Siete secretos de escritura de Katherine Anne Porter
Pistas en las entrevistas a la Premio Pulitzer
Martes 23 de octubre de 2018
Nominada tres veces para el Premio Nobel de Literatura, a la Borges, la cuentista, ensayista, profesora, periodista y novelista texana Katherine Anne Porter vivió noventa años y se casó y se divocrió cuatro veces en su vida, además de trabajar como actriz, extra de cine, cantante y escritora fantasma. Compilamos y tradujimos algunas de sus reflexiones desparramadas en entrevistas.
Compilado por Valeria Tentoni.
Nominada tres veces para el Premio Nobel de Literatura, Katherine Anne Porter vivió noventa años después de nacer en Texas, Estados Unidos. Reconocida antes por su labor como cuentista (por caso, en Pálido caballo, pálido jinete), su novela La nave de los locos fue la más vendida del país en el año de su publicación.
También ensayista, periodista y profesora universitaria, Porter se casó y se divorció cuatro veces, y trabajó también como actriz, cantante, extra de cine, redactora publicitaria y escritora fantasma.
Sobre el origen de su vocación
"Nunca hice carrera de nada, ni siquiera de la escritura. Arranqué con nada en el mundo pero una cierta pasión, un deseo impulsor. No sé de dónde vino y no sé por qué —o por qué yo he sido tan terca al respecto que nada logró desalentarme. Pero esta cosa entre mi escritura y yo es el vínculo más fuerte que alguna vez tuve —más fuerte que cualquier vínculo o compromiso con cualquier ser humano o con cualquier trabajo que haya hecho. En realidad comencé a escribir cuando tenía seis o siete años. Pero tenía multiplicidad de talentos a medias, también: quería bailar, quería tocar el piano, cantaba, dibujaba. No incursioné del todo —estaba investigándolo todo, experimentándolo todo. Y luego, por un lado, no había demasiados divertimentos por esos días. Si querías música, tenías que tocar el piano y cantar por vos misma. (...) Dependíamos de nuestros propios recursos: nuestros propios libros y música. Todas las viejas casas que conocí cuando niña estaban llenas de libros, comprados generación tras generación por los miembros de la familia. Nadie te decía que leyeras esto o lo otro. Estaba ahí para ser leído, y lo leíamos".
Sobre las lecturas que la influenciaron
"Es difícil decir, porque me crié en una especie de mélange. A los trece leía los sonetos de Shakespeare, y estoy completamente segura de que me produjeron la impresión más profunda que cualquier otra cosa que haya leído. Por un tiempo me los supe de memoria. Ese fue el punto de inflexión en mivida, cuando leí los sonetos de Shakespeare, y después, de un tirón, todo Dante —en ese gran libro ilustrado por Gustave Doré. (...) Y leía todo tipo de poesía —Homero, Ronsard, todos los viejos poetas franceses traducidos. También teníamos una muy buena biblioteca de filósofos seculares. Fui increiblemente influenciada por Montaigne cuando era muy joven. Y un día, cuando tenía casi catorce, mi papá me llevó hasta un gran estante de libros y me dijo: "¿Por qué no leés esto? ¡Te va a curar de todas las tonterías que se te ocurren!”. Resultó ser el set completo del diccionario filosófico de Voltaire, anotado por Smollett. Y, claro, leíamos a todos los novelistas del siglo dieciocho, aunque Jane Austen, como Turgenev, no me interesaron hasta que fui un poco más grande".
Sobre el componente autobiográfico en sus historias
"Mis historias son verdaderas del modo en que la ficción debería ser verdadera, creada a partir de todas las partículas de vida dispersas que fui capaz de absorber y combinar para darles forma en algo nuevo".
Sobre las versiones cinematográficas de sus obras
"No me gusta. No me gusta porque siempre quieren algo más, y yo me pregunto por qué eligieron ese cuento, si lo que querían era lo que pusieron dentro de ese cuento, algo que yo no incluí para nada y que no hace a la historia. No me gusta. Sin embargo, el dinero está bien".
Sobre su propio lugar en las historias que escribe
"Es muy común que los lectores se la pasen buscando a la escritora en la historia. Muchas veces me preguntan, ¿y dónde estás vos en este cuento? ¿Cuál sos? Y yo respondo: ¡estoy en todas partes! Igual, la mayor parte del tiempo no escribo sobre mí, sino sobre mi experiencia a través de otras personas. Una experiencia que he tenido por observación, o escuchando acerca de ella".
Sobre el valor de la experiencia al momento de crear
"He tenido muchas dificultades tratando de convencer a los jóvenes que se inician en lo que llaman la carrera literaria de que no la comenzamos como tal, sino como una vocación, y que no se debe busdcar material. Los jóvenes continuamente procuran materiales literarios. Por esto, en aquel tiempo todos los jóvenes de mi generación viajaban a Europa, se expatriaban, se consideraban románticos, y desdeñaban 'la grosera civilización norteamericana', etcétera, etcétera. Soy una antigua norteamericana. Mis antepasados llegaron a Virginia en 1648; hemos tenido tiempo para aclimatarnos. Nunca se me ha ocurrido atacar al país, ni expatriarme, ni cosa semejante. Puedo partir y regresar cuando quiero. Entonces todo el mundo se marchaba a Europa y se quedaba a vivir allá. Me parece muy provinciano y que demostraba gran ignorancia. Eran ignorantes y provincianos".
Diálogos: Artes, Letras Ciencias, 1965
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