| DESASTRE NUCLEAR EN JAPÓN
Hola Monica,
Desde Greenpeace queremos, en primer lugar, expresar nuestras condolencias a los familiares de las víctimas del terrible terremoto que ha sufrido Japón.
Estamos profundamente preocupados por las posibles consecuencias que el terremoto y el tsunami puedan tener sobre la seguridad de las instalaciones nucleares de Japón, así como de otras industrias peligrosas como las refinerías de petróleo o fábricas de productos químicos, y sobre sus potenciales efectos sobre la salud pública y el medio ambiente. Las autoridades japonesas deben concentrarse en proteger a los ciudadanos y evitar nuevos vertidos de radiactividad.
Luego de la reciente catástrofe natural, hubo una fuga radioactiva en la central nuclear de Fukushima -una de las 54 que hay en Japón- y está en riesgo la salud de toda la población en los alrededores, razón por la cual esas personas han sido evacuadas.
El hecho de que se hayan liberado los gases contaminados del reactor a la atmósfera significa que todos los medios de protección física que se suponía que iba a aislar la radiactividad del medio ambiente han fallado.
En estos momentos, parece ya claro que el accidente podría ser de la gravedad del que ocurrió en Three Mile Island (EE.UU.) en 1979, el segundo más grave en la historia de la industria nuclear, sólo después de la catástrofe de Chernobyl.
¿Cuántos avisos más necesitamos sufrir antes de que entendamos que los reactores nucleares son peligrosos? La industria nuclear nos dice que accidentes como este no pueden pasar con reactores modernos, pero hoy Japón está en medio de una crisis de consecuencias potencialmente devastadoras por culpa de la energía nuclear.
La noticia alarmante es que hasta el momento 14 reactores nucleares fueron afectados por el tsunami. Desde Greenpeace hacemos un llamado para que se cierren de forma organizada pero urgente las centrales nucleares existentes, y a no construir nuevos reactores. Los Gobiernos deberían invertir en energías renovables que, además de ser medioambientalmente sostenibles, son las más baratas y las más seguras.
Durante años hemos venido denunciando a la energía nuclear y lo seguiremos haciendo. Esta energía no se puede incluir, como muchos pretenden, en un modelo energético limpio, seguro y sostenible. Hoy, como siempre, le decimos No a la energía nuclear.
Muchas gracias por acompañarnos,
Martín |
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