Argumento
Amélie, una joven belga, nacida en Japón, firma un contrato por un año con la empresa Yumimoto. Desde el principio sufrirá humillaciones, desprecios, etc, como consecuencia del choque entre las costumbres de oriente y occidente y la extremada jerarquización de las relaciones sociales en Japón.
Comentario
Una novela breve y autobiográfica, que se lee de un tirón, en una tarde, y que pese a no ser una obra mayor, desde el punto de vista estrictamente literario, resulta interesante y recomendable por su argumento.
Empieza un poco sosa, pero poco a poco remonta el vuelo y va tomando intensidad narrativa según se van desglosando los avatares de las protagonista, que es destinada a trabajos cada vez más ingratos, y siempre por debajo de su cualificación (servir el té y el café, cambiar el día de los calendarios, fotocopiar mil folios con el reglamento del club de golf del jefe una y otra vez "porque están descentrados") hasta culminar en su puesto como reponedora del papel higiénico del servicio de caballeros y limpiadora de retretes.
El libro pone de manifiesto la gran diferencia entre las culturas de oriente y occidente, sobre todo en el mundo empresarial, que es descrito de forma despiadada: la penalización de la iniciativa propia de los empleados (tomar una iniciativa sin consentimiento del jefe es algo indigno); el control absoluto de los sentimientos; las fórmulas burocráticas que exigen incluso que se repita ante cada uno de los superiores jerárquicos la petición de renuncia. Pero no solo la empresa japonesa es puesta en la picota; también se dedican muchas páginas a criticar su cultura en general, las grandes exigencias sociales hacia el ciudadano, especialmente si es mujer, y que llevan a que Japón sea el país con mayor índice de suicidios del mundo. Sobre este particular la autora reflexiona mediante una digresión terrorífica que explica las pocas expectativas de "felicidad" que le quedan a la mujer japonesa (aunque al hombre tampoco le quedan muchas que digamos).
Uno de los elementos más destacados del libro es la insana relación entre Amélie y su superiora inmediata Fubuki, una mujer de gran belleza, pero amargada, pues según los cánones japoneses una mujer con más de 25 años que aún no se ha casado vive en la vergüenza. Esta relación se basa en la humillación constante de la japonesa hacia la occidental, motivada en buena parte en factores racistas. Para los japoneses los occidentales "sudan", y huelen mal, algo que también es sumamente indigno y mal visto en esa cultura. También poseen cerebros inferiores. La autora hace un paralelismo entre su caso y el de la película "Bienvenido, Mister Lawrence", que narra la relación de atracción-dominio entre un oficial japonés y un prisionero inglés durante la II Guerra Mundial.
Resumiendo, un libro que plantea situaciones tan surrealistas en el mundo del trabajo (aunque también en occidente se den estas humillaciones a los empleados y el encargo de tareas inútiles y sin sentido) que a veces no puedes evitar reír pese a todo. De todas formas, está escrito con cierto humor que alivia o potencia, según los casos, el dramatismo de las escenas.
Una lectura curiosa, incisiva y políticamente incorrecta sobre los choques culturales. El título "Estupor y temblores" hace referencia la fórmula que explica la sensación que debe provocar el Emperador del Sol Naciente en sus súbditos, y que para la autora es un resumen de toda la cultura empresarial japonesa.
2 comentarios:
La estoy leyendo....despues les comento mis impresiones...
Terminé de leer la novela. Más que novela la catalogaría como ensayo novelado.Relato a partir de las relaciones entre hombres y mujeres, entre mujeres, el poder y las relaciones laborales, todo desde el punto de vista de una extranjera viviendo en Japón.Para pensar y también para reirse.
Publicar un comentario