'El manantial de la doncella', el bien y el mal
Fue El manantial de la doncella una de las películas que catapultó a Ingmar Bergman fuera de las fronteras de su país, al recibir el Oscar al mejor filme de habla no inglesa en 1961, aunque previamente títulos como El séptimo sello, Fresas salvajes, En el umbral de la vida o El rostro le habían situado como uno de los cineastas más originales y complejos de la época.Curiosamente, el propio Bergman se sentía tan insatisfecho de esos trabajos que llegó a declarar que Como en un espejo, su película siguiente, fue realmente la primera de sus obras: "Todos mis filmes anteriores no han sido más que estudios", comentario que colaboró a que de nuevo le fuera entregado el Oscar de la Academia de Hollywood por esta película. "La industria cinematográfica sueca buscaba el Oscar", comenta el estudioso Juan Miguel Company, "mientras Bergman buscaba a Dios."
Sobre la reflexión religiosa que contiene El manantial de la doncella se han escrito, naturalmente, cientos de folios. Cualquier película del director sueco ha sido contemplada, en este sentido, desde perspectivas dispares, tratando cada analista de entender las propuestas de Bergman desde sus propias premisas. La violación y posterior asesinato que sufre la muchacha protagonista cuando se dirige a colocar la cera que debe arder en el altar de la Virgen, ha dado pie a numerosas conjeturas.
La inútil ostentación
Mientras, por ejemplo, el crítico británico Robin Wood considera que la opinión de Bergman es que en temas religiosos "todo lo que representa ostentación es inútil, estúpido y humillante" y que esas velas que transporta la muchacha "sólo sirven para realzar su atractivo sexual", deduciendo por tanto que "en un mundo mixto de bondad y maldad, la purificación sólo se consigue a través del pecado, superándolo", otros comentaristas, sacerdotes, se empeñaron, muy especialmente en España, en interpretar la obra bergmaniana como una profesión de fe católica. Se llegó incluso a alterar en el doblaje el texto original para que, por encima de la voluntad del autor, su sentido final correspondiera al tridentismo de la Iglesia de la época. Sin duda, el tiempo transcurrido y las posteriores obras de Bergman, permitirán ahora una contemplación más relajada y distante de esta hermética parábola medieval.El manantial de la doncella se emite hoy domingo a las 22.05 por la segunda cadena.
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