lunes, 24 de diciembre de 2007

Especial de Sartre y Simone de Beauvoir | Canal Encuentro

Especial de Sartre y Simone de Beauvoir | Canal Encuentro

Especial de Sartre y Simone de Beauvoir
Todos los jueves de diciembre, a las 23:00, el ciclo Especiales de Encuentro presenta una serie de entrevistas concedidas por dos de los más grandes intelectuales del siglo XX.

“Un intelectual, para mí, es aquel que es fiel a un conjunto político y social pero que no cesa de discutirlo.” Así definía Jean-Paul Sartre la figura que él mismo construyó a lo largo de 75 años de vida. Porque si de intelectuales comprometidos se trata, este escritor y filósofo francés, nacido en París en 1905 y fallecido en la misma ciudad en 1980, fue uno de los mayores exponentes.

“No se nace mujer, se llega a serlo”, escribió Simone de Beauvoir en 1949, en su libro El segundo sexo, inaugurando así una de las principales corrientes feministas del siglo XX. Esta escritora y filósofa francesa, nacida en 1908, eludió el "deber ser" cultural de su época: jamás se casó, ni tuvo hijos, pero encontró en la relación con Sartre lo que para ella era el ideal del amor: “Éramos de la misma especie, y nuestra unión duraría tanto como nosotros”.

El ciclo Especiales de Encuentro presenta a dos personas que vivieron para escribir y en la escritura encontraron el sentido de sus propias vidas. Se trata de un material único que incluye una entrevista realizada a Sartre, dos a Simone de Beauvoir y otra que los une, dando a conocer a una pareja tan polémica como apasionante, que brilló gracias a su inteligencia y creatividad, pero también gracias a su encuentro.

Canal Encuentro ofrece, a través de este especial de cuatro capítulos, un instante de la “larga conversación ininterrumpida” que mantuvieron Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir a lo largo de cincuenta años.

Se conocieron en 1929, en la Soborna. “No nos juramos fidelidad, pero nos sabíamos el ser más importante para el otro”, dijo ella sobre la relación que los unió durante cinco décadas. El escenario en que ambos se encontraban como pensadores, como individuos, como pareja, era un mundo injusto. Y los dos pensaron, sintieron, escribieron y vivieron para cambiarlo.

“Si muriera mañana la obra está hecha”, dice Sartre en la entrevista de 1967, pero De Beauvoir no concuerda: “La obra está hecha, pero las obras no”, afirma. Y los dos dicen la verdad. Él no murió al otro día, pero su obra ya era grande. Por otro lado, ambos siguieron escribiendo; había más obras, siempre las hay.

Repetición:
Sábado: 20:00

Cuando lo feo es hermoso | LANACION.com

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Hegel señaló que el dolor y la fealdad no pasaron a formar parte de las representaciones artísticas hasta el advenimiento del cristianismo, porque no se podrían usar las formas de la belleza griega para retratar a Cristo azotado, coronado con espinas y crucificado. Estaba equivocado, porque el mundo griego no fue solamente un lugar poblado con Venus de mármol blanco: también fue el escenario del desuello de Marsas, la angustia de Edipo y la letal pasión de Medea. Pero la escultura y pintura cristianas abundan en rostros contorsionados por el dolor, aun cuando no se hayan aproximado al sadismo de Mel Gibson.