viernes, 26 de diciembre de 2008

Monvoisin, Auguste Raymond Quinsac de





Raymond Monvoisin, de origen galo, nacido en en 1790 y fallecido en 1870, contaba con 52 años cuando arribó a Chile. Había abandonado la carrera de ingeniero militar para dedicarse a su vocación principal: la pintura. Este hecho crucial en su vida lo obligará a ganarse la vida con sus pinceles. La experiencia de realizar retratos para venderlos a las familias acomodadas, primero en Francia y luego en Chile, determinarán que su obra adopte, muchas veces, un carácter manifiestamente comercial.


Pese a ello, su formación, bajo la tutela de Guerin, le ayudó a conseguir una gran seguridad en los aspectos básicos del neoclasicismo: la composición y la línea. En 1821 ganó un concurso que le permitió viajar por Italia. Allí produce una gran cantidad de bocetos y cuadros. De vuelta a Francia, obtiene, en 1831, medalla de oro por su cuadro La exaltación de Sixto V.

Encontrándose en su tierra natal, Monvoisin conoce a Mariano Egaña, a Pedro Palazuelos y a José Luis Borgoño, quien le invita para viajar a Chile, lo que se concreta en 1842. De inmediato exhibe públicamente algunas obras, causando impacto en el ambiente criollo. Luego de esta exitosa impresión, Monvoisin se transformó en el pintor de moda.

Para Ivelic y Galaz (“La pintura en Chile”): "Conocer la obra de Monvoisin significa conocer toda la problemática artística que se desarrolla contemporáneamente en Europa, porque él es un representante del patrimonio del Viejo Mundo. A pesar de la enorme distancia que lo separó de ese continente, su obra seguirá siendo europea, tanto en su concepción como en su ejecución. No se puede soslayar esa vinculación: Europa y Francia se imponen".

¿A qué se debe el gran éxito que Monvoisin obtuvo en Chile? En aquellos momentos no se había alcanzado aún una consolidación de algún criterio estético. Los escasos conocimientos artísticos con que se podía contar en Chile eran producto de las experiencias de unos pocos privilegiados. Estos lograban formarse estéticamente luego de sus viajes por Europa, y la única referencia la constituían los salones oficiales En ellos el criterio estético se encontraba regulado por las opiniones de los jurados del salón oficial.

Pero no sólo esta razón influyó para que la obra de Monvoisin alcanzara semejante éxito, también su pintura podía representar las aspiraciones de las clases dirigentes. Así se explica el hecho de que la producción del pintor francés se haya inclinado en gran parte hacia el retrato, ya que este género habría ocupado el mismo rango que después tomaría la fotografía.

La creación pictórica de Monvoisin recorre un espectro variado en cuanto a su temática; su obra toma los asuntos históricos y los mitológicos.

La pintura de Monvoisin puede ser considerada como una Geometría mental. Ciertos destellos románticos presentes en Autorretrato (1838) o Alí Pachá y Usilelei (1833) no bastan para considerarlo un romántico.

Dentro de la extensa producción de Monvoisin se puede mencionar El 9 de Thermidor (Museo Nacional de Bellas Artes), Eloisa en la tumba de Abelardo (Palacio Cousiño), Autorretrato (1838) y las muchas pinturas femeninas, como la de Constanza Pando de O'Campo (colección particular), y la de Carmen Alcalde Velasco.

Otras obras de Monvoisin:

"Ninfas en el baño"

"Bajada de Santa Lucía" (Buenos Aires, 1842)

"La porteña en el templo" (Buenos Aires, 1842)

"Soldado de Rosas" (Buenos Aires, 1842)

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