
Vampiros y fantasmas de los de toda la vida
The Invitation comienza con una escena brutal. Desde ese momento nos mantiene interesadas en lo que va a ocurrir. Nos presenta a su protagonista, correctamente interpretada por Nathalie Emmanuel, y nos invita a una boda en la que nada es lo que parece. Ahí surgirá una romántica historia de amor entre Evie y Walter que nos enganchará como el guirlache. Pero ya sabemos que en este tipo de películas hay un momento en el que todo cambia. Ese momento es fundamental. O te levanta la película o la tumba. Todxs esperamos ese giro de guion que nos deje con el culo torcido y en este caso, tiene que ver con vampiros.
No fue mala idea, el problema es el tipo de vampiros que utiliza, de esos de toda la vida. De los aburridos que ya no sorprenden a nadie. De esos que sus colmillos ya no asustan. Pasados de moda. De los que tienen tres novias o más. Esos que nunca superan las encarnaciones que pudimos disfrutar en el Drácula de Coppola o Entrevista con el Vampiro de Neil Jordan. La última buena aproximación a ese tipo de vampiros fue en Byzantium también de Neil Jordan.
The Invitation no se toma en serio en ese sentido, ni pretende innovar en el género de vampiros. Incluso se da el gustazo de incluir en la película a los famosos Mina y Jonathan Parker de Bram Stoker en una situación bastante divertida.
Con los fantasmas ocurre lo mismo, no son más que un recurso. Los típicos sustos de sombras y demás que se suelen acompañar con un efectista sonido que nos despierte de la butaca.
The Invitation: una oportunidad perdida
Es una pena que Jessica M. Thompson haya perdido la oportunidad de ofrecernos una mejor película de terror, una mejor película de vampiros o una mejor película que denuncie el racismo y clasismo que aún sufre la raza negra en esta sociedad xenófoba, capitalista y cada día más anticuada.
The Invitation es una película con protagonistas normativos, alejados de la realidad que denuncia. Se queda en la superficie de cualquier reivindicación que intenta hacer en ese sentido. Al igual que tan solo se pasea cerca del terror. Lo roza, pero en ningún momento se abraza a él. Como decía, una pena que no se parezca más a esa maravillosa The Invitation de 2015.
Saludos furiosos.