domingo, 25 de enero de 2009



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La duda

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La duda
Doubt

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Año de producción: 2008
País: EE.UU.
Dirección: John Patrick Shanley
Intérpretes: Meryl Streep, Philip Seymour Hoffman, Amy Adams, Viola Davis, Alice Drummond, Audrie J. Neenan.
Argumento: John Patrick Shanley (Obra de teatro)
Guión: John Patrick Shanley
Música: Howard Shore
Fotografía: Roger Deakins
Distribuye en Cine: Walt Disney
Duración: 104 min.
Público apropiado: Adultos
Género: Drama, Thriller
Contenidos: Acción 0, Risas 0, Sexo 0, Amor 2, Lágrimas 2, Violencia 0 [de 0 a 4]

Sospecha

Años 60. Una escuela en el Bronx neoyorquino. La regentan unas religiosas dirigidas por la hermana Aloysius, una mujer severa, a la que temen todos los chicos, e incluso sus monjas, a los que trata de encauzar por la ortodoxia más rigurosa. La hermana James sabe que ella es joven y algo inexperta, pero no puede por menos de desaprobar tanto rigor, y ella querría estar más cerca de los alumnos. Por ello simpatiza con el capellán del colegio, el padre Flynn, que sabe congeniar con los muchachos, y ofrece homilías diferentes, que dan que pensar. En cambio, la hermana Aloysius desaprueba esa tendencia a contemporizar de Flynn, lo que la predispone a sospechar lo peor del sacerdote, cuando una serie de extraños indicios apuntan a que podría haber abusado de Donald, un chico negro que no acaba de adaptarse.

Adaptación de la obra teatral de John Patrick Shanley, triunfadora en los Tony en 2005, a cargo del propio autor, que ha hecho la adaptación a la pantalla, además de dirigir el film. Shanley evita que el origen teatral sea demasiado evidente aireando la narración por el Bronx, y con escenas tan plásticas como la del sermón sobre el chismorreo. La trama se inspira en los tristes escándalos de abusos sexuales de parte del clero católico en Estados Unidos, sacados a la luz en los últimos años. Y pivota alrededor de apenas cuatro personajes y de conceptos tan potentes como la duda, la presunción de inocencia, la inhibición a la hora de actuar, el miedo a salir escaldados, la rectitud de intención ante las propias acciones. En ese sentido, Shanley ha armado un drama de interés, que permite construir personajes de entidad e indagar en su compleja maraña de sentimientos e inclinaciones. Lo que permite el lucimiento de los actores, estupendos Meryl Streep, Philip Seymour Hoffman, Amy Adams y Viola Davis. Si el cuadro logra el deseado equilibrio, es discutible. Pero hay un esfuerzo por abordar el tema con seriedad, evitando simplismos o enfoques panfletarios. Este punto -si se nos permite el juego de palabras- está fuera de toda duda.

Una pega que presenta el film, es lo poco católico que parece. De acuerdo, hay monjas, sacerdotes y monseñores, iglesias y sacristías, el vino de misa escamoteado, alusiones a la confesión. Y se plantean dilemas morales. Pero llama la atención lo poco piadosos que son los personajes, o detalles como la omisión de referencias a las escrituras en la homilía dominical, hasta el nombre de Jesús brilla por su ausencia a lo largo del metraje. Parece que Shanley se educó en una escuela católica, e incluso dedica su film a una religiosa que conoció allí. Pero la sensación es de una visión voluntariosa de los ambientes católicos, pero pobre e incompleta, e incluso artificial, véase el contraste entre la silenciosa comida de las monjas, y las risotadas de los amigos sacerdotes, algo poco creíble.

Pero yendo al meollo argumental, hay que decir que el cineasta sabe montar bien el mecanismo de dudas e intercambios verbales entre los personajes, y juega bien con el deseo de conocer la verdad del espectador, artificio que logra mantener el interés. El riesgo es que este espectador desea que le satisfagan las dudas creadas, y en este sentido la resolución puede desconcertar, aunque se intente explicar por una coherencia exigida por el tema central de la duda que reconcome. En cualquier caso el director subraya la imposibilidad de conocer lo que hay dentro del corazón de cada persona, allí sólo tienen acceso Dios y esa misma persona.

Shanley parece querer denunciar una posición de inferioridad de la mujer en la Iglesia. Así, es significativo el momento en que el padre Flynn ocupa la silla de la hermana Aloysius en su mismo despacho, como subrayando su posición superior. En fin, late la vieja cuestión del sacerdocio femenino, imposible entre los católicos, y que algunos interpretan como síntoma de una organización machista. Curiosamente, la película viene a demostrar que las mujeres mandan, de otra forma; en definitiva, lo que importa es la superioridad moral y no la del cargo, en el fondo unos y otras están para servir a todos los fieles. La cuestión de la posición de la mujer en la sociedad también está bien presente en la terrible escena que comparten la hermana Aloysius y la madre del chico que podría haber sufrido abusos, donde salen a la luz la violencia doméstica, y los carros y carretas que puede alguien llegar a tragar para salir adelante.


La duda

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